APUNTES AL MARGEN
La otra muerte de Pascual Calderón
Alcalde de Córdoba, fue fusilado en el Madrid republicano hacia 1939 y el franquismo lo procesó por masonería en 1944
![Pascual Calderón Uclés, José Ortega y Gasset, Machaquito y Cañero , en 1933](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2017/06/11/s/apuntes-pascual-calderon-kZIG--1240x698@abc.jpg)
Pascual Calderón Uclés . El nombre, supongo, no les dice nada especial. Es lo que tiene el tiempo, que deja determinados hechos en el amarillo de los archivos y la memoria de los seres queridos. Es ese hombre orondo, de traje oscuro y sonrisa amplia que aparece a la izquierda de José Ortega y Gasset , el autor de «La rebelión de las masas». Fue regidor de Córdoba pero no existe una calle Alcalde Calderón Uclés. Nadie ha reclamado nunca una plazuela, un pabellón deportivo. Porque murió dos veces. Tres, si se suman a las dos primeras la « damnatio memoriae ». Eso que hacían los romanos de retirar las estatuas de los poderes caídos en desgracia. Borrar las inscripciones de los templos y los edificios públicos. Decretar que nunca se dijese su nombre en público.
Pascual Calderón fue alcalde de Córdoba brevemente, menos de un año, entre 1933 y 1934 cuando fue destituido de su cargo por el gobernador civil por una falta grave contra el orden público de la que aseguraba ser inocente. En la época, era normal que los representantes del Ejecutivo tiraran de hechos nimios, inexistentes o exagerados para sacar de los gobiernos municipales a desafectos para poner a gente de su cuerda. En la planta noble del Ayuntamiento, no se conserva ningún cuadro del regidor. Como si no hubiera existido. Su antecesor fue Francisco de la Cruz Ceballos , el de la calle de Ciudad Jardín.
Pascual Calderón Uclés nació en 1898 en Utrera y fue, primero, periodista de «El Correo de Andalucía». Eso le identifica como de derechas y católico . El rotativo fue fundado por el cardenal Marcelo Spínola en la línea de lo que luego ocurriría con «El Debate» o «Ya». La Iglesia animó la creación de órganos de prensa que velasen por sus intereses ante una sociedad cada vez más polarizada. Pascual Calderón fue abogado , secretario del Colegio de Córdoba y político en activo. Primero, en Acción Nacional, un partido que abogaba por el orden y la familia de extracción monárquica. Posteriormente, en la marca de Miguel Maura, el Partido Republicano Conservador , que en Córdoba editaba el semanario político «Renovación».
A Pascual Calderón lo mataron en Madrid, donde ejercía como abogado tras intentar ser diputado por Córdoba en 1936 por Alianza Republicana sin éxito. Se tiene constancia de que estaba vivo en 1937 porque fue detenido, y en 1938, porque ejerció de letrado contra una persona acusada de ser desafecta a la República, lo que estaba penado con la cárcel. En algún momento entre esa fecha y 1939, fue secuestrado y asesinado como muchas otras personas en Madrid y en el resto de España. La familia nunca tuvo noticias de dónde está enterrado . Unos años antes, fue fusilado de similar manera el último alcalde republicano de Córdoba, el largocaballerista Manuel Sánchez Badajoz -al que se prepara un homenaje oficial-, tras su detención en el Marrubial donde pretendía hallar la solidaridad de un compañero del PSOE.
Perteneció al Partido Republicano Conservador de Miguel Maura
El caso de Pascual Calderón Uclés es particular no por su primera muerte, a manos de los escuadrones de la muerte de la República (que los hubo, igual que en lado controlado por el general Franco), sino por la segunda. En 1940, la dictadura creó un tribunal especial llamado a perseguir la masonería y el comunismo . Miles de españoles fueron condenados a duras penas por delaciones, en juicios realizados sin garantía alguna. A Pascual Calderón -padre del que luego fuera presidente de la Diputación de Córdoba, Pascual Calderón Ostos- lo mataron por franquista pero el franquismo lo procesó en 1944 al considerarlo un masón, una actividad que era considerada como delito de suma gravedad. En los archivos de Salamanca se pueden consultar aún los casi treinta folios de su sumario. No fue condenado por una razón. Ya estaba muerto. Era un desaparecido.
Asesinado por unos. Perseguido por otros incluso después de muerto en ese Madrid que no fue una fiesta. Es ese ejemplo de que la historia de España tiene un reverso tenebroso que solo cabe afrontar desde la mano tendida, la reconciliación nacional y la grandeza de espíritu que tanto está faltando en esa comisión que quiere depurar escritores para pasmo de personas moderadas y razonables como el nieto de Pascual Calderón, el concejal del PP Juan Miguel Moreno Calderón , al que agradezco que me haya permitido contar esta historia.