PRESIDENTE DE CAJASUR

Opinión: «Optimismo, pese a la ralentización»

Miguel Ángel Cabello cree que «se prevé una desaceleración de la economía en 2018, pero hay signos positivos en Córdoba»

El autor sostiene que el turismo no puede crecer de forma descontrolada RAFAEL CARMONA

Miguel Ángel Cabello

El pronóstico del FMI, tanto para 2018 como 2019, confirma un cierto estancamiento del crecimiento de la economía mundial y señala el riesgo de que determinadas circunstancias —o mejor dicho, incertidumbres— ensombrezcan el panorama económico mundial. Así lo corroboran las recientes previsiones del Fondo Monetario Internacional, que revisan dos décimas a la baja (hasta el 3,7%) las perspectivas de crecimiento global, motivadas fundamentalmente por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, pero también por los problemas de países como Turquía, Argentina, Brasil o Suráfrica.

Como agentes importantes en el crecimiento de la actividad económica mundial aparecen USA, con casi el 3%, China, con un aumento previsible de su PIB del 6,6%, e India, que también acompaña con un alza del 7,3%. Llama la atención, cara al futuro próximo, el aviso del FMI, que pronostica a la nación gobernada por Trump como la gran perdedora a futuro de la guerra comercial iniciada por él.

Para 2018, en el caso de Europa y Reino Unido, el crecimiento del 2% y el 1,4%, respectivamente, es calificado como «un tanto decepcionante» por el organismo que dirige Cristine Lagarde. Razones: las inacabables negociaciones sobre el Brexit, el encarecimiento del petróleo, el previsible endurecimiento de la política monetaria de la UE, incertidumbre en los mercados, unido a situaciones específicas de algunos países miembros, como Italia y su aumento del déficit público. España seguirá a la cabeza de la Zona Euro, con un ritmo de expansión económica del 2,7%, que recientemente el propio Gobierno español ha reducido en una décima.

«España seguirá a la cabeza de la Zona Euro, con un ritmo de expanción económica del 2,75 por ciento»

En el caso de Andalucía, tras haber crecido un 3% en 2017, se prevé un 2,7% para el conjunto de este año. Esta leve desaceleración es debida a una menor aportación de los principales tractores de nuestra economía: servicios públicos, el comercio y la hostelería. De cumplirse la estimación para este ejercicio, se enlazarían así cuatro años con tasas anuales cercanas al 3%; de hecho, ésta es la cuota media de crecimiento para el periodo 2015/2018.

De las provincias andaluzas, las previsiones apuntan a que Córdoba sea la que menos crezca en 2018, un 1,8% frente al 2% del pasado ejercicio. El dato no es halagüeño, y se torna preocupante si se atiende a otra variable, el desempleo. Según datos de la EPA publicados por el INE, el segundo trimestre de 2018 se cerró en Córdoba con una tasa de desempleo del 25,6%, que, aunque significa una mejora de casi doce puntos sobre la más alta registrada en la crisis, sigue situándola como una de las provincias más castigadas por el paro. Acompañan a estas cifras el último Índice de Confianza Empresarial Armonizado, que cae especialmente entre los empresarios andaluces (-2,9%) y cordobeses (-3,7%).

Signos de reactivación

Pese a esta ralentización de nuestra particular economía, encontramos determinados signos para el optimismo. El mercado laboral cordobés sigue dando muestras positivas de reactivación, siguiendo la tendencia del territorio nacional.

Tampoco conviene olvidar que nuestra economía es primordialmente de servicios, siendo el turismo, la agricultura y la agroindustria los sectores de mayor peso en el conjunto del PIB provincial.

El turismo no puede crecer de modo descontrolado, hay que ir hacia un modelo diferenciado y de calidad. Sobran razones y argumentos. Con la última declaración de Medina Azahara como Patrimonio Mundial se hace imprescindible y urgente una estrategia conjunta de la marca Córdoba, que la signifique como de las pocas ciudades en el mundo que cuenta en su haber con cuatro declaraciones por parte de la Unesco.

Tras la declación patrimonial, se hace urgente una estrategia de la marca «Córdoba» V. MERINO

La agricultura y la agroindustria viven en Córdoba un momento dulce, fruto del innegable esfuerzo de empresarios y agricultores, y es precisamente ahora cuando hay que perseverar en mejorar nuestra capacidad productiva, haciéndola más innovadora y competitiva. Un solo ejemplo de nuestro potencial lo constituye el hecho de que seamos la provincia andaluza con más denominaciones de origen agroganaderas. Y aquí caben las mismas recetas (innovación, mejora de la eficiencia en los procesos, competitividad, etc.) para alcanzar el éxito.

Es tarea de todos. También de las administraciones, que deben continuar fomentando e incentivando la actividad empresarial, y apoyando el relevo generacional. Y por supuesto de las entidades financieras como vertebradoras y locomotoras del desarrollo económico en su territorio de implantación. En el caso de Cajasur Banco, nuestro compromiso con los sectores productivos no se limita exclusivamente al apoyo financiero, sino que acometemos distintas actuaciones en beneficio de la sociedad, enmarcadas en la responsabilidad social que el banco desarrolla, como apuesta firme e inequívoca con Andalucía, y de modo muy especial con Córdoba.

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