PRETÉRITO IMPERFECTO
La oportunidad de Bellido
Cambiar el sino de la ciudad y convertirse en su líder a partir de esa labor casi titánica

Hay dos retos en la victoria de José María Bellido en las pasadas elecciones municipales: cambiar el sino de la ciudad y convertirse en su líder a partir de esa labor casi titánica. El candidato popular llega a la Alcaldía con la aureola ... de la remontada cuando la derrota estaba llamando a su puerta. Un margen suficiente para batir los pronósticos que se ceñían a las sensaciones, los sondeos y análisis. Pero una ventaja escuálida para lo que ha sido el potencial del Partido Popular en Córdoba desde hace casi 25 años. Claro que en aquel mes de mayo de 2011, cuando alcanzó el techo de los ochenta mil sufragios y una mayoría absoluta sin paliativos, ni Ciudadanos ni Vox amenazaban el cetro de los populares sobre el centro-derecha; y el contexto nacional se resumía en una crisis económica galopante que un Ejecutivo socialista no quiso ver y al que se castigó duramente por ello.
En esa doble contienda Bellido llevará aliado. Ciudadanos ha mostrado ya parte de sus cartas, sin que se estrenen las negociaciones para cristalizar un pacto de gobierno. Llama la atención la claridad al respecto, no sin ciertas dosis de ansiedad, de la número uno de la lista naranja, Isabel Albás , en la entrevista concedida a ABC, cuando los tiempos debieran medirse algo más. Urbanismo se va a convertir en una de las piedras de toque del próximo mandato dada la problemática que ha generado y existe en su fuero interno, pero también el nivel de exigencia que los candidatos han depositado en este escaparate ante el malestar de muchísimos cordobeses. Albás quiere ser la teniente de alcalde de Urbanismo. Sin anestesia. Sería decepcionante que ambos partidos fuesen incapaces de darle la vuelta a este organismo municipal. Ciudadanos esboza ya unas conversaciones en las que habrá mucha tela que cortar, donde las posiciones de partida -como suele ocurrir, por otra parte, en toda negociación- son robustas y ambiciosas; y donde, en mi modesta opinión, habría que dejar en la puerta los personalismos y las falsas expectativas. Manda una realidad: cambiar la inercia de Córdoba . Sin un buen encaje de piezas en ese gobierno de coalición y un juego de cesiones y compromisos, el gran objetivo no encontrará rodaje. No estaría de más escrutar la vida de los pactos pasados en Capitulares . Sus moralejas. Si bien al presente estadio llegan dos formaciones neófitas en el citado «arte». Todo ello sin contar el papel de Vox , que hará valer sus dos actas de concejales para los acuerdos de mayoría «cualificada»: los presupuestos y las ordenanzas fiscales de cada ejercicio, en primera instancia. Más todas aquellas decisorias de calado donde su papel se vuelva determinante.
José María Bellido , hombre frío y hábil en lo político, solvente en la gestión, con capacidad de delegación en los equipos, y que ha avanzado mucho en el terreno de la calle, tiene ante sí una magnífica oportunidad. Sin ínfulas ni cantos de sirena que hagan perder un tiempo valiosísimo. Al ritmo de la tortuga, sin prisas pero sin pausas, que es casi la velocidad de la luz comparado con el tempo que se ha vivido estos años en el Ayuntamiento. En sus adentros lleva un delegado de Hacienda , que es como llevar la economía de las casas, con lo cual hay que pedirle que se faje de puertas para afuera -aunque tendrá que echar muchos remiendos dentro- ante otras administraciones, su partido y sus propios vecinos. Sin miedo a rozarse con ellos, a escucharlos y a meterse en los charcos , si hace falta. Sin cortafuegos. Cambiar el sino de Córdoba y hacerse su líder.
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