Opinión

Unidos, ¿hacia dónde?

Dudo de que salgamos de la crisis económica porque desconozco a qué puerto quieren llevanos nuestros dirigentes

El vicepresidente segundo del gobierno, Pablo Iglesias EFE
José Luque

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No tengo seguridad que fuese Goethe el que dijo que «lo más importante de este mundo no es saber dónde estamos, sino hacia dónde vamos», pero me sirve para expresar lo que pretendo. El pasado sábado la Tertulia «La Crátera» celebró un encuentro virtual. Aparte del disfrute y cambio de impresiones con los amigos, tuvimos la oportunidad de agradecer unánimemente a nuestro compañero «craterano» y consejero de sanidad, su dedicación, buen hacer y profesionalidad, como médico y político. También se habló del daño económico que la pandemia genera a nivel mundial y de manera muy especial la repercusión que con seguridad tendrá en la calidad de vida de los españoles. Creo sinceramente que no somos conscientes de la magnitud de ese deterioro . Se habla mucho de lo que van a cambiar las maneras de relacionarnos socialmente. Pero se habla poco, puede que por desconocimiento, de la realidad económica que nos vamos a encontrar al salir de este cautiverio, y de cómo hay que actuar para recuperar cuanto antes la calidad de vida que teníamos.

Los contribuyentes y empresas soportaban desde hacía años un castigo enorme para superar la crisis financiera del 2008. Golpeaba una fiscalidad que rozaba lo confiscatorio. Confiábamos ver tiempos mejores, cuando un extraño virus nos coloca en la realidad actual. Se dice que venceremos al coronavirus y yo estoy de acuerdo. Se nos garantiza que saldremos de la crisis económica y de eso no estoy tan seguro. Y no tengo seguridad porque a estas alturas desconocemos con certeza a qué puerto pretenden llevarnos nuestros dirigentes. No es lo mismo caminar hacia un puerto con un sistema político que defienda valores como la economía social de mercado, la libertad y la propiedad privada entre otros, que otro puerto donde el Estado, directa o indirectamente, se hace cargo de los medios de producción y donde la libertad y los derechos están restringidos y vigilados . Ambos sistemas son conocidos, como conocidos son sus resultados.

El gobierno está en su derecho de decir lo bien que combate el coronavirus y nosotros somos libres para creerlo o no creerlo. Pero decir que son traidores a España quienes no se unan al gobierno para empujar al carro de la crisis económica hacia un puerto desconocido por los ciudadanos, eso es inaceptable . Sólo los fanáticos, aborregados o aquellos que aun perdiendo libertad están obligados a dar recompensa al estado por los beneficios o mercedes recibidas, sólo esos, repito, estarán dispuestos a unirse para empujar a un carro con destino desconocido.

Convencido que el tiempo corre a favor de los enemigos de la libertad, no podemos perder ni un segundo en discutir cómo hacer el camino para sortear la crisis económica , si antes no estamos de acuerdo en la España que queremos encontrar al final de ese camino.

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