Opinión Córdoba

Un escombro del calvario

Hacer alarde anticristianismo para demostrar superioridad progresista es muestra de ruralismo cultural

Un momento de la polémica retirada de la Cruz de las Descalzas en Aguilar de la Frontera J. P.
José Javier Amorós

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¿Qué hacemos con la cruz , madrecita alcaldesa? Echadla a la basura , camaradas, hay que dejar sitio para la revolución. Acabar con dos mil años de cristianismo en el mundo no está al alcance de cualquiera. Ni siquiera de la Iglesia católica , que algunas veces parece ponerle voluntad. Hoy volvemos a la cruz como escombro del Calvario, que a eso parece haber quedado reducido el signo del cristianismo para el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera. Mal gusto, fundamentalmente, una de las formas que adopta la ignorancia. Las personas de alguna exquisitez intelectual nunca toman decisiones políticas sin haber hecho antes la digestión de una comida copiosa. José Jiménez Lozano, el gran escritor que obtuvo todos los premios literarios posibles, a excepción del Nobel , que también merecía, consideraba que «está fuera de época ser antirreligioso». A uno le parece que hacer alarde de anticristianismo para demostrar superioridad progresista, es una muestra de ruralismo cultural. Como presumir de no leer. El Instituto del Ateísmo Científico , de la Academia de Ciencias Sociales de la URSS, publicó en la segunda mitad del siglo pasado un Manual para la formación marxista de los universitarios, en cuyo prólogo «considera el ateísmo y la lucha contra la religión como un elemento constitucional de la formación y de la actividad de un buen comunista».

La URSS ya no existe, o no del todo, pero el comunismo, sí. Se trata de saber si ha diversificado sus lecturas. ¿Qué enfermizo placer puede experimentarse arrojando a la basura el sagrado patíbulo de un Hombre que pasó por el mundo haciendo el bien? Aunque pueda parecer lo contrario, la alcaldesa de Aguilar de la Frontera no sabe lo que ha hecho. Eso ya lo anticipó el crucificado . Los jóvenes bárbaros lerrouxistas y los milicianos sudorosos profanaron con entusiasmo símbolos del cristianismo. Eso es memoria histórica. Y no obstante tanto, a poco que pusieran de su parte pasada la ebriedad, Dios los perdonaría. Dios se conforma con poco y no es rencoroso, al contrario que Pedro Sánchez.

A uno le gusta imaginar una amena vida eterna compartida con disidentes doctrinales de buena voluntad y mejor cabeza. Con buenas personas, claro, la bondad es la misma para todas las ideologías. ¿Cómo va a abandonar Dios a un buen marxista, como le dijo en la hora de su muerte Tierno Galván a una reportera? Cuando era alcalde de Madrid, el gran agnóstico reconoció que «un templo ayuda a reflexionar» Lo que la cruz representa, y que para los católicos es mucho más importante que un Ayuntamiento, nunca echaría a la basura a la alcaldesa de Aguilar de la Frontera , no importa su superfluidad política. Y todo para acabar llamando a Dios en la hora de la muerte, lo mismo que un párroco. Podría suceder que ni los unos ni los otros sepamos bien lo que hacemos. Afortunadamente, el perdón se pidió para todos. Requirámonos a los alados brazos de la cruz de la escombrera, que tenemos que hablar de muchas cosas, por más que nada sea lo que era.

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