Opinión Córdoba
Contagiar solidaridad
Los que luchan por la justicia sí que son un servicio esencial
Contagiar, palabra convertida en una temible realidad, es rescatada por Manos Unidas , con el mejor de sus significados, como eslogan de su campaña: «Contagia solidaridad para acabar con el hambre» y mostrar así, como cada febrero desde hace 62 años, la realidad de millones de personas del Sur, que además de la pandemia actual, sufren la del hambre y la desigualdad.
Debería avergonzarnos hablar del hambre en la sociedad de la opulencia. No de manera figurada, del necesario hablar del hambre de amor, de libertad, de belleza, de esperanza, que también, sino en sentido literal de la palabra. Ahí están los datos de la FAO , la ONU y la OMS . Para 3.000 millones de personas es inalcanzable una dieta saludable, ya que su coste supera el umbral de la pobreza (1,90 dólares por persona al día). El 45% de las muertes de menores de 5 años en el mundo están relacionadas con la desnutrición. A ello se une la falta de acceso a una vivienda digna, al agua (2.200 millones de persona privadas de agua potable), a asistencia médica y a saneamientos, cifras que se verán agravadas a consecuencia de la crisis sanitaria. Me pregunto si tendrán acceso a las vacunas.
Manos Unidas es la ONG de desarrollo de la Iglesia católica y de voluntarios, dedicada a apoyar el desarrollo de las poblaciones más vulnerables en África, Asia y América latina. Es voz de los sin voz y trabaja con las comunidades locales a fin de lograr una vida digna y plena. En Córdoba , contamos con una delegación de esta organización, muy activa en la financiación de proyectos de desarrollo y sensibilización de la opinión pública, para erradicar las causas de la pobreza y el cambio de las estructuras injustas que la provocan. Nuestra sociedad necesita la superación del individualismo, con la búsqueda del bien del otro como propio. Por este motivo, proponen el valor de la solidaridad y del bien común, como únicas herramientas capaces de un cambio de valores, actitudes y comportamientos que favorezcan el respeto a los derechos humanos, el reconocimiento del valor inalienable de la dignidad humana, y la construcción de un mundo más humano y corresponsable. Está claro que los que luchan por la justicia sí que son un servicio esencial.