Pretérito Imperfecto
La onda expansiva en Córdoba del 'terremoto naranja'
La sacudida desatada ayer por Ciudadanos y sus mociones de censura con el PSOE no terminó en Capitulares
![Bellido y Albás antes de una comparecencia en el Ayuntamiento de Córdoba](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2021/03/11/s/bellido-albas-ayuntamiento-kbYD--1248x698@abc.jpg)
EL terremoto político ‘naranja’ tuvo su onda expansiva en Córdoba. El efecto dominó de Murcia a Castilla y León con réplica formidable en Madrid rebotó hacia Andalucía con la querencia a romper el armisticio de la «isla» que dice Juan Marín que resultar ser la Junta de Andalucía frente la inestabilidad política de un país que piensa más en mociones de censura que en vacunas. Y, de momento, pax eterna.
Sin embargo, las miradas apuntaron a Capitulares, donde PP y Ciudadanos calcan el acuerdo de San Telmo y los de Murcia, la Puerta del Sol, Plaza Cibeles y Valladolid . Y la verdad es que la sacudida de ayer en la mañana no llegaba, precisamente, en un momento de fortaleza en un cogobierno municipal de Córdoba con fisuras y debilidades, más que por roces políticos, por incapacidades y obstáculos, pandemia al fondo. Este pacto le sigue viniendo largo a algunos y, justamente, la parte ‘naranja’ se encuentra casi manga por hombro. Y en esa aparente debilidad, el temblor sísmico y su onda expansiva podrían haberse cobrado más grietas.
Y la formación naranja, que empieza a sentir el dolor de las contradicciones en el Ayuntamiento, es un cultivo de dudas permanentes a quien la cuesta más se le empina después del 'baculazo' de Inés Arrimadas
La salida de Eva Timoteo como concejala por su incompatibilidad deja un roto mayor por el relevo , una dirigente que ha sido expulsada de Ciudadanos tras sus denuncias de mala gestión en el Imdeco a cargo de Manuel Torrejimeno. Y aún sigue sin aclararse si María Luisa Gómez , la siguiente en la lista, cogerá el acta de concejala y se sumará al grupo o tomará la vía de la no adscripción. Orden en la sala es lo que pidió ayer Bellido, orden en su socio para que las aguas se calmen y se pueda seguir trabajando en unos momentos complejos y seguir en lo importante y no lo accesorio.
Hay unos presupuestos millonarios esperando pero con un retardo poco aceptable para los tiempos que vivimos . Y en esta herida pincha la izquierda de la doble moral -la que calla con la investigada Ambrosio y pide dimisiones y comisiones de investigación al otro lado de la bancada sin imputaciones-. Y pincha Vox, el socio de investidura, que amaga por enésima vez con torpedear las cuentas -como ocurre en Andalucía- aunque luego no llegue la sangre al río. Vox encuentra el lado débil del cogobierno de Bellido en el riñón de Ciudadanos.
Y la formación naranja, que empieza a sentir el dolor de las contradicciones , es un cultivo de dudas permanentes. Decidió ser mayor en el pacto a fuerza de querer ‘independizarse’. Visualizar sus áreas, negociar por su cuenta los presupuestos e intentar abarcar mucho sin apretar nada. Hay cierto desconcierto, pero es un calco de lo que esta formación vive en España, donde el último ‘baculazo’ de Arrimadas puede costarle la existencia del partido que inventó Rivera tras entregarse al PSOE.
La suma de Ciudadanos con la oposición en el Ayuntamiento de Córdoba saldría en una hipotética moción de censura que el cortafuegos de Moreno y Marín en la Junta desactivan
Lo empieza a vivir en Andalucía, donde a Juan Marín le están forjando desde la dirección de la dirigente catalana una alternativa a sus credenciales electorales en 2022 . Se trata de la consejera de Bienestar Social, Rocío Ruiz, quien ya el lunes guiñó al PSOE en un acto celebrado en Córdoba como una opción de gobierno que no hay que descartar. ¿Lo vive en Córdoba? Cierto es que resulta muy complicado averiguar ahora mismo quiénes son de Arrimadas, quienes de Marín , quienes van por el espíritu libre o quienes beberían los vientos por romper con Bellido en el ‘pool ‘de cinco ediles que comanda Isabel Albás y alguien más desde fuera.
La suma de Ciudadanos con la oposición sale, pero el cortafuegos anunciado ayer por Juanma Moreno Bonilla y el propio Juan Marín quita cualquier amago de deserción en Córdoba. Tampoco el PSOE está en el Ayuntamiento para los coqueteos que tuvo con Albás antes de la investidura. La figura de su portavoz está más que tocada como para arrendarle ganancias a futuro, tras haber sido, además, derrotada en las urnas en 2019.
Entre tanto, José María Bellido puede tomar algo de aire tras el dique andaluz al terremoto ‘naranja’. Supo ganar en el río revuelto de la crisis de Timoteo quedándose toda una Área Social de calado en la calle, aminorar los ímpetus de sus socios y encima ganar algo de tiempo en el parón pandémico y municipal con el caso de la parcelista Ambrosio. Pero nada es eterno en política, donde cada día pueden sorprenderte en una esquina cualquiera. Quizás, calculador como es el alcalde, ya esté pensando en el nuevo escenario que puede venir en 2023.