Desde mi rincón
Obras son amores
Admirar las cosas no es amarlas; también hay que preservarlas
El tema de la pasada semana ha sido y presumo que seguirá siendo Cataluña . Pero no perderé ni un segundo en algo que quienes tienen que resolverlo ni están dispuestos a oír ni van a hacer otra cosa que no sea aquello que favorezca a sus intereses personales y partidistas. Así pues, hablemos de las cosas cercanas. De aquellas que puede que tengamos más influencia para que se resuelvan. Hablemos del patrimonio de Córdoba .
Hace pocos días nos informaban que la Asociación de Vecinos Torre Malmuerta denunciaba el mal estado de conservación en que se encuentra ese monumento. También nos enteramos del derrumbe de parte de la muralla romana que da a la calle San Fernando. Tampoco cae en saco roto la información sobre el estado de abandono del Casco Histórico de Córdoba. Estas noticias nos deberían hacer reflexionar sobre la capacidad que tenemos para gestionar nuestro patrimonio. Porque no sucede igual con todos los monumentos. Parte de los que la historia nos ha legado están bien conservados para uso y disfrute de los ciudadanos. Otra parte permanece oculta, abandonada, deteriorada y en algunos casos perdida por derrumbe . Y esa diferencia existente en la gestión y conservación es la que nos debe llevar a analizar el por qué las cosas suceden así. No basta con decir lo mucho que queremos a Córdoba. Hay que demostrarlo con hechos.
Leo que un jugador del Córdoba CF , afirma que «al Córdoba CF hay que quererlo como es». Es lamentable que un jugador diga eso. ¿Es que vamos a sentir lo mismo gane o pierda, ascienda o descienda? Las cosas no son así. En todo hay dos carriles. El que va del club a los aficionados y el que lleva a los aficionados al club. Lo que ha dicho el jugador se escuchará por el primero. Lo que se oye por el segundo es diferente. Los aficionados dirán que el Córdoba CF debe demostrar que quiere a la afición con una administración ejemplar, jugando con garra, ganando partidos, ascendiendo y demostrando que son merecedores de respeto. Pues lo mismo digo cuando hablamos de nuestro patrimonio. No basta con decir lo mucho que queremos y admiramos lo que la historia ha dejado a Córdoba. Hay que demostrarle a la historia que sabemos administrar y conservar ese patrimonio, ponerlo al servicio de los ciudadanos y procurar en la actualidad la existencia de una Córdoba capaz de generar para el futuro un patrimonio igual o parecido al que hemos recibido de nuestros ancestros.
Escribió Lope de Vega Carpio una comedia titulada «Obras son amores, y no buenas razones». Título que hizo suyo el refranero español y que deberían llevarlo grabado en su alma los directivos y jugadores del Córdoba CF y todos y cada uno de los políticos que voluntaria y democráticamente deben estar al servicio de los ciudadanos y de Córdoba como ciudad.
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