CELEBRACIÓN

El obispo de Córdoba invita a acoger la «buena noticia» del nacimiento de Jesús

Demetrio Fernández preside en la Catedral la misa solemne de Navidad

El obispo da a besar la imagen del Niño Jesús al canónigo Manuel Nieto Cumplido VALERIO MERINO

LUIS MIRANDA

Un personaje histórico , de carne y hueso, que vivió como todos y que nació, es obvio decirlo, como un Niño. Eso es lo que celebraba la Iglesia y gran parte de la sociedad el día 25 de diciembre y fue lo que recordó el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández , en la misa solemne de Navidad que se celebró al mediodía de este lunes en la Catedral . Es decir, se recordaba que Jesús había pasado realmente por la tierra. «La vida cristiana tiene un sistema de pensamiento y un código de normas morales, pero su centro es una persona, que se llama Jesucristo , y que es un personaje histórico, no es un mito», explicó el prelado, para después relatar que su singularidad es que «venció a la muerte, que vive y que su memoria no se ha extinguido».

En su homilía recordó la vida terrenal de Jesucristo y cómo fue paulatinamente contando que venía de Dios. «Al preguntarle de dónde viene, Jesús nos responde que tiene un origen eterno , divino, como su Padre», dijo el prelado, que insistió en que el día 25 se celebra «un acontecimiento asombroso , que es su nacimiento en la carne». «Dios ha llevado adelante su plan y cuando ha llegado el tiempo a su plenitud ha enviado a su Hijo, nacido de una mujer, bajo la ley, para rescatarnos a todos y hacernos hijos de Dios para siempre», recordó.

Reconoció Demetrio Fernández que el cristiano, al mirar el mundo que le rodea, puede llegar a sentir «que Dios está ausente, que está perdido entre tantas injusticias y egoísmos ». Para aliviar y consolar está «la buena noticia», el Evangelio. «El nacimiento de Jesucristo no sólo fue una buena noticia ; lo fue entonces y lo sigue siendo hoy», como afirmó el obispo al hablar de la esperanza de la presencia divina entre los hombres.

El obispo acabó diciendo que la fiesta de Navidad es «como si el cielo se hubiera abierto y desde allí hubiera bajado este Hijo de Dios hecho carne como nosotros, para dar a cada uno la mano y llevarlo al cielo, por su acción divinizadora y los sacramentos». Por eso, para él, es legítimo hacer fiesta en estos días, como quiere la cultura popular , y lo son los besos que se depositen en la imagen del Niño Jesús. «Es un gesto de adoración en esta carne humana y mortal , pobre, que ha venido al mundo para salvarnos del pecado, de la muerte eterna y llevarnos al cielo», concluyó Demetrio Fernández.

El obispo de Córdoba invita a acoger la «buena noticia» del nacimiento de Jesús

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