Religión
El obispo de Córdoba insiste en que «el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor»
Demetrio Fernández invita a vivir una sexualidad madura, «aunque sea contracultural»
![El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, durante una misa reciente](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2021/01/14/s/obispo-cordoba-fornicacion-kOdB--1248x698@abc.jpg)
Cuenta el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández , en su carta pastoral de esta semana que en sus visitas por pueblos y parroquias se reúne con jóvenes y mayores y de vez en cuando le preguntan por sexualidad. Hay pudor, pero no le da miedo: «Los cristianos afrontamos estos temas sin rehuirlos, aunque sabemos que nuestra propuesta es contracultural en la sociedad de nuestro tiempo».
También, dice, era contracultural cuando San Pablo escribió el texto que se lee este domingo, primero del tiempo ordinario: «El cuerpo no es para la fornicació n, sino para el Señor… ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?... Huid de la fornicación… ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?... Por tanto, glorificad a Dios con vuestro cuerpo».
La sexualidad, según Demetrio Fernández, «no es toda la persona, pero es un microcrosmos de la persona , donde se refleja la psicodinámica de la persona y sus relaciones afectivas, que pueden perfeccionarle o destruirle». Según él, está hecha «para ser donación de sí mismo , del amor verdadero».
Demeterio Fernández cree que el cuerpo debe ser para la donación, y no para la búsqueda de placer egoísta
Al contrario, la fornicación «es la búsqueda egoísta de sí mismo y del placer sexual a cualquier precio». En su carta, habla de que «el seguimiento a Jesús se bifurca en la vocación a la vida consagrada y en la vocación al matrimonio». Cualquiera de los dos es «seguir al Señor en cuerpo y alma».
«Un matrimonio bien fundado tiene que constituirse sobre una madurez humana afectivo-sexual de él y de ella, en un camino progresivo de donación corporal como expresión de la donación de la persona, que está dispuesta a sacrificarse por la persona amada», afirma, para después recordar que también el cuerpo del célibe «es templo del Espíritu Santo ».
Por ese motivo, Demetrio Fernández termina su carta, con una llamada que ha hecho en otras ocasiones: «Jesús llama a su seguimiento, y para eso es necesario madurar en la afectividad-sexualidad, porque el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor ».
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