APUNTES AL MARGEN

C3A, o la escalera a ninguna parte

El sentido de pertenencia de Córdoba con el C3A, la institución cultural de mayor presupuesto, es cero

Creación de Yoko Ono en el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía VALERIO MERINO

RAFAEL RUIZ

La instalación en el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (en adelante, C3A) de un grupo de obras de la la artista Yoko Ono, muy conocida socialmente por ser la viuda del asesinado John Lennon, ha sido saludada por críticas mordaces hasta por los prescriptores de opinión que en Córdoba centran el debate de la modernidad. No ha habido lengua viperina que se haya podido callar las censuras ante una obra, dicen, un tanto vacua que poco menos que le toma al pelo a quien mira. Nada raro en el mundo del arte. Más extraño si cabe son las críticas recibidas por la propia entidad que acoje las instalaciones que lleva ya año y poco de desarrollo, desde la apertura exprés decretada por la exconsejera de Cultura Rosa Aguilar, a quien se le caía la cara de vergüenza cuando pasaba por la puerta de una mole cerrada, el edificio de Miraflores, que había costado la friolera de 30 millones de euros, sufragados por ayudas europeas.

Tras este primer periodo de su apertura, la realidad es que el C3A es un sable láser en una película de Star Trek o un guitarrazo «heavy» en un disco de Ismael Serrano. Está fuera de sitio. Sencillamente, la ciudad de Córdoba no lo considera como un elemento propio de su ecosistema cultural. Salvando las distancias económicas, una librería mínimamente interesada en el mundo en el que vive (sirva el ejemplo que está realizando La República de las Letras ) tiene una agenda mucho más receptiva a las cosas que ocurren que el buque mercante de hormigón blanco varado en la península de Miraflores. Entidades con mucho menos coste presupuestario, como el Archivo Histórico, están realizando un esfuerzo dentro de sus modestas posibilidades por actualizar sus contenidos y llegar a nuevos públicos.

Entidades con mucho menos presupuesto, como el Archivo Histórico, quieren llegar a nuevos públicos

Dicen los que saben de estas cosas (que ese es el problema, son muy pocos) que alguna de las exposiciones ha sido muy prometedora como la muestra «Constelaciones» que indagó en la poesía visual española a lo largo de 400 obras. Sin embargo, lo normal en el centro de creación contemporánea de la Junta es el vacío. El enorme y frío espacio de un edificio que se encuentra ajeno a los intereses de la mayoría bien porque la temática que ofrece es muy desconocida para el público, grande y pequeño, bien porque no ha nacido con un concepto definido.

Del C3A o CCCC, nombre de sus inicios, nos dijeron lo que no era, un museo. Según los peor pensados, porque los popes culturales de la Junta no querían competencia interna para su gran institución de la materia, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo ubicado en Sevilla. Según la web de esta organización pública, en estos días se han podido ver hasta tres exposiciones distintas en el edificio de la Cartuja, asistir a sesiones de jazz o distintas iniciativas de carácter didáctico que en Córdoba se resumen a las actividades con familias de los domingos o las programadas excepcionalmente con el nombre de «Caja blanca. Cubo blanco» (¿quién es el fiera en marketing que asesora en estas cosas?) durante las fiestas de Navidad.

Lo peor del desinterés por el caro equipamiento cultural en cuestión es que se dé por hecho el vacío

También nos dijeron que no sería el C3A una entidad local, que su proyección era internacional. La cuestión, supongo, es que ese tipo de trabajo existe de mucho tiempo, mucho dinero y mucha apuesta política, cosa que se echa en falta. Y que la obligación didáctica, más allá de los talleres, es en estos tiempos una obligación. Nadie va a entender, cosa que es fácil de intuir, que se financie de forma sostenida una entidad que no abre todas las mañanas con una vocación deformar parte de la sociedad que paga las facturas por mucho que un grupo de creadores crea tener el derecho constitucional a ello.

Lo peor del desinterés sobre el equipamiento cultural más caro creado en años en Córdoba es que se dé por hecho el vacío, que nos acostumbremos al bostezo como en tantas cosas que ocurren en esta ciudad, aunque esta vez tocados con gafas de pasta. Tiene que existir una fórmula para acercar eso que se hace o se puede hacer allí para una sociedad, particularmente joven, que necesita, y de qué manera, contactos frecuentes con la cultura que no aparece por la pantalla de la Play Station. El resto no es menor. Lo de ahora se parece mucho a la obra de Yoko Ono. Una escalera a ninguna parte.

C3A, o la escalera a ninguna parte

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación