CORTIJO DEL CURA
Nuevos inversores detrás de la «Torre del Agua»
Cajamar, dueña del suelo tras la quiebra de ÑXXI, está punta de cerrar la venta
Si la proliferación de proyectos de edificios en altura supuso un hito en la Córdoba de la economía al alza, el retorno hoy de una de esas torres ideadas para la zona de expansión de la ciudad puede resultar indicativo de un mejor trance coyuntural.
En 2006, la provincia de Córdoba alcanzaba el techo histórico de promoción de viviendas: 10.000. Nunca antes, y pude que nunca más después, se alcance esa cifra. Y fue justo a partir de ese 2006 cuando las «torres» empezaron a poblar el imaginario «skyline» de Córdoba la llana (línea de horizonte).
Fue la «Torre Prasa» y el llamado «Ojo del Califa» de Carlos Ferrater , que acabó triturado por una singular polémica. Después llegó la torre de la Junta de Andalucía en Noreña , como complejo de servicios públicos con 16 plantas y 56 metros de altura en la corona de la vieja residencia sanitaria.
La crisis también se llevó por delante a la arquitectura del poder. En pleno apogeo (en los accesos de Rabanales 21 se proyectó otra, e incluso en polígonos como la Torrecilla , otra) de los estudios de arquitectura llegó la llamada «Torre ÑXXI» , emplazada en la glorieta Amadora como vértice del plan parcial Cortijo del Cura .
Quiebra de ÑXXI
El grupo inmobiliario de capital cordobés (), en el que pondrían sus ojos Cajasur y Prasa , vestía de traje largo un edificio en altura (baja más 13 plantas) para uso hotelero y de oficinas con una carga inversora de 25 millones de euros.
Tras él, una promoción de viviendas en forma de «uve» que servía de entrada a uno de los sectores urbanizables con más dinamismo -a la postre uno de los pocos desarrollados en mayor grado-. La entrada en concurso de acreedores de ÑXXI y su posterior liquidación 2012 secó el proyecto. Las torres se marcharon del horizonte quedando sólo la del campanario de la Mezquita-Catedral , que lleva aparejada su propia polémica por otros derroteros.
Fruto de esa crisis, del concurso de acreedores y de la venta de activos inmobiliarios para intentar salvar los muebles de ÑXXI, el solar de la torre y las viviendas recayó en manos de Cajamar , para quien el proyecto no parece que tenga un mal final.
Fuentes de la entidad confirmaron ayer a ABC que tienen «una oferta de compra de ese suelo. La negociación está muy avanzada pero aún no se ha terminado de cerrar . Caso de concretarse, nos limitaremos a vender el suelo, y no participaremos ni tendremos nada que ver con su posible desarrollo». No quiso dar el nombre del comprador.
Visto bueno urbanístico
Dos empresas gestoras (una inmobiliaria cordobesa y una asesoría madrileña) se están encargando ya de comercializar la torre del Cortijo del Cura que diseñara en su día el estudio del arquitecto Rafael Castelló . No hay muchos detalles al respecto porque se va a realizar una presentación pública del cuaderno de venta, pero, según ha podido saber ABC de fuentes de toda solvencia, hay cambios en los usos y el diseño respecto de la infografía original que se dio a conocer allá por 2007 y 2008 y que acompaña a esta información.
Hace justo ochos años, cuando la Gerencia de Urbanismo daba el plácet a la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para que se pudiera romper el techo normativo de las siete plantas en la parcela que ÑXXI había elegido, el proyecto se daba a conocer con números imponentes. La torre, con unos 10.000 metros cuadrados de techo, costaba 25 millones de euros y se podía ejecutar en apenas 20 meses.