ARTE COFRADE

Así son los nuevos imagineros en Córdoba

José Antonio Cabello, Edwin González Solís, Juan Jiménez y Pablo Porras, las gubias del siglo XXI

El imaginero José Antonio Cabello en su estudio RAFAEL CARMONA

LUIS MIRANDA

Trabajan entre olor a madera y en este tiempo de Cuaresma casi siempre con prisas . Cuando tuvieron edad para tomar una gubia en las manos la ciudad ya se había empezado a llenar de imágenes nuevas que no se habían buscado en Sevilla, sino que habían nacido en talleres de Córdoba , y los misterios se renovaban con el genio y la creatividad de escultores que renovaron la imaginería y la impulsaron fuera de la ciudad como una marca de prestigio. Miguel Ángel González Jurado, Francisco Romero Zafra y Antonio Bernal no sólo consagraron su trabajo y sus nombres, sino que también dejaron en la ciudad un ambiente para seguir por los caminos de la talla sagrada. Y en el siglo XXI, al mismo tiempo que ellos siguen trabajando y ofreciendo nuevas obras, ya han nacido nuevas gubias que han ofrecido sus trabajos a nuevas hermandades. Son la siguiente generación de imagineros.

José Antonio Cabello (Córdoba, 1979) reconoce que parte de la espiritualidad y de su condición de cristiano para enfrentarse al trabajo de plasmar lo divino en la madera. «No tengo una referencia clara, pero sí me inspiro en el barroco andaluz », afirma. Su trabajo empezó en el año 2000, después de una formación en talla en la Escuela de Artes y Oficios, en la escuela taller que reconstruía el retablo mayor de la iglesia de la Merced y en taller de Antonio Bernal y Francisco Romero.

La espiritualidad de la que parte se nota, o al menos eso dicen quienes le han pedido obras y quienes le admiran, porque sobre todo destacan la «unción y dulzura» . En Córdoba tiene una obra, Nuestra Señora de la Salud y Traspaso, que veneran en la iglesia de la Consolación los miembros de la agrupación parroquial del Traslado al Sepulcro, y que sale por su barrio la víspera del Domingo de Ramos.

Es José Antonio Cabello de los que piensan que todavía cabe cierta innovación en un campo sujeto

Juan Jiménez y Pablo Porras junto algunas de las imágenes que han creado-RAFAEL CARMONA

Juan Jiménez (1982) y Pablo Porras (1982) tienen un taller de obras que realizan a cuatro manos desde que se conocieron en la escuela de arte Dionisio Ortiz Juárez. También se formaron con Francisco Romero. ¿Cómo se trabaja entre dos? Según Juan Jiménez, «uno y otro pueden tener una visión distinta, que a veces es complementaria y que en otras ocasiones tiene que llegar al momento en el que uno ceda» hasta alcanzar la forma en que la obra se plasmará en la madera.

Para él, la innovación es complicada : «Los genios fueron Mesa, Montañés, Salzillo, y nosotros seguimos los caminos que ellos trazaron», dice Juan Jiménez al hablar de un yacente para Pedroche que recuerda a los que talló Gregorio Fernández, y que destaca por su movido escorzo.

Entre 2013 y 2014 brindaron dos imágenes a Córdoba : la Virgen de la Quinta Angustia , para una prohermandad que tiene sede en la Merced para la que ahora trabajan en el Señor del Soberano Poder, y la de las Penas , titular de la hermandad de las Lágrimas del Parque Figueroa. De ellas gustó un rasgo común a muchas de sus obras, que es la idealización , la forma en que la unción trasciende a la madera para evocar a la imagen divina, y que entienden como fundamental para su obra. «La imagen no se puede parecer a nadie, tiene que tener la necesaria unción», afirma Juan Jiménez.

Así son los nuevos imagineros en Córdoba

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