Jesús Cabrera - EL MOLINO DE LOS CIEGOS
El nuevo folclore
El predecible repertorio antitaurino, anticlerical, antimilitar. Ya no les quedan tópicos a los que acudir
CON la nota de Ganemos en la que censuraba que la Delegación municipal de Cultura colaborase con la actividad «Tauromaquia en Córdoba: ecología, turismo, cultura y derecho», organizada por la asociación Puerta de los Califas, este singular grupo político vuelve a no defraudar a la afición. Después de un periodo de aletargamiento, de pérdida de músculo en la crítica extravagante, en el que se le ha escapado viva una Semana Santa espléndida a la que no le han dedicado el más mínimo anatema de su totalitario credo, vuelven a saltar al ruedo intentando arrinconar a la concejal Mar Téllez y no han obtenido más que un clamoroso silencio del respetable. En esta ocasión, la frialdad del público es de las que duelen más que un buen abucheo, ante el que algunos se crecen, pero en este caso no ha habido ocasión.
La nota de Ganemos no tiene desperdicio. Responde al manido argumentario antitaurino cuyo moho reverdece cada primavera, cuando se inicia la temporada. A esta nota de prensa hay que agradecerle dos cosas: en primer lugar que esté escrita de forma desganada, como por compromiso, por lo que pierde toda su causticidad. Algo así como cuando llega el puente de la Purísima y hay que pensar ya en las felicitaciones de Navidad (o de Año Nuevo, que les pega más). Pues parecido: estamos a final de mayo y hay que ir a la Feria. Una rutina más. Se advierte en el texto una relajación que le priva de la chispa necesaria para encandilar al lector, aun el más afín.
El otro aspecto que hay que agradecer, como consecuencia de lo anterior, es la ausencia del tono faltón que tanto caracteriza últimamente a los antitaurinos. Los de Ganemos han tenido el detalle de dejar los insultos en el cajón a la vista de que por ahí no tienen nada que hacer. Listos que son. O a lo mejor esta melosidad en las críticas a la Concejalía de Cultura por hacer algo tan justificado como es colaborar en unas jornadas taurinas forma parte de una estrategia para no restarle protagonismo al estreno mediático de su portavoz en la Diputación, María Ángeles Aguilera, quien desde esta semana ha subido varios enteros en su popularidad gracias a esa moción en la que intentó declararle la guerra a la presencia de botellitas de agua en todos los actos públicos e internos que organice la Diputación provincial. Los asistentes al Pleno fueron testigos de cómo las sonrisas se mezclaban con los gestos que denotaban sentir una profunda y sincera vergüenza ajena. Vamos, para salir corriendo. Los demás portavoces reprobaron con argumentos e ironía la estrambótica propuesta, pero el de Ciudadanos, David Dorado, guardó un silencio de esos que lastiman de verdad por su indiferencia.
Una vez agotado, en menos de un año, el predecible repertorio antitaurino, anticlerical, antieuropeo, antimilitar y antitodo ya no les quedan tópicos a los que recurrir. Por esto han puesto en marcha la estrategia basada en un nuevo folclore, cuya característica principal es la de hacer que la liebre salte por donde menos se le espera, para así ganar un titular con algo de suerte y fidelizar a la parroquia en la próxima asamblea. Ganemos Córdoba ha iniciado una nueva etapa con su moción antibotellas de agua mineral, con la que pretendían mandar al paro a todos los que viven de este producto, y han conseguido que la expectación sea máxima a la hora de ver las propuestas que llevarán a la próxima junta de portavoces. Las apuestas romperán todos los pronósticos, ellos ganarán su minuto de gloria y la ciudad perderá otra oportunidad más de hacer algo provechoso.