Agricultura y ganadería
La nueva plaga que hay que combatir en Córdoba
Agricultores y ganadores aplauden la decisión de permitir la caza para evitar los excesos de población
![Un conejo corre por un campo de vid](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2020/05/02/s/cordoba-plaga-agricultores-kTIC--1248x698@abc.jpg)
La pandemia del coronavirus no es la única plaga que azota estos días a la provincia. En los casi dos meses de confinamiento y de parón de la actividad en ciertos sectores, entre ellos la caza, se ha descontrolado la población de fauna silvestre, que amenaza con arruinar los cultivos en marcha y en comprometer la viabilidad de las explotaciones ganaderas. Estos últimos días están dejando estampas hasta ahora inauditas de especies silvestres colonizando espacios urbanos. Y devastando los terrenos agrícolas, como las cabras montesas que bajan de la sierra para comerse las varetas de olivos o almendros recién sembrados, o la de los conejos que devoran los brotes de la vid en la campiña.
La suspensión de la caza tras la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo propició el caldo de cultivo para que los animales silvestres hayan ensanchado su hábitat natural. Tras las quejas de agricultores y ganaderos, el Ejecutivo de Pedro Sánchez rectificó y por medio de un decreto consideró el pasado 15 de abril la caza como una actividad esencial, por lo cual, los cazadores pondrán salir, cumpliendo siempre con las normas sanitarias, a abatir a los animales que son una amenaza y para los que hay declarada una alarma cinegética para controlar su población. Es decir, no se podrá salir a cazar en partidas, habrá que respetar la distancia social si se practica con más personas, y en caso de viajar en un mismo coche el copiloto debe ir en la parte trasera.
En cuanto al procedimiento a seguir, Asaja Córdoba informa de que los titulares del coto deberán comunicar telemáticamente el control de daños, como habitualmente se haya venido haciendo, facilitando los datos de los cazadores responsables y cumpliendo con los condicionados que haya en los Planes Técnicos de Caza (PTC) respecto al control de daños.
El responsable del Área Cinegético-Forestal de Asaja , Tomás Jurado, indicó que la patronal ha puesto un servicio a disposición de sus asociados para la gestión telemática con la Administración para lograr los permisos para poder cazar en los supuestos contemplados. Jurado pidió «responsabilidad» a los cazadores y que, si se sale a cazar, se haga sólo con el fin de controlar a las poblaciones dañinas.
Conejos
¿Y cuáles son en la provincia? Entre ellas, el responsable del Área Cinegética-Forestal señaló la plaga de conejos que asola la campiña y pone en peligro la futura cosecha del marco Montilla-Moriles. La superpoblación de conejos, ante la escasa actividad en el campo, está invadiendo las vides y se está comiendos los brotes de las cepas, que son los que desarrollarán los sarmientos, de los que saldrán los racimos. «Si los roedores se comen los brotes, la cepa se paraliza, no se desarrolla y la cosecha del año que viene se verá reducida», indicó. La voracidad de los conejos, unida a su prolífica reproducción -las hembras pueden ser fecundadas nada más parir, con hasta seis camadas al año-, hace necesario controlar su producción.
En Aguilar de la Frontera , con la mayor sociedad de cazadores en cuanto a número de socios de la provincia, se ha empezado ya a salir con hurones y perros para combatir la plaga.
Otra animal que representa un peligro para los agricultores cordobeses es la tórtola y la paloma torcaz . Las bandadas se depositan sobre los campos que están ahora mismo siendo sembrados, como el girasol o el garbanzo, para comerse los granos menos profundos, por lo que las cosechas saldrán con claros o, si no se actúa, se perderán, tal y como advierte Jurado.
Horeca
La crisis sanitaria del Covid-19 y la suspensión de los canales Horeca (bares, restaurantes y cafeterías) ha creado una mayor densidad de animales en los cebaderos de las ganadería ante la imposibilidad de su sacrificio, puesto que la demanda ha decaído. Ello hace que haya cientos de vacas, ovejas o cerdos ibéricos en las explotaciones del Valle de los Pedroches y del Guadiato que pueden entrar en contacto con los cerdos asilvestrados y los jabalíes, transmisores de enfermedades como la brucelosis, la tuberculosis, el mal de Aujeszky (pseudorrabia) o la peste porcina, entre otras.
Desde Asaja indican la preocupación de los ganaderos del norte al ver a piaras de jabalíes junto a los cercados de sus explotaciones. Las redes también han dado buena cuenta de la presencia de estos animales por urbanizaciones, o incluso de cabras montesas por las calles de munipios andaluces.
Jurado indicó que «en un mes que no se ha cazado ni ha habido presión sobre estas poblaciones se están viviendo imágenes insólitas, no quiero llegar a pensar qué pasaría si se suspendiera la caza».
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