Cartas a Córdoba
Nostalgias navideñas
Antes la Navidad comenzaba el 22 de diciembre con el sonsonete de los niños de San Ildefonso
Querida Córdoba:
Hoy, Navidad, no quisiera amargarte con lamentos reiterativos sobre la maldita pandemia, no. Hoy, Navidad, prefiero que mi mensaje sea amable ; amable y una pizca nostálgico, así que echaré la mirada atrás para esbozar algunas escenas navideñas de antaño prendidas en mis recuerdos.
Como recordarás, antes la Navidad comenzaba el 22 de diciembre con el sonsonete de los niños de San Ildefonso cantando los premios de la Lotería, pero desde hace años empieza mucho antes, cuando el comercio saca los turrones y mantecados y desempolva sus bolas, guirnaldas y papanoeles para decorar los escaparates. Y es que la Navidad tradicional del pavo, las perrunas, los nacimientos y la misa del gallo ha sido desplazada paulatinamente por la Navidad del consumo a todo tren, aunque ahora la pandemia modere algunos excesos.
¿Recuerdas Córdoba cuando en vísperas de la Navidad la Espartería se llenaba de paveros son sus piaras de pavos, a 24 pesetas el kilo? ¿Cuando el alumbrado extraordinario se formaba con guirnaldas de bombillas pintadas de colores básicos?
¿Cuando al pie del Templo Romano se instalaban las casetas de figuritas de barro para el nacimiento -antes de que llegaran las de plástico- aunque las familias acomodadas preferían comprarlas en Casa Pueyo o en La Vidriera, más finas, artísticas y caras?
¿Cuando en los desaparecidos patios de vecinos se encendían hogueras y se cantaban villancicos de Ramón Medina como «Nochebuena cordobesa» mientras alrededor de la candela pasaba de mano en mano la bandeja de polvorones y la botella de anís Machaquito para aliviar el frío de medianoche?
¿Recuerdas cuando empresas generosas colmaban de regalos a tus desaparecidos guardias de tráfico que en enclaves estratégicos ordenaban la incipiente circulación a toque de silbato? ¿Cuando los carteros, los carreros y los barrenderos solicitaban el aguinaldo de puerta en puerta con una tarjetilla en la que felicitaban las Pascuas ?
¿Cuando Radio Córdoba celebraba subastas benéficas a favor de los niños del Hogar y Clínica de San Rafael , animadas por el recordado locutor Rafael López Cansinos? ¿Cuando el 28 de diciembre los periódicos gastaban inocentadas, como aquella sobre la aparición de una ballena con los ojos fosforescentes en el río Guadalquivir, que los incautos se creían? ¿Cuando los Reyes de tu Cabalgata los encarnaban figuras populares como el cantante Antonio Machín, el torero Manuel Benítez o el cantaor Fosforito?
Este año, Córdoba, la maldita pandemia ha menguado el alumbrado navideño y ha cancelado los concursos de belenes y de villancicos, ha suprimido los grupos de campanilleros por las calles y hasta los Reyes Magos , que tanto ilusionan a los niños, vendrán en globos aerostáticos, un experimento municipal que nos privará de la algarabía infantil y de la lluvia de caramelos y juguetillos. Pero bueno, sursum corda, que llega la esperada vacuna y ojalá no sea una inocentada.