ELECCIONES GENERALES

«¡Que no nos veamos aquí dentro de seis meses!»

Los colegios electorales reciben colas de votantes madrugadores que tratan de evitar las horas más calurosas del día

Ciudadanos hacen cola para emitir su voto en el Colegio Colón VALERIO MERINO

I. C.

Este 26 de junio tiene mucho de 20 de diciembre. Excepto por la temperatura. A las 9.00 horas se constituían las mesas y abrían los colegios electorales para los más madrugadores, que acudían a su cita con las urnas antes de que el calor hiciera aún más tediosa la segunda versión en menos de un año de la « fiesta de la democracia ».

Dicen que la familia que vota unida se mantiene unida, y eso lo llevan a rajatabla en casa de Teresa Sierra. Hacia las 10.30 cruzaba la puerta del centro de educación infantil de Fidiana con su marido y sus tres hijos. ¿Que por qué tan temprano? Porque les espera un día de playa y han querido irse con los deberes democráticos hechos. En el maletero del coche, aparcado en la puerta, la sombrilla y la nevera con «tuppers» de filetes empanados. En la mano, un voto que emiten con más responsabilidad que ilusión . Los cuatro (el más pequeño de los hijos aún no tiene edad para votar) repiten la opción política que eligieron hace seis meses. Una muestra de lo que, según las encuestas, podría pasar en el resto de colegios de la provincia.

En el colegio Juan de Mena , junto a la avenida Carlos III, también hubo quien madrugó. Sobre todo, personas mayores que prefieren evitar las horas de calor de un domingo de verano. Uno de ellos es Jorge Morera, de 72 años, «del Partido [Comunista] de toda la vida» y que hoy da su voto de confianza, nunca mejor dicho, a la alianza de IU con Podemos . Le pide a un apoderado que le marque las casillas en la papeleta del Senado, para no equivocarse . Y tras dar con su mesa y emitir su voto se despide del presidente y los vocales, vecinos suyos. «¡Que no nos veamos aquí otra vez dentro de seis meses !».

En el CEIP Colón ganó holgadamente el PP en las anteriores elecciones y, a falta de encuestas a pie de urna, parece que se va a repetir la jugada. «Si no pones mi nombre te digo que votamos a Rajoy , que el voto tiene que ser secreto», negocia una mujer mientras espera la cola para introducir sus papeletas en la urna. Allí, otras dos personas hablan de lo sucedido en la sede del PSOE de Valdeolleros, que ha amanecido apedreada. «Hombre, lo que hay que hacer es no votarlos . Pero eso no está justificado». Su vecino asiente. «Ya tendrán tiempo de pegarse otras pedrás en el Congreso».

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