Rafael Ruiz - Crónicas de Pegoland

No me toques la Huevada

Villafranca reclama el derecho a decidir en el asunto de la fecha de su fiesta más popular

EN el municipio hermano de Villafranca de Córdoba andan las aguas revueltas por una cuestión de huevos. Fritos, concretamente. Hasta tal punto han llegado las cosas que los vecinos de la villa van a asumir el camino de la democracia directa, del derecho a decidir, para fijar la fecha de una de las fiestas más populares del municipio, la Huevada. Una jornada en la que pasan por el aceite de las sartenes unos 20.000 óvulos no fecundados de gallina para solaz de niños, mayores y pensionistas. Algo así como la Tomatina del huevo frito o las Fallas de la yema y la clara .

Como ha contado el compañero Andrés Orgaz en estas mismas páginas, resulta que el Ayuntamiento de la industriosa localidad, que gobierna el PSOE, decidió el año pasado cambiar de ubicación la fiesta. De su tradicional emplazamiento en el municipio, se optó por llevar la cita al recinto ferial para mayor gloria del huevo frito. Se imagina uno —sin haber estado en el pueblo d esde los tiempos de la Play 2 , gloriosa discoteca pionera en su género— que por razones de movilidad y espacio.

La cuestión es que existe un debate sobre la fecha y ahí es donde las cosas se están poniendo turbias. Desde 1982, fecha en la que la Huevada nació de la mano de la Cámara Agraria local, la fiesta era la antesala de la romería de San Isidro Labrador . Dice la historia que la cita lúdica tuvo un antecedente de los que ahora llamaríamos solidarios. La Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos y el Auxilio Social ofrecían en los años cuarenta del pasado siglo una comida masiva para paliar las muchas hambres por el día previo al patrón de los campos. Desde los años ochenta, es el Ayuntamiento quien se hace cargo de la romería, de la procesión y del sentido homenaje al huevo frito.

Se ve que el cambio de sitio ya generó su debate pero el de fecha es lo que ha acabado por traer la polémica a Villafranca. El PSOE local apostó por adelantar los fastos una semana con el objetivo de realzar la fiesta. Hete aquí que el pueblo se ha puesto en jarras y, siguiendo la tesis de estos nuevos tiempos, resulta que quiere votar. Tan grave debe ser la cosa que los socialistas han optado por aceptar que la medida salga de una consulta popular tras una recogida de firmas. No me toques la Huevada, siguiendo el simil del numeroso grupo pro San Rafael.

El «procés» villafranqueño es democracia en estado puro. De esas cositas que le importan a la gente. Sin asambleas ni puñetas , se ha conseguido que el propio alcalde se baje del burro y deje a los vecinos tomar la decisión por sí mismos sobre cuándo se comen los huevos fritos. Es obvio que alguien debería empezar a copiar esas sanas costumbres para erradicar los muchos males que nos asuelan. Mismamente, podríamos empezar por el Mercado Medieval.

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