CONTRAMIRADAS
Nacho Lozano, artista e imitador de Córdoba: «Aunque no se vea, soy yo mismo»
Pues sí. Este cantante es él mismo imitando a otros. Su voz se transforma en Serrat, Miguel Bosé o Nino Bravo como por arte de magia. Pasen y lean
Un mes antes de cumplir su contrato temporal de trabajo, Nacho Lozano agarró la guitarra y convirtió la emblemática canción de Nino Bravo en una obra coral. ¿Cómo? Impostando la voz de veinte artistas de primera línea, de Miguel Bosé a Fito , de Joaquín Sabina a Serrat. Era el año 2016. Buscaba un vídeo viral para probar suerte y dio con la tecla. En cuatro semanas, su formidable imitación había sido visualizada por dos millones de personas . Todo lo que vino después fue un torbellino imparable: el Hormiguero, Buenafuente y Got Talent, cuya actuación a principios del año 2018 arrasó en las redes.
Nos recibe en su sala de ensayo del Polígono de Chinales a una semana del estreno en Córdoba de su espectáculo « Inimitable » en apoyo a la Asociación San Rafael de Alzheimer. -¿Cantante? ¿Compositor? ¿Showman? ¿Hombre orquesta?-A mí me gusta trabajar con la música, pero, sobre todo, con las personas. Lo que quiero es compartir con los demás. Nacho Lozano (Córdoba, 1979) nació con la música integrada de fábrica en su ADN. Sus padres han cantado siempre en coros parroquiales y en casa los salmos son moneda corriente desde que Nacho apenas levantaba un palmo del suelo. A los 11 años empezó a tocar la guitarra. Y a los 16 ya escribía canciones de amor, por cierto, no correspondido. Toca el laúd, la bandurria y el bajo , chapurrea el violín y el chelo, y hace sus pinitos con el piano.
No ha estudiado música en su vida pero es un músico nato. Imitar es un verbo que siempre ha conjugado. Primero, a los personajes de dibujos animados de la tele, y, después, a todo bicho viviente que se ponga por delante. «Es un juego para mí», asegura. Diplomado en Magisterio , su vida laboral arrancó como formador ocupacional. Y, como miles de jóvenes, encadenó un contrato temporal detrás de otro. Hasta que un día dijo basta. «Voy a explotar mi don». Leyó en internet uno de esos cientos de manuales sobre cómo convertirse en viral, se presentó en una comida familiar y anunció su plan de futuro. Su idea original era versionar la canción «América», de Nino Bravo. Pero su mujer, Mónica, lo convenció para que eligiera «Libre» , mucho más conocida por el gran público. En hora y media ya tenía los arreglos perfilados, grabó el invento y lo echó a rodar en You Tube. La casualidad quiso que el vídeo fuera rebotado por un perfil que atendía al nombre de Lalita FC y que acabó disparando su difusión de forma estratosférica. El experimento había funcionado.
¿La imitación es un arte?
Hay que ser muy actor para meterte en los personajes y que la gente lo vea. Ese es mi reto
Y usted es un poco actor
Yo creo que sí. Más «clown» que actor
¿Qué le debe a Nino Bravo?
¡Oh! Ha sido una de las voces que más me han inspirado. Era un clásico. Un imán para mí. Como Camilo Sesto o Raphael.-Sus vídeos tienen millones de visualizaciones.
¿Quien conquista Youtube conquista el mundo?
-No. Qué va. Una cualidad de las personas que están en You Tube es que les da igual el «qué dirán». Hacen lo que quieren. Se realizan personalmente y exponen todo lo que les gusta hacer.
A usted no le da miedo exponerse
-Siempre me dio miedo. Pero ha llegado un punto en que pienso que o nos mostramos como somos o se nota desde fuera. Yo he estado muchos meses sin subir ningún vídeo de imitaciones. ¿Por qué? Porque no encontraba ilusión. El día en que fue al Hormiguero en Antena 3 sentía un extraño frío. «El frío del nervio», describe Nacho Lozano. Era el 10 de octubre de 2016. Una fecha que no olvida. Pablo Motos quería darle una sorpresa a su invitado, Miguel Bosé. Que escuchara su timbre de voz y su asombrosa impostación en la garganta de un joven «showman» cordobés. Fue una experiencia increíble. «Allí te ponen una alfombra roja en el trato exquisito que te dan. Son gente muy profesional. Me sentí muy bien. El jefe de producción me dijo que era la primera vez en años que todo el equipo del programa vino a ver la prueba de sonido. Pilar Rubio es una mujer encantadora. Y Miguel Bosé me dio un abrazo y me dijo que mi actuación le había parecido «impresionante». Con Got Talent la peripecia fue distinta. No lo llamaron directamente, como ocurrió con el programa de Pablo Motos. En esta ocasión, tuvo la ocurrencia de ponerle música a los votos de la boda de Risto Mejide y le mandó la canción por correo electrónico a su mujer. Laura le contestó agradecida y colgó el vídeo en sus redes sociales. El verano de 2017 ya estaba grabando para Got Talent su exitosa actuación que fue emitida en enero de 2018.
¿Vive usted del talento ajeno?
-Es una pregunta trampa. Diría que sí. Que aprovecho que otras personas saben tener un personaje cerrado y yo intento hacerlo exactamente igual que ellos. Pero si no los admiro no lo hago. Hay gente a la que sé imitar y no lo hago en público porque no me cae bien. -Hace usted también canciones por encargo.
¿Qué se deja el artista Nacho Lozano en esta transacción comercial?
Todo. Cuando me viene una historia, me llega de una manera tan fuerte que me hago muy amigo de esas personas. He hecho más de cien canciones por encargo. El precio depende. Hay cosas muy potentes. Historias de amor, de desamor, de superación personal, de cáncer, de cosas muy duras.
¿Un imitador puede hacer una gira «Inimitable»?
Sí. Ya la he empezado. Acabo de estrenar mi nuevo «show» en Talavera de la Reina. Fue un éxito. La gente vibró, se emocionó, se partió de risa y yo con eso ya sé que funciona. Ha sido el mejor concierto que he dado en mi vida. Y llevo muchos años con la música.
¿En qué voz se siente más Nacho Lozano?
Con mis canciones. O con canciones que he hecho toda la vida. Por ejemplo, «Malagueña salerosa», que es un tema clásico mexicano.
¿No se cansa de ser siempre otro?
Qué va. Imitar voces nunca me cansa. Es divertidísimo. Como, por ejemplo, meter gags de Jaime Peñafiel cuando estoy en casa de mi madre y alguien se queja de lo que sea. [De pronto, imposta perfectamente la voz del periodista del corazón especializado en asuntos monárquicos] «Por favor, vamos a llevarnos bien en la Casa Real». Es muy importante el humor. El día se mueve de otra manera. Eso da vida.
Usted ha dicho: «Vivimos en el mundo del postureo». Y lo dice un profesional del «show»
Sí, porque hay mucha postura. Hay gente que se tiene que hacer fotos sí o sí con fulanito o con fulanita. Mire: este fin de semana he estado con Chenoa y con Soraya en una gala y no me he hecho fotos con ellas. He conocido a Dani Rovira, que es un crack, y más sencillo y buena persona no puede ser.
¿Cuándo dará el paso para ser usted mismo?
Pero si ya soy yo mismo. El caso es que no se ve. Lo muestro de vez en cuando, pero no es tan viral como mis imitaciones. La gente que me sigue lo valora y lo aprecia. «Qué bonito, Nacho», me dicen. Yo no quiero ser un artista conocido. Yo solo quiero tirar de mi casa.
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