Cultura

El Museo Arqueológico de Córdoba duplicará el espacio disponible tras una obra de nueve millones

La restauración del palacio de los Páez de Castillejo incluye contar con un parque arqueológico propio

El Gobierno activa el proyecto de restauración del Arqueológico

Fachada del palacio de los Paéz de Castillejo Valerio Merino

Rafael Ruiz

El Ministerio de Cultura duplicará el espacio disponible del Museo Arqueológico de Córdoba gracias a la inversión de nueve millones de euros que ha puesto en marcha con la selección del equipo técnico que se hará cargo del proyecto y la dirección facultativa de las obras. Los equipos, sin embargo, no parten de cero. Cuentan con una guía muy precisa expuesta en un programa arquitectónico y plan museológico elaborado por la directora del centro, Lola Baena, y por el exdirector de Medina Azahara, José Escudero con la colaboración de expertos externos. El plan se elaboró en junio de 2009 y se actualizó en 2021. Las obras se esperan entre 2024 y 2026, ambos inclusive.

El documento elaborado no deja puntada sin hilo en lo que concierne a las necesidades, problemas que se pueden encontrar durante la obra y, sobre todo, objetivos a conseguir tras unas obras que completan las actuaciones de la zona de ampliación , la única abierta, y que son las únicas que están abiertas al público. Como detalle enumera todas las piezas a trasladar antes de realizar la obra, los elementos ocultos que se van a aflorar (como arcos que quedaron integrados en la casa) o los elementos a restaurar que son decenas.

El plan técnico explica que, con la obra de ampliación, el Museo Arqueológico sumará unos 3.000 metros cuadrados más a los 2.900 metros cuadrados que se habilitaron con parte nueva. El edificio histórico tendrá un carácter mixto. Por un lado tendrá unos 2.000 metros cuadrados para la zona de la colección permanente el centro cultural. Además, permitirá el desarrollo de unas mejoree instalaciones para el personal del Museo y generará nuevas capacidades como un auditorio de formato medio.

La casa de los Páez de Castillejo es historia viva de Córdoba literalmente. Se asienta cerca del sector donde Roma realizó la muralla republicana, la primera consistente que tuvo la ciudad cuando se produjo la fundación de la colonia. La reforma de Augusto sirvió para construir el mayor teatro que se ha localizado en Hispania y que se destruyó, en torno al siglo III, por un terremoto. El edificio colapsó y el material del que estaba hecho fue cantera para otras construcciones. Parte del mismo se encuentra bajo la nueva zona del museo. La estructura de la zona es hija de las galerías del teatro. Se aprovechó una parte para urbanizar la calle que ahora se llama Cuesta de Pero Mato .

La zona volvió a ser ocupada, primero, en época visigoda y, después, en Al Ándalus. Cuando Fernando III consigue la capitulación de Córdoba, allí se encontraba el palacio del alfaquí (jurista de la ley musulmana) Ybrahim Ben Nasçer . Como todas las grandes propiedades de la época entró el reparto de propiedades de las familias que apoyaron al monarca en su campaña, en concreto a Martín Ruiz de la Cerca.

Uno de los patios del edificio Valerio Merino

En 1580 la llamada plaza de los Paraísos (por los árboles existentes), ya se llama Luis Páez de Castillejo. A partir del XVII, Jerónimo Páez de Castillejo. Fue la familia que impulsó algunas de las primeras grandes modificaciones. El edificio fue sometido a lo largo de los siglos a un larguísimo proceso de transformaciones que arranca en etapa mudéjar con la creación de sus artesanos, el proyecto de Hernán Ruiz que le dota de la portada renacentista y un larguísimo etcétera que termina con la reforma del siglo XX de Félix Hernández, que es la que le dota de su actual configuración, incluyendo la portada trasera.

En esa casa se celebraron las fiestas del matrimonio de Enrique IV de Castill a con la princesa portuguesa Juana de Avis (1455), sirvió para los esponsales del Duque de Medina Sidonia con una hija del príncipe de Éboli (1569), fue la sede del Gobierno carlista con el general Miguel Gómez (1836) y fue propiedad durante un tiempo del marqués del Carpio. Esto es, de la Casa de Alba . Ha tenido usos más pedestres: la primera central telefónica de Córdoba y la academia Espinar.

Problemas de espacio

El Museo Arqueológico tiene un problema de espacio. En sus fondos (a la fecha de la redacción del informe), cuenta con 33.354 referencias producto de excavaciones arqueológicas y cada referencia cuenta con unas 200 piezas identificadas. Son, pues, unas 6.670.800 piezas. Solamente objetos superan los 2.000 lo que hace que el fondo enseñe una parte muy pequeña de lo que hay.

Un 95% de lo que tiene el Museo Arqueológico está «en reserva» . En esta categoría, se encuentran el el 80 por ciento de los elementos arquitectónicos, el 50% de la estatuas, casi el 40% de los epígrafes, el 70 % de los objetos de piedra, el 86% de los mosaicos o el 98 por ciento de la cerámica. No entran en esta categoría los restos humanos de diferentes épocas. Cada año se realizan en Córdoba unas cuarenta actuaciones arqueológicas. La entrega de materiales es obligatoria.

El centro, antes de su cierre Rafael Carmona

El palacio de los Páez de Castillejo cuenta con un problema. Estructurado en torno a tres grandes patios (en realidad tiene seis), cuenta con una sucesión de salas pequeñas que no se corresponden con la organización espacial de un museo construido ex novo. Y no se pueden tirar tabiques porque una parte de ellos forman parte de la fábrica del edificio histórico. El edificio no tiene ascensor (se quieren colocar tres) y es preciso adaptarlo, en lo posible, a la normativa actual de personas con problemas de movilidad. Es otro de las dificultades. No es un museo planteado a una altura. Tiene tres alminares .

Ocho espacios

El plan museográfico de la nueva zona consiste, aproximadamente, en generar ocho espacios, el último de ellos dedicado al propio Palacio de los Páez de Castillejo, desde Roma hasta nuestros días . El resto versará sobre el territorio, la prehistoria, la influencia de Oriente y Occidente en la creación de sociedades protohistóricas, Córdoba y Roma, la etapa tardoantigua, la época islámica y la síntesis mudéjar de la Baja Edad Media Cristiana. La parte relativa a Córdoba y Roma será la que tenga mayor peso específico. Llegará a los 800 o 900 metros cuadrados, según las especificaciones.

Constructivamente, el proyecto mezcla una rehabilitación con una adaptación y con la apertura de nuevas funciones. En la fase previa al proyecto se han tomado varias decisiones. Por ejemplo, el público seguirá entrando por el edificio de la ampliación, el nuevo, lo que obliga a realizar comunicaciones entre las partes antigua y reciente. En estos momentos, los dos edificios son estancos el uno del otro. La puerta renacentista que se acaba de restaurar será un acceso ocasional. Para las grandes ocasiones o para eventos muy concretos.

La pretensión es que el Palacio de los Páez de Castillejo sirva como sede de la exposición permanente mientras que la parte nueva (que ya tiene diez años) sea una zona dedicada a exposiciones temporales. Se ha pedido a los equipos de arquitectura que lleven a cabo dos conexiones en la planta baja y una en la planta superior. Aún así, se pretende que la forma de acceso sea cronológica de forma que se pueda entrar por la parte dedicada a la Prehistoria a la colección permanente.

Una de las cuestiones más curiosas de la reforma es que se va a habilitar un parque arqueológico a cielo abierto. Una de las propiedades ligadas al Arqueológico es una parcela de unos 800 metros cuadrados (llamada Norte, en el proyecto) que fue excavada casi en su totalidad cuando se realizaron los trabajos del teatro. Antes de ello ya contaba con restos visibles porque es uno de los proyectos que han pasado de director en director sin que se haya podido formalizar.

Patio Norte, futuro parque arqueológico ABC

En los años 40, Samuel de los Santos ya anotó la presencia de importante restos romanos y la relevancia de que formaran parte del Museo Arqueológico. El plan actual, que es el mismo de hace ochenta años, consiste en mostrar los restos arqueológicos no como pieza de museo sino como los encontraron los expertos que los excavaron. Un patio anexo permitirá contar con una terraza para contemplarlos en altura.

La segunda fase de reforma del Arqueológico, que ha tardado una década en activarse (y que tardará unos 36 meses de obras ) permitirá formalizar un centro expositivo de este siglo. Es decir, tendrá los servicios propios de este tipo de edificios. Contará con cafetería, zona de servicio a visitantes, lugares donde solo tengan acceso investigadores o personal del museo y los sistemas de apoyo que se precisan: desde la seguridad hasta la climatización o una sala de lactancia para los visitantes más jóvenes y sus madres.

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