Reportaje

Las musas confinadas de Córdoba o el triunfo de la creatividad

Los creadores aprovechan para seguir con su labor, a pesar de las dificultades del encierro, y para reflexionar los nuevos caminos

Eva Riquelme en su estudio AB

Félix Ruiz Cardador

Artista se es en cualquier circunstancia. Poemas gloriosos se escribieron en presidio, con la muerte a las puertas o en la soledad del exilio. Pintores hubo también que incluso limitados por la enfermedad se alzaron sobre ella. El poeta alemán del XVIII Novalis se preguntaba si no serían esas condiciones penosas un medio de transformar la sensibilidad a un nivel superior, una idea de claro regusto romántico. Y algo así es lo que ocurre en las actuales circunstancias, cuando el confinamiento supone para muchos creadores no sólo una limitación sino también un acicate, bien sea para pensar o bien para reflexionar sobre la vida y la obra. «Para poder crear te tienen que pasar cosas y lo que nos está pasando a todos es muy potente», explica el pintor cordobés Rafael Jiménez sobre los efectos positivos que puede tener este circunstancia excepcional. O sea, que, por volver a una metáfora de estirpe romántica, se puede decir que las musas andan ajenas a la pandemia y mantienen su benéfica danza en las casas y estudios de los muchos artistas con los que cuenta Córdoba.

José Manuel Belmonte ABC

El confinamiento acarrea en ocasiones limitaciones técnicas, pues no se puede ir al estudio, que es lo que le ocurre al escultor José Manuel Belmonte , que reconoce que alterna los días esperanzados con jornadas de ánimo bajo. «Para mí es frustrante, explica, pues los pintores se llevan un lienzo y el maletín con los pinceles y los óleos a casa y pueden trabajar, pero yo tengo el estudio en las afueras y en casa me es imposible seguir con mis proyectos». Con plastilina y paciencia, ha modelado en un rinconcito de su domicilio un busto de su serie «Custodios» que ya se ha podido ver en las redes sociales. Belmonte, para pasar los días, se entrega a la cocina, una de sus pasiones, y aprovecha para leer libros y catálogos pendientes, para llamar a los amigos y para informarse sobre el avance de la situación. «Lo llevo como puedo, pero es jodido no poder trabajar, ni salir, ni siquiera ayudar», explica un artista que echa de menos esa Córdoba primaveral que ve en el patio y por las ventanas pero que sigue modelando y dibujando bocetos.

Más accesible lo tiene la escultora Eva Riquelme , cuyo estudio está integrado en su casa. Eso permite que en su vida diaria apenas haya variado nada y ella persiste en estos días de incertidumbre colectiva en la obra en la que venía trabajando desde hace meses: una guerrera del siglo IV a. C., que le encargaron desde la ciudad italiana de Constanza . «Han cambiado las condiciones externas, pero con respecto al taller aparentemente todo sigue igual», explica. Reconoce sin embargo que la inspiración sí que se resiente, pues «todo se resiente», y que «este ‘arresto domiciliario’ nos lleva a una profunda reflexión sobre lo que es nuestra vida, pues se ha roto la mecanicidad que nos tenía prisioneros y ahora estamos prisioneros de nosotros mismos». Añade que «nos hemos visto obligados a mirarnos frente a frente en el espejo, pero esta vez no individualmente sino como humanidad». « Tantos seres humanos sufriendo y muriendo en el mundo nos enfrentan a nuestro egoísmo atroz, que sólo se alarma cuando la muerte le está próxima», explica Riquelme .

Miguel Gómez Losada ABC

También muy reflexivo se muestra el pintor Miguel Gómez Losada, cordobés residente en Sevilla. Allí tiene su estudio, a apenas cinco minutos de su casa, pero estos días no acude a él por prevención. Por ello, aprovecha estos días para nutrirse con lecturas y películas y para adaptar su mente «al nuevo tiempo que viene». «Creo que de esto tenemos que salir convertidos en nuevos hombres y mujeres y mientras antes nos adaptemos a ello mejor, pues todos debemos entender que somos igual de vulnerables», explica. En cuanto a lo artístico, cree que este periodo es un parón necesario «para romper con inercias» y para que la creación artística tome nuevos caminos. «El arte va incardinado con la vida y también cambiará, y yo creo que hacia una etapa más luminosa, hacia la celebración de la existencia», concluye Gómez Losada.

Rafael Cervantes ABC

Menos pendiente del día a día y de la información sobre la pandemia vive el retratista Rafael Cervantes , que vio cómo las medidas adoptadas obligaron a cerrar la exposición que tenía en la sala del Colegio de Abogados . Cervantes explica que pasa las horas en un pequeño estudio que se ha habilitado en su casa, con Radio Clásica de fondo pues prefiere aislarse de las noticias. Esta circunstancia excepcional le ha servido en su caso para volver al dibujo y está realizando estos días un cuaderno de bitácora en grafito líquido en el que plasma a su entorno cercano. «Empecé con un dibujo de mi perro y al final me está gustando mucho», explica sobre esta serie, en la que también homenajea con retratos a personajes como el pintor Antonio López, que cumplió años hace unos días, o el cantauto r Luis Eduardo Aute , fallecido el sábado. Cervantes atiende a encargos, como un retrato de Camarón de la Isla en el que anda metido, y reconoce que poder estar ocupado es un alivio en un momento en el que pensar demasiado le agobia.

Juan Cantabrana ABC

La sabiduría de la edad la aporta Juan Cantabrana , considerado hoy maestro por muchos artistas plásticos cordobeses. Desde la atalaya de su experiencia, reconoce que esta es una situación inédita, «una experiencia muy fuerte a nivel planetario y que nos obliga a reflexionar sobre las premisas de nuestro mundo y a mirar hacia el interior de nuestra propia alma». Aún así, reconoce que su día a día apenas cambia pues él y su mujer, la pintora Carmen Polonio , residen en el mismo lugar donde tienen sus estudios. «La vida del artista es una vida que tiene siempre mucho de confinamiento, de estar enclaustrado con una obsesión, y por eso creo que para nosotros esta circunstancia no nos es tan extraña», explica. Cantabrana sigue pintando a diario , lo sube a las redes para compartirlo y prepara ilusionado la exposición que tiene prevista para próximo mes de octubre en la sala de Cajasur. Espera también el momento de retomar la serie de retratos de grandes dimensiones que está realizando con posado al natural, ya que el virus le obligó a dejar a medias el que le estaba realizando al poeta Carlos Clementson.

Rafael Jiménez ABC

Por último, el pintor Rafael Jiménez , tras el éxito que vivió en la feria Just Mad hace apenas un mes, afronta este «tiempo raro», tal y como él lo define, en su domicilio, donde se ha habilitado un rincón para trabajar . Reconoce que algunos proyectos se le han caído por esta crisis y otros se han aplazado, pero entiende que el arte contemporáneo «se lleva bien con las aguas movedizas» y esta situación «va a obligar a reinventarse, como ya ocurrió en 2008». Jiménez mantiene la pasión creadora y explica que poder trabajar es una suerte en tiempos neblinosos. Las musas platónicas, en las que creía Jorge Luis Borges , siguen revoloteando sobre su cabeza al igual que lo hacen sobre la de tantos artistas que siguen hoy creando para mantener vivo en tiempos difíciles el espíritu de una ciudad que sin el arte no se entendería.

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