JUICIO
La mujer que recibió 131 puñaladas padeció «un sufrimiento casi inhumano»
Los forenses revelan que Ana María Márquez seguía con vida durante todas las agresiones de las que está acusado su compañero
El que debía ser el testimonio más técnico de la tercera sesión del juicio que se celebra en Málaga por la muerte de la cordobesa Ana María Márquez , se convirtió en el más desgarrador. Los forenses del Instituto de Medicina Legal que realizaron la autopsia de la víctima, que recibió 131 puñaladas , mantuvieron la tesis que plasmó la Fiscalía en su escrito de calificación: el brutal ataque sufrido por la que fuera directora del Museo de Historia de Nerja « sólo buscaba aumentar su sufrimiento» .
Los peritos no escatimaron las expresiones y adjetivos para revelar el calvario que vivió Ana María supuestamente a manos del acusado, el empresario cordobés Francisco Miguel Martínez , que se enfrenta a una petición de 28 años de cárcel . Sufrimiento «casi inhumano», «saña» o «daño innecesario» se colaron en la argumentación de los médicos, que precisaron que la víctima seguía con vida en cada una de las puñaladas recibidas. Los expertos han incidido en el «dolor moral de la persona que sabe que va a morir» , ya que consideran que, cuando llegaron los agentes de la Guardia Civil, Ana María podría seguir con vida. Uno de los agentes incluso le taponó una herida en el cuello por la que se desangraba .
No hubo defensa
La víctima recibió las primeras puñaladas en el abdomen y se contaron cuatro mortales , por lo que consideraron casi «imposible» haberle salvado la vida . En las manos, además, se documentaron cortes supuestamente ocasionados al coger la hoja del cuchillo para evitar la agresión. Al margen de estas cuestiones, el testimonio de los forenses ayudó a desmotar la versión de Francisco Miguel de que fue atacado en primer lugar por la víctima . En base a las lesiones de la fallecida y la pequeña herida y el rasguño en una mano que presentaba el acusado, consideraron poco factible esa sucesión de hechos .
Sobre su estado mental, reconocieron que el detenido presentaba un «trastorno depresivo» por la muerte de sus padres y de su hija de siete años . No obstante, los peritos han d escartado síntomas de psicosis o enfermedad mental . Uno de ellos relató que cuando lo examinó dos horas después de los hechos -ocurrido el 8 de agosto del año pasado en el municipio de Torrox- lo encontró «tranquilo, frío», lo que contrasta con un supuesto consumo abusivo de cocaína y alcohol argumentado por el arrestado .