CULTURA
Una muestra fotográfica recorre el lado más personal del poeta Ricardo Molina
La Delegación de Cultura de Córdoba acoge la exposición «Dulce es vivir» sobre el poeta de Grupo Cántico
« Ricardo Molina era un lector perfecto y un trabajador incansable». Así resume Pablo García, director emérito del C entro Andaluz de las Letras y amigo del artista pontanés, los intensos 50 años que vivió Molina en la ciudad de Córdoba y que le dieron la opción de hacerse un hueco en el registro literario de Andalucía. Este modo apasionante de ver la vida, narrarla y cantarla queda plasmado en la exposición « Dulce es vivir ». Una muestra que recoge los documentos más íntimos y personales, así como distintas fotografías de la vida de Molina, y las abre al público en la delegación territorial de Cultura de la Junta de Andalucía.
«La exposición hace un recorrido sobre la vida y la obra del autor , no sólo poética, sino también en sus otras facetas ensayísticas, teatrales y de flamenco», apuntó la editora de la exposición fotográfica, Olga Rendón , en la inauguración. Siguiendo la línea profesional del poeta, la muestra también expone su participación en la revista « Cántico », es decir, la revista que Molina publicó en 1947 junto a poetas destacados como Pablo García Baena, Julio Aumente, Juan Bernier y Mario López, todos miembros del Grupo del mismo nombre. Con motivo del setenta aniversario de la creación de «Cántico», el director general de Innovación Cultural y del Libro , Antonio José Lucas, afirmó que «esta exposición es un homenaje a Ricardo Molina y al Grupo por esa relación que tuvieron con la Generación del 27 y por todo lo que proporcionaron a la literatura andaluza».
En este camino de conmemoración a los grandes autores del siglo XX andaluz, Lucas aludió a que la consejería quiere rememorar el centenario del nacimiento de Ricardo Molina «creando una nueva marca cultural con el nombre ‘ Nuevos clásicos andaluces ’». Bajo esta nomenclatura, la institución quiere «dar cabida a personajes célebres como Molina o Pablo García, que por diversas circunstancias no han sido conocidos a nivel nacional o internacional», afirmó el director de Innovación. Respecto a la obra «Dulce es vivir”, Lucas analizó que es «una exposición retrospectiva que tiene que ver con los hitos más importante de su vida y su obra, pero, sobre todo, destaca su vinculación con la ciudad de Córdoba».
La exposición cuenta con casi una veintena de carteles en los que aparecen las distintas etapas personales de Molina. La primera fase «Infancia y juventud» muestra a un Ricardo niño y rodeado de su familia, junto a documentos del tipo « Acta de Nacimiento ». Además, en esta etapa se aprecia el interés creciente del autor por la Filosofía y las Letras. La segunda fase de la obra, «Proyecto poético vital: La viña florecida», ofrece la faceta más poética del autor. En esta parte, la editora Olga Rendón destaca la frase que una vez dijo Molina « la poesía era tan connatural a su esencia como las hojas a los árboles ».
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