Muchas luces y un apagón

El puente de la Constitución y la Inmaculada son unas Navidades anticipadas . El alumbrado de Pascuas , operativo desde ayer, y el buen tiempo iluminaron ayer el inicio de este acueducto festivo , aunque las luces no llegaron a todos los sitios; básicamente a los rostros ensombrecidos de los turistas cuando se topaban con la mayoría de museos y monumentos cerrados en horario vespertino.

A primera hora de la tard e , el comercio del Centro tenía abiertas sus puertas con la esperanza de que la riada de cordobeses y turistas les inundara. Aunque no todos las tenían consigo. Miguel Ángel Lacerda, dependiente en modas Lui en Cruz Conde , decía que «esperamos mucha gente en la calle, pero no tanta en la tienda» . Aseguraba que el arranque del puente «ha sido muy tranquilo». Explicaba que el viernes por la tarde esta céntrica arteria estuvo «repleta», pero advertía de que «la temporada [comercial] está muy parada. No ha arrancado muy bien». Para colmo de males, la iluminación navideña de Cruz Conde no le gusta: «Son como jaulas de pollos. Es algo feo, feo».

Basta avanzar unos metros en esa calle para hallar una comerciante, Teresa Toledano (dependienta en la tienda de ropa femenina Pepa Pozo) , a la que sí le agradan los cubos luminosos suspendidos de Cruz Conde: «Los veo finos. Son originales y diferentes». Ella también considera que el puente ha arrancado «lento, con mucha gente paseando, pero poca comprando». Ahora bien, es o ptimista para este ciclo festivo , en el que el lunes es día en que se permite la apertura: « Espero que nos vaya bien en ventas en el conjunto del puente . Tienen que ser días buenos».

Descender hacia el entorno de la Mezquita-Catedral es entremezclarse con los turistas inmortalizando la ya de por sí inmortal Córdoba. También fotografiaban los carteles con el horario de los museos y monumentos , en los que se anunciaba su cierre vespertino , problema eterno de la capital cuando el calendario se tiñe de rojo. En concreto, los pertenecientes al Ayuntamiento estaban cerrados ya a las cuatro y media. Y ahí se ensombrecía la experiencia del visitante. Bastaba situarse ante la puerta del Alcázar -propiedad municipal-, segundo monumento más visitado de la ciudad, para ver cómo se oscurecían sus esperanzas de gozar de él en ese momento.

Y ante este «apagón» patrimonial , se veían reacciones de todo tipo. La más contundente de las escuchadas era la de Teresa y Elisa, dos amigas procedentes de Zaragoza y Barcelona , respectivamente. « Pues, nos parece mal, fatal, que el Alcázar esté cerrado , con la cantidad de turistas que hay», aseguraron. Ahora bien, la imagen de Córdoba vuelve a brillar cuando se les pregunta por si han visto ya la Mezquita-Catedral. Sí lo han hecho y los elogios vuelan a la velocidad de la luz: «Preciosa, maravillosa, espectacular e impresionante».

La tarde avanza, el alumbrado navideño se activa en el Centro y turistas y cordobeses siguen, cuales Reyes de Oriente, la senda de la luz. El ambiente de Pascuas es un cebo muy fuerte. Ilumina a prácticamente todos, salvo a los turistas que van por la tarde a los museos durante este puente.