Climatología
Montoro, el pueblo de España con el «verano» más largo y caluroso de Córdoba
El municipio afronta ya más de nueve días con máximas que superan los 42 grados
A las 10.00 de la mañana el termómetro marca ya 33 grados centígrados en el municipio de Montoro , el «volcán» del Alto Guadalquivir , y posiblemente el pueblo más caluroso de España, un ardiente título con el que compite mano a mano con la localidad sevillana de Écija, conocida como «la sartén de Andalucía». «Aquí no hace falta sartenes, echas un huevo en el cemento y se fríe solo». Así lo manifiesta Afonso Pulido, un jubilado que toma el fresco con sus compadres Gil Cardeña y Pedro Luna en uno de los pocos sitios donde corre algo de brisa a media mañana: el parque Virgen de Gracia. «A las 12.00 ya no hay quien aguante el calor y hay que irse para casa en busca del aire acondicionado, aunque te reguña la mujer por ponerlo desde tan temprano», apunta Luna.
Estos vecinos no exageran. Echando la vista atrás, las mediciones de la Agencia Estatal de Meteorología ( Aemet ) sitúan a la antigua villa romana de Epora como el punto más caliente de España , con los últimos nueve días con temperaturas máximas por encima de los 42 grados, a excepción del lunes 27 de julio , cuando el termómetro alcanzó los 44 grados a las 19.00 horas. Un día antes se alcanzó la máxima del verano y de lo que va de año en Écija , con 44,7 grados centígrados. Pero todavía muy lejos de los 47,3 grados registrado en el municipio cordobés el 13 julio de 2017, una temperatura nunca vista en España desde que existen registros históricos y que constituye el actual récord a batir.
El 13 de julio de 2017 el termómetro marcó 47,3 grados, la temperatura más alta registrada en España
Las predicciones no invitan al optimismo y el mercurio seguirá superando la barrera de los 40 grados en los próximos días, alargando una ola de calor más insoportable aún cuando hay que salir a la calle con mascarillas, con dificultades para respirar y poder coger una bocanada de aire fresco.
Muy cerca del único pulmón verde del municipio se encuentra la piscina municipal, una de las pocas en toda la comarca del Alto Guadalquivir que ha abierto sus puertas. «Este año estamos notando que viene mucha gente de los pueblos cercanos incluso de Córdoba capital», señala Yolanda González, socorrista y al responsable de las instalaciones. Los chapuzones por la mañana suponen un alivio para los montoreños. Es el caso del matrimonio de jubilados formado por Pedro Sánchez y María del Carmen de las Heras. Esta última se queja de cómo los nuevos tiempos han cambiado con las costumbres de antaño para combatir las altas temperaturas. «Al hacer el pantano del Arenoso se han cargado un balnerario que había en el Arenosillo, donde iban las mujeres a bañarse, porque sus aguas, aparte de refrescar, cuidaban la piel. La soriasis te la quitaba por completo», recuerda.
Interés por los ventiladores
En un comercio cercano, en Repuestos Felipe, José Antonio y Paqui atienden a la clientela tras el mostrador. Muchos de ellos se acercan preguntado por el precio de los ventiladores. Su uso prolongado hace que año tras año se vayan reponiendo. «Nosotros tenemos la suerte de no ser naturales de aquí, de ser de Bujalance», señalan alivados cuando se les preguntan sobre las maneras y recetas para combatir las altas temperaturas.
Uno de sus clientes más fieles, Benito Pulido, trabajador en el servicio de mantenimiento del Ayuntamiento , aporta un dato para comprender cómo «sobreviven» los montoreños la ola de calor. «Aquí hay mucha gente que tiene segundas viviendas en la sierra, con piscinas. Suelen pasar allí los días más duros y mucha gente o familiares acuden también en busca de las piscinas para refrescarse y pasar las tardes».
Los que no tienen esa opción se resguardan en sus viviendas «que suelen ser la mayoría antiguas, de anchos muros, y por lo tanto más frescas que las construcciones recientes que sí tienen aire acondicionado o tienen la posibilidad de instalarlo». Al respecto cabe recordar que Montoro es uno de los municipios con uno de los cascos antiguos mejor conservados, razón por la que está considerado como Conjunto Histórico Artístico desde 1969 . Adentrarse en su interior es recorrer empinadas cuestas, con estrechas calles y con numerosos lugares de interés cultural como la iglesia de San Bartolomé o los restos del Castillo de la Mota.
¿Pero por qué hace tanta calor en este municipio cordobés? ¿Qué lo hace diferente a los más cercanos, como Villa del Río o Pedro Abad ? Todos están a la ribera del Guadalquivir, como ocurre también en el caso de la sevillana Écija . Pero en Montoro se mira al río desde la altura, no se está al mismo nivel. Esta orografía, la colina escarpada de viviendas puede ser una de las claves. «Al estar el pueblo tan alto está más expuesto, digo yo», señala el jubilado Alfonso Pulido. Su compadre Gil Cardeña parece darle la razón. «Aquí (en referencia al parque Virgen de Gracia) es el único sitio donde corre el fresco, porque si teme metes en el centro del pueblo... eso es un horno. Ycreo yo que es porque ahí no corre ni chispa de aire, ni hay árboles ni parques».
Las parcelas de la sierra y las piscinas se erigen como las mejores aliadas de los montoreños en estos días
Otros lo achacan a la contaminación de los coches y del aire caliente que expulsan los aparatos de aire acondicionado. Pero en la zona patrimonial apenas se puede acceder con el coche y las casas que hay no muestran instalación alguna de refrigeración en sus monumentales fachadas. «Además, las mediciones que toma la Agencia Estatal de Meterología están en la vega, a las afueras del pueblo, por lo que el pueblo no creo yo que tenga mucho que ver en la calor que hace». Quien así da su manera de opinar es David Vacas, un joven que al mediodía arregla un arriate en la Plaza Mayor. «Aquí el verano empieza en mayo y acaba en octubre o noviembre, cuando ya empieza a refrescar». Y recuerda que cuando llega la temparada de la aceituna , uno de los principales motores de empleo de la localidad, «se recoge en manga corta, en muchas ocasiones, hasta en el propio mes de diciembre». Lo dice un trabajador que admite que desde las 8.30 horas está con la camiseta empapada de sudor.
Trabajar con estas temperaturas en la calle «es muy duro, uno no se llega a habituar nunca del todo». Así lo indica el trabajador del servicio de jardinería del Ayuntamiento Benito Pulido.
Un caso singular
La montoreña Lola Amo, vicepresidenta de la Diputación y presidenta de l Instituto Provincial de Desarrollo Económico ( Iprodeco ), está doctorada en altas temperaturas. «Montoro cuenta con un importante patrimonio artístico y cultural, con recursos naturales que la convierten en un destino turístico de interior de enorme importancia para nuestra provincia. Es cierto que las temperaturas ahora, al igual que en el resto de España, son altas, pero nosotros los montoreños y montoreñas tenemos al Guadalquivir como aliado», señala.
«Este año, las circunstancias nos obligan a hacer un turismo con responsabilidad pero siempre con la mirada puesta en todo aquello que nos hace únicos y singulares, y el calor forma parte de nuestra singularidad», aclara a la vez que anima a todos a visitar este bello y caluroso municipio.
En Montoro no hay estado de alarma que valga para confinar a sus habitantes. La actividad en la calle se produce de 7.00 a 12.00 horas fundamentalmente. Hay quienes todavía salen a hacer recados o prolongar su trabajo hasta las 14.00 horas. Pero a partir de ahí, poco o nada transita.