PATRIMONIO

Montemayor | La vieja Ulia de Julio César y la historia de sus dos castillos

Tiene dos fortalezas que se levantaron por su condición de plaza de frontera con un rico pasado por investigar y difundir

Torre del homenaje del castillo de Montemayor construido en el siglo XIV VALERIO MERINO

Félix Ruiz Cardador

España es uno de los países con mayor número de castillos del mundo, testimonio de su rica historia medieval, que en lugares como Córdoba fue tanto andalusí como cristiana. Pese a ello, no es frecuente encontrar un municipio en el que existan restos no ya de una sino de dos fortalezas , una singularidad patrimonial que sí ocurre en la histórica localidad cordobesa de Montemayor , heredera de aquella Ulia Fidentia romana que permaneció fiel a Julio César en su guerra civil contra los pompeyanos. Favorece esta circunstancia la confusión, pues se habla de ambos de forma indistinta como el castillo de Montemayor, ya que los dos pertenecieron a esta casa nobiliaria, una de las ramas de los inagotables Fernández de Córdoba. La realidad es sin embargo que no coincidieron en el tiempo en pleno uso y que el actual castillo de Montemayor, el que está en la propia localidad y pertenece al Ducado de Frías , se mandó construir en el siglo XIV debido a que el primero, conocido como el de Dos Hermanas , ya no ofrecía las suficientes garantías defensivas en un momento histórico complicado, con la raya fronteriza del Reino de Granada situada a apenas unos kilómetros del emplazamiento.

El origen de ese primer castillo , el de Dos Hermanas, se remonta al periodo andalusí, pues fue construido como alcazaba musulmana en un paraje situado a ocho kilómetros de la actual Montemayor y en dirección a la vecina Espejo. Del edificio, muy deteriorado y que ha estado en la Lista Roja del Patrimonio, se conserva poco , pero los estudios realizados a finales del siglo XX permitieron fijar su dimensión en unos 40 por 40 metros , con una torre del homenaje de 14 de altura . La fortaleza fue conquistada por la avanzada cristiana en los años de Fernando III El Santo y desde ese momento pasó a las manos, como concesión real, del conquistador gallego Fernán Núñez de Témez, noble muy cercano a la corona del que luego procedería la Casa de Córdoba y buena parte de la casas nobiliarias cordobesas. Tras años de gestiones, el Ayuntamiento de Montemayor logró adquirir este paraje , en el que, con respaldo de la Comisión Provincial de Patrimonio, se está afrontando de forma escalonada una intervención integral en todos sus restos, la cual ha permitido también que aparezcan vestigios de la aldea de Dos Hermanas, en la que está el origen urbano de Montemayor.

Las investigaciones al respecto puede que valgan también para resolver otra duda histórica, pues la afirmación tradicional asegura que el castillo nuevo , que el rey Alfonso XI permitió acometer en 1340 a Martín Alfonso Fernández de Córdoba por el mal estado del de Dos Hermanas, se construyó con las piedras de la primera de las fortalezas , algo que ya aseguraba el Abad de Rute, descendiente de los Fernández de Córdoba, en sus escritos. Los estudios más recientes ponen en duda sin embargo dicha afirmación por lo que queda por ver si los datos científicos permiten conocer si realmente eso fue cierto . Del mismo modo, también se asegura que la población del municipio aledaño al castillo se trasladó al nuevo emplazamiento, algo razonable por motivos de seguridad si se tiene en cuenta la situación de frontera en la que había quedado en ese momento Córdoba.

El actual castillo de Montemayor, que pertenece al Ducado de Frías, se mandó construir en el siglo XIV porque el primero, conocido como el de Dos Hermanas, no daba garantías defensivas

Del Señorío de Montemayor , que giró alrededor de esta fortaleza , ha escrito la investigadora de la Universidad de Córdoba María Nieto Lozano en su trabajo ‘El señorío de Montemayor y Alcaudete. Apuntes bibliográficos para su genealogía y heráldica’. La especialista explica por ejemplo que procedían de la Casa de Aguilar , de la que fue de hecho la primera ramificación de las muchas que vinieron con el pasar de los años. También relata que el nuevo castillo y el señorío tuvieron importancia desde su primeros tiempos, y no sólo por su función defensiva en los presumibles choques con el reino nazarí, sino por la participación de la Casa en las confrontaciones dinásticas que se sucedieron tras la muerte de Alfonso XI (1350). En concreto, en la disputa que se sucedió a la muerte del monarca entre su hijo legítimo, Pedro I ‘El Cruel’, y Enrique II de Trastámara, que había nacido de la relación extramarital del monarca con la noble sevillana Leonor de Guzmán.

Restos del primer castillo de Montemayor, conocido como el de Dos Hermanas ARCHIVO

Según explica Nieto Lozano, «tras la muerte de Martín en 1349 , fue su primogénito, Alfonso I Fernández de Córdoba y Montemayor , quien asumió la sucesión de la casa y llegó a ser un miembro reconocido de la nobleza andaluza», especialmente por su participación en el conflicto civil apoyando la causa de Enrique II, la de los Trastámara.

Adelantado Mayor de la Frontera

Este apoyo se vio recompensado cuando tras el conflicto, y la posterior entronización de la dinastía Trastámara, asumió las más altas responsabilidades en la corte castellana. Recuerda Nieto que « tradicionalmente los Fernández de Córdoba y su círculo más próximo siempre habían sido incondicionales de las causas de Pedro I pero , tras un cambio de rumbo político, la familia de la casa cordobesa se alejó de las ideas petristas y se unieron a las filas trastamaristas , lo que les valió que El Cruel quisiera incluso acabar con sus vidas». La elección salió bien con la subida del trono de Enrique II y a partir de ese momento Alfonso I recibió de manos del monarca el título de Adelantado Mayor de la Frontera , algo que debió de influir en las cuentas de la familia y en los fondos necesarios para concluir las obras del nuevo castillo.

La fortaleza , hoy en manos del Ducado de Frías por los enlaces posteriores de la Casa de Montemayor, tiene planta triangular con tres torres, la del Homenaje, la de las Palomas y la Torre Mocha, y también ha estado sujeto a la polémica en los últimos años por las tensiones entre los propietarios y el Ayuntamiento. Al ser un edificio BIC , el Consistorio quiere que abra sus puertas a los visitantes tal como establece la normativa, aunque la propiedad se acoge a la excepción que se regula en los casos en los que el castillo está habitado y es vivienda habitual . Quiere al fin y al cabo el Consistorio, con las diversas inversiones que está realizando, divulgar ese hecho infrecuente de sus dos castillos y convertirlo junto a su pasado romano o íbero en un un motor de desarrollo vinculado a un rico pasado con muchas historias apasionantes que contar.

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