Tribuna libre
La moda de «vestirse a la española»
Córdoba vivió un siglo de oro textil que tuvo fama en la España de la época por su desarrollo
El martes 19 de marzo se realizó la inauguración de la exposición temporal «La moda y el traje en el Renacimiento español» en la Casa de las Cabezas, contando como padrino e invitado de honor el diseñador cordobés Palomo Spain , oriundo de Posadas. No hay mejor ciudad que Córdoba para acoger esta exposición que pretende trasportarnos al Siglo de Oro, acercándonos a los diseños que vistieron a todos los estamentos de la sociedad española de aquellos gloriosos años, comenzando por los trajes de los monarcas Carlos V y su esposa, la emperatriz Isabel de Portugal, y siguiendo con la indumentaria de otros personajes destacados de los siglos XVII y XVII, como Miguel de Cervantes o nuestro más insigne poeta, don Luis de Góngora.
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Fue por aquellos siglos cuando en toda Europa se impuso una frase, «vestir a la española» , como sinónimo de elegancia. Era una época en la que la moda no se decidía en París, Milán o Nueva York, sino en España, en la Corte de los Austrias . Pero aquel vestir a la española había comenzado mucho antes, unos siglos atrás, con un «vestir a la cordobesa».
En efecto, a partir del siglo IX, reinando Abderramán II , la corte cordobesa inicia un proceso de refinamiento en todos los ámbitos gracias a un fichaje estrella: el músico y poeta Ziryab , venido de Bagdad, al que la humanidad debe algo tan importante como el invento del desodorante o la primera pasta dentífrica. Anécdotas aparte, Zyryab era mucho más que un músico; era todo un «coolhunter» o cazador de tendencias , o un «influencer», como también se dice hoy en día. De esta forma, sus pautas, sus enseñanzas y sus normas de urbanidad se fueron extendiendo como la pólvora por todo Al Ándalus , causando también sensación y mucha sorpresa en los Reinos Cristianos, cuyos habitantes nada conocían de cosas que hoy en día nos resultan tan corrientes como el aseo y baño diario ; el orden de los platos en una comida o el propio uso de los tejidos en el vestir según la época del año. De esta forma, fue Zyryab el creador del primer calendario de moda, en el que recomendaba los linos blancos y las mejores sedas para la primavera y el verano y las pieles y tejidos más gruesos, como la lana, para el otoño-invierno. Me viene ahora a la mente aquella anécdota de cuando en el siglo X la reina Tota Aznar de Navarra visita en embajada la corte Omeya de Medina Azahara; vestía sus más lujosas y regias galas, confeccionadas de paño merino, piel de oso y armiño. ¡Ello aconteció durante un caluroso mes de agosto¡
Tras la conquista de Córdoba , la moda seguirá siendo muy importante para nuestra ciudad, si tenemos en cuenta que, junto a los cueros, la textil era la industria más importante . Con aquellos cueros, aparte de mil cosas más, se confeccionaba el calzado, y tal calidad tendrían y tan de moda llegaron a estar que hasta hoy en día las mejores marcas siguen reservando un modelo, el «cordovan» , para designar los calzados elaborados con las pieles más finas y costosas.
La industria textil
Así pues, el cuero y los paños fueron los encargados de sustentar la economía de la sociedad cordobesa durante siglos, así como los responsables de la aparición de una incipiente burguesía compuesta de ricos mercaderes. Toda esta actividad tenía lugar en las cercanías del río Guadalquivir, en decenas de casas, plazuelas y callejas cuyos nombres evocan a ciertos establecimientos o profesiones relacionados con aquella industria. En tal sentido, existe la calle de la Zapatería Vieja, la de los Lineros, Bataneros, la de Badanas, Tintes, Guadamacilero, Noques o la calle de los Agujeros, refiriéndose esta última no a ciertas oquedades, sino a los artesanos que fabricaban las agujas.
Pero en la industria de los paños destacaba sobremanera el arte de la seda. Nos decía el cronista Ambrosio de Morales a finales del 1500 que no había un hogar en Córdoba en el que no se cultivasen los gusanos de seda de cuyos capullos se obtenía aquellos delicados hilos. Con ellos se confeccionaban los más codiciados damascos, terciopelos, tafetanes, brocados y sobre todo las tocas, el tocado femenino, pieza de moda por antonomasia de la dama cordobesa y de la española durante siglos. Estos tocados y sus artesanos los hallaríamos en la hasta hoy nombrada calle de la Toquería, junto a San Francisco. También existieron un par de callejas llamadas el Curadero de la Seda y muchas referencias topográficas al árbol de que se alimentaban los gusanos, las moreras.
Pero por desgracia, aquel «Siglo de Oro textil» en Córdoba , con más de 600 telares en funcionamiento, fue decayendo progresivamente por mor de unas continuas pestes y otras circunstancias nada favorables, y lo cierto es que para principios del siglo XIX prácticamente nada quedaba de todo nuestro esplendor pasado, trasladándose la industria textil al Levante y a Cataluña . Tendremos que esperar a la segunda mitad del siglo XX para que Córdoba se vuelva a insinuar en el mundo de la moda gracias a la figura de Elio Berhanyer , recogiendo su testigo en la actualidad grandes firmas como Palomo Spain, Juana Martín, Aldebarán, Silbón, la moda infantil con la firma Dímelo Hilando o la moda de novias con numerosos talleres en la localidad de Fuente Palmera.
Todos estos genios llevan a Córdoba en sus creaciones y son los que, con su empuje, propician fotos tan bellas como ver desfilando a Oscar de la Renta en Nueva York bajo un decorado con los arcos de la Mezquita. Los diseñadores cordobeses son los continuadores de un ansia de mandar, de un espíritu con más de once siglos de historia , el espíritu del músico, poeta, «influencer» y «coolhunter» Zyryab.