CULTURA
Misivas de ida y vuelta entre Cántico y la Generación del 27
La doctora Olga Rendón saca a la luz las cartas entre Ricardo Molina y autores como Aleixandre, Cernuda y Guillén
![Una de las postales remitidas por Aleixandre a Ricardo Molina](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2015/12/13/s/cartas-generacion-cantico--620x349.jpg)
La faz que suele trascender de las figuras poéticas que han dejado su indeleble huella en las letras españolas es aquella que se percibe a través de su pluma, la que se deja entrever en cada uno de sus versos. Pero, ¿qué hay de sus experiencias personales? ¿De la propia concepción poética que tenían de sus escritos?¿De cómo eran más allá de la alargada sombra proyectada por la fama que cosecharon en vida?
La escritora y profesora gaditana Olga Rendón Infante (Vejer, 1976) se propuso, hace ya una década, descubrir la cara menos conocida de un grupo concreto de autores: los que conformaron la generación dorada del 27 y los componentes que dieron vida a la revista «Cántico» ; asomarse al recinto de su privacidad, a través de un legado de valor incalculable que llegó a sus manos por pura casualidad: un espistolario inédito que el premio Nobel Vicente Aleixandre y otros autores como Luis Cernuda, Jorge Guillén, Gerardo Diego y Dámaso Alonso, mantuvieron con los jóvenes integrantes de aquella trascendental publicación.
El análisis de dichas misivas centró la tesis de la docente, titulada «Ricardo Molina y la Generación del 27 a través de un epistolario inédito. Estudio y edición crítica», de cuyo material se extrae el contenido del libro «Los poetas del 27 y el grupo Cántico de Córdoba» , que se presenta este miércoles, en la Delegación provincial de Cultura de la Junta .
Este archivo epistolar de más de 100 cartas de ingente valor, propiedad del codirector de «Cántico», Ricardo Molina, fue legado a sus descendientes, una sobrina, pues no tenía hijos, a la que Rendón conoció en una de esas carambolas del destino. «Cuando comencé a investigar en el impresionante archivo de Molina quedé abrumada. Solo he rescatado una parte; la mayoría, compuesta por cartas -y no todas-. En total, he analizado 115 documentos entre postales, misivas, tarjetas de felicitación y otros manuscritos », explicó a ABC Rendón.
La parte más compleja de este trabajo fue, según relató la autora del libro, «recuperar las cartas remitidas por el propio Molina . Fue toda una odisea. Contacté con la mujer de Aleixandre y con la hija de Gerardo Diego, que me ayudaron mucho en mi labor. Muchas de las misivas enviadas a Dámaso Alonso las encontré en la Real Academia [fue su vigesimocuarto director], mientras que de Luis Cernuda me fue totalmente imposible recuperar la correspondencia que le mandó Ricardo Molina. De Jorge Guillén sí que las reuní todas: estaban en la Biblioteca Nacional», explicó, entusiasmada, Rendón.
Una experiencia inigualable
¿Y qué supuso para esta docente indagar en los textos personales de aquellos autores? «A nivel personal, tener entre mis manos esos documentos tan íntimos fue realmente emocionante. Son escritos preciosos, pese a no haber sido redactados con una pretensión literaria, que desvelan la personalidad de estos poetas, sus intereses, influencias, proyectos y hasta anécdotas personales y cuestiones cotidianas. En el caso de Aleixandre, habla mucho de su poesía, de los temas que le interesan. Se puede redescubrir su obra a través de sus ojos». Para Rendón, «considero que estos escritos son fundamentales para comprender la producción de todos estos creadores ».
El libro, editado por Alegoría, se estructura en dos volúmenes . En el primero se recogen las cartas cruzadas entre Molina y Vicente Aleixandre . Además, la autora analiza el contexto en el que se dio esta relación. Así, rememora la trayectoria inicial del grupo Cántico y su ambición por crear una poesía al margen de modas y corrientes; reconstruye los afanes literarios e investigadores de Ricardo Molina, indaga en las conexiones entre los autores del 27 y la revista.
Por su parte, en el segundo tomo, Rendón recopila las cartas intercambiadas entre Ricardo Molina con el resto de autores citados, en las que, igualmente, se pone de manifiesto la intensa relación entre ellos . Así lo refleja este extracto de una de las misivas escrita por Cernuda el 22 de abril de 1956: «[…] Cuánto bien me ha hecho ver que no estoy tan solo como a veces me figuro; la amistad, la generosidad de ustedes para conmigo es cosa de gran valor para mí. Al fin y al cabo, si se escribe es para hallar amigos, y ustedes me han demostrado con largueza cuán amigos míos son».
La satisfacción, tanto profesional como personal, que Rendón ha obtenido tras concluir este trabajo la ha empujado a proseguir con la tarea de desentrañar el resto del archivo de Molina. «Ahora estoy inmersa en la correspondencia que mantuvo con Gabriel Celaya . Cuando acabe, quiero publicar un artículo al respecto», puso de manifiesto la doctora.