MIRAR Y VER
Artífices de los sueños de tinta
Celebramos el Día Mundial del Libro y éstos son fuente de conocimiento y herramienta de interpretación de la realidad
Celebramos el Día Mundial del Libro . Los libros son fuente de conocimiento, herramienta de interpretación de la realidad, puerta de acceso al territorio inexplorado de la imaginación, hora de nuevas experiencias, escuela de sentimientos, antídoto contra la soledad, arma de transformación personal y social, baluarte de libertad, casa de las palabras y lugar de disfrute estético. Hoy es la fecha elegida para enaltecer el valor de los libros, la lectura y de los autores y autoras que la hacen posible y a quienes les debemos esta experiencia humana genuina y prodigiosa.
No sé si por los azares del constante ‘Laberinto de Fortuna’ o por una beneficiosa ‘Fuerza del sino’, nuestra ciudad es ‘La dehesa iluminada’ donde crecen buenas letras. Será porque, desde ‘Antes que el tiempo fuera’, somos buscadores de palabras que expresen ‘La realidad’ y hagan comprensible ‘El fulgor de los días’. En nuestras ‘Soledades’, aunque a veces ocupados solo en ‘Mirar la luna’, nos hemos dejado seducir por ellas, atraídos por su potencia creadora, persiguiendo ‘Más allá del jardín’, casi desesperadamente, su mejor expresión: madre, amanece, te quiero, Dios, felicidad.
Los libros contienen todos los nombres y las palabras precisas para lo que no sabemos expresar. Ellos sí comprenden ‘El lenguaje de las mareas’ de las emociones y ‘Las maravillas’ de los sentimientos más profundos o inefables. La palabra experta, la palabra bella: la literatura, anida en ‘La región encendida’. Ahí comienza “La ruta infinita” de historias de lo que es, lo que fue o de lo que no fue pero bien pudo haber sido, que se escriben, tal vez, a ritmo del latido de los ‘Corazones en la oscuridad’; historias que, como un ‘Rumor oculto’, narran, sobrecogen, nos hacen conocer, amar y temer, reír y sollozar, alcanzar la ‘Travesía final’, la última página, que se escapa como ‘Las escalas del tiempo’, y desear que jamás terminen.
Escritores y escritoras , nuestros y que nos llenan de orgullo, son los artífices de esta audacia sin parangón que es la literatura. Descúbranlos en estas líneas, construidas con los títulos de sus obras y, sobre todo, leámoslos –y a otros no citados- en agradecimiento a tantos mundos conocidos, vidas concedidas, emociones saboreadas, palabras prestadas, tiempos acompañados o sueños de tinta realizados. Ese es el mejor homenaje.
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