15 AÑOS

Miraflores, la historia del parque que no rodeó a la Córdoba del futuro

Nació como un emblema urbanístico, pero su arquitecto cree que su intención se ha desvirtuado

Vista general del Parque de Miraflores, con el puente y la Mezquita-Catedral de Córdoba al fondo Rafael Carmona

Luis Miranda

Cuando escucha al teléfono la palabra Miraflores , al arquitecto Juan Cuenca le cambia el tono de voz. Como a cualquier autor, le gusta hablar de su obra, explicar las intenciones de las decisiones que tomó. Por eso hace pocos meses explicó todo el sentido de la obra del Puente Romano y pensaba que los diez años que habían pasado habían confirmado sus decisiones; por eso mismo también, cuando ABC le llamó para hablar con él sobre los quince años del Parque de Miraflores de Córdoba , su balance no es tan bueno.

El 25 de julio de 2003 se inauguró una zona de Córdoba que era algo más que un parque con bancos, juegos infantiles y zona de esparcimiento. Para quienes la habían promovido significaba buscar el río Guadalquivir e integrarlo, intentar que tuviera dos orillas, en lugar de una y recuperar una zona muy degradada y sin habitar. Lo que queda de aquel proyecto es un parque, pero tenía que ser el lugar en que se levantase una ciudad mucho más moderna y futurista, con edificios rompedores y muy abierta al río, ya que estaba en diálogo con actuaciones en el otro lado, como el Balcón del Guadalquivir. «Hoy yo no me puedo sentir satisfecho de lo que veo», dice cuando ha pasado el tiempo Juan Cuenca.

El proyecto del socialista José Mellado , presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo de 1999 a 2003, era de altas miras. «En Córdoba había dos barreras urbanas que separaban. Una era el ferrocarril y otra era el Guadalquivir. Cuando se liberaron los terrenos del Guadalquivir y se vendieron, parte de las plusvalías se dedicaron a pagar la obra de Miraflores», explica.

Solar vacío del Palacio del Sur en el Parque de Miraflores de Córdoba Rafael Carmona

Se empezó por el parque, que estaba listo en la campaña de las elecciones municipales de 2003, «pero que no se pudo inaugurar por un recurso del PP a la Junta Electoral», como recuerda Mellado. Así que se abrió el 25 de julio, después de una inversión de once millones de euros de las plusvalías del Plan Renfe y con una extensión de 110.000 metros cuadrados . Poco antes se había realizado, gracias a un acuerdo con Prasa, el Puente de Miraflores , el tercer paso urbano sobre el Guadalquivir, que ayudó a descongesionar el tráfico, aunque su diseño nunca sedujo.

¿Se consiguió integrar el río? Según Juan Cuenca, no. «Antes había un pequeño embarcadero que ya no está, y había una sola orilla, que es lo que hay ahora. Se quería que se viera a Córdoba desde allí y al revés, y eso no pasa», cuenta. Y eso sucede, explicó, «por la vegetación incontrolada de la zona, que ha terminado por devorarlo». Es algo que no le parece bien, porque «el río nunca ha tenido toda esa vegetación», que según Juan Cuenca ha desvirtuado aquella obra. El sistema de pendientes y terrazas se concibió como una forma de tratar las avenidas del Guadalquivir, de forma que ante sucesivas crecidas se irían inundando cada a una de ellas. La conclusión de lo que sucede ahora es que «el río sigue siendo un barrera ».

Un azud

La idea, explica José Mellado, era tan avanzada, que incluso implicaba construir un azud que comunicase el Balcón del Guadalquivir con la otra orilla. En los terrenos de Miraflores se tenía que levantar un proyecto que iba a ser la gran obra de la Córdoba del siglo XXI, un edificio futurista que, en principio no tenía que costar nada a la ciudad, porque se entregaría su gestión a la empresa que lo construyera. En la época de José Mellado se realizó el concurso en que se adjudicó al arquitecto holandés Rem Koolhas , pero no se llegó a iniciar por su coste.

En las municipales de 2003 el PSOE pasó de seis a cuatro concejales y Mellado dimitió, de forma que quedó fuera de la política municipal cuando aquella zona comenzó a verse como él la había pensado. El proyecto del llamado Palacio del Sur , con un auditorio y hasta un casino, se modificó. Entre 2003 y 2007 gobernó Izquierda Unida en solitario y el PSOE, con Antonio Hurtado, se instaló en una dura oposición. Seguía vigente la fórmula de que una empresa lo construyera y lo explotara y el Ayuntamiento lo adjudicó a Ferrovial , pero el proyecto era muy costoso. La construcción se había disparado hasta 150 millones de euros y la empresa no encontró financiación en un momento en que la crisis económica ya se notaba.

Era 2008 y ya estaba IU de nuevo en coalición con el PSOE. Se encargó al arquitecto un nuevo proyecto más sencillo y menos costoso y lo hizo, y se pidió ayuda a la Junta de Andalucía , que concedió 18 millones de euros, y al Gobierno , que dio 9. Tampoco se puso la primera piedra y cuando el popular José Antonio Nieto .

Juan Cuenca denuncia la vegetación descontrolada que bloquea el campo de visión entre esa zona y el resto de Córdoba

Juan Cuenca se lamenta también de la zona baldía que ha quedado en Miraflores en el lugar donde tenía que haber estado aquel edificio emblemático, aunque sí está contento con la forma en que se resolvió la integración del Centro de Creación Contemporánea de Andalucía ( C3A ). La primera piedra se puso en septiembre de 2008 con un plazo de ejecución de 37 meses , que fueron muchos más. Se terminó de construir en 2013 pero hubo que esperar a urbanizar y ajardinar el entorno y los accesos hasta que se inauguró en diciembre de 2016. El Parque de Miraflores sigue recibiendo cada día a familias, corredores y gente que pasea con sus perros y disfruta de un sitio antes inútil, mientras sus zonas vacías cuentan lo que se pensó y no fue.

Miraflores, la historia del parque que no rodeó a la Córdoba del futuro

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