TESIS DOCTORAL

Las miradas románticas a la Mezquita-Catedral de Córdoba

Javier López de Luna recopila en una tesis lo que dejaron escrito los viajeros del siglo XIX del gran monumento

Muro orienta de la Mezquita-Catedral en un grabado de Doré ABC

LUIS MIRANDA

La reflexión pueden haberla hecho para sí muchos viajeros cultos, pero éste la dejó escrita: «Antojábaseme que, entre aquellos muros, había estado siempre y seguía allí atrapado y acorralado por la falta de horizonte por la vehemencia y por la vanidad humanas, todo el esfuerzo de los hombres por apoderarse del único Dios verdadero ». Pensamientos fervorosos y esperanzadores esclarecían aquí mi mente y mi corazón». El texto tiene fecha, 1862, y escenario, la Mezquita-Catedral de Córdoba , porque el autor era testigo de la singularidad de aquel monumento que era templo católico sin perder sus raíces. Se llamaban Hans Christian Andersen y para entonces ya había escrito la mayor parte de la obra por la que pasó a la posteridad: «El patito feo», «El soldadito de plomo» y cuentos infantiles transidos de melancolía.

Hubo un tiempo en que Andalucía no era el sur de España, sino el oriente de Europa , y Córdoba, como no podía ser de otra forma, su capital. Se conocía y se había estudiado que Córdoba había sido la gran ciudad de Al Ándalus , pero todo eso pertenecía a un pasado distinto. Los viajeros románticos fueron quienes aportaron esta visión, y Andersen fue uno de los muchos que visitó la ciudad. Pero hubo más, sobre todo franceses, italianos y norteamericanos . El investigador Javier López de Luna , licenciado en Historia del Arte, está terminando en estos días, becado por el Cabildo Catedral de Córdoba , su tesis doctoral , en la que ha buceado en los escritos de los viajeros románticos y en cómo reflejaron el gran monumento, que por primera vez, y sin dejar de ser templo de culto católico, pasaba a ser también una antigua Mezquita.

Raíces al descubierto

Era la época apropiada. En 1815 se había retirado la capilla cristiana que había estado donde el mihrab , con lo que quedaba al descubierto una de las partes más importantes de la antigua Mezquita, y también se retiró una cúpula barroca en la zona de la ampliación de Alhakén II . Según Javier López de Luna, hay un rasgo común a todos ellos, y es que buscaban el Oriente en Europa, que pensaban que llegaban a una tierra más árabe que española , y que si no encontraban exactamente eso, al menos incidían en los aspectos que sí les podían recordar.

Por lo general escribían textos por entregas para periódicos y para publicarse como libros. La visión orientalista prima en muchos de ellos, y también la imaginación de un pasodo glorioso. Es el caso del británico Richard Ford , que vino en 1831 a Sevilla, y que escribió glosando la gran epopeya del fundador de los omeyas en Córdoba, Abderramán I , y abundó en uno de los mitos nunca probados: que la ciudad, en su época de mayor esplendor, superó el millón de habitantes . Teophile Gautier recurre a una metáfora común en la época: «Parece que se entra a un bosque techado . La vista se pierde por columnas que crecen y se alargan», dice el escritor francés.

«Parece que se entra a un bosque techado. La vista e pierde por columnas que crecen», dice Gautier

Otro de los viajeros ilustres es el escritor italino Edmondo de Amicis , autor de la novela «Corazón», que publicó «España. Diario de un viaje de un turista escritor», en 1873, y que imagina los primeros momentos de la construcción del monumento con la voluntad de ser La Meca de Occidente, y que supere a las de Bagdad, Damasco y Jerusalén. Es, como recuerda Javier López de Luna, uno de los que más se recrea en los detalles.

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