Sociedad
Mimi, una lectora centenaria y cordobesa de ABC adelantada a su tiempo
María Teresa Mirambell es especiliasta en romper barreras: desde destacar en los negocios, conducir su propio vehículo o jugar con sus nietos al Spectrum y con sus binietos a la PlayStation
Cien años no se cumplen todos los días. Y esa fue la edad que alcanzó el pasado 28 de mayo María Teresa Mirambell . Aunque afincada desde hace muchos años en el barrio cordobés de Ciudad Jardín nació en el seno de una familia de emprendedores catalanes en la ciudad de Melilla en 1922. Hasta allí recaló su familia huyendo de las consecuencias económicas que les supuso la semana trágica de Barcelona en 1909. Y precisamente en la ciudad de Melilla la familia continuó con su actividad comercial.
Desde joven Mimi , como la conocen sus familiares y amigos, tuvo que desenvolverse en el trato con los clientes ya que sus padres regentaron varios negocios, entre ellos un estanco. Era tan atinada con los negocios que llegó a ganar un viaje por toda Italia por ser una de las mejoras vendedoras de una reconocida marca de electrodomésticos hace ya algunos lustros.
Desde siempre le ha acompañado su pasión por la lectura, así como su interés por estar siempre informada de la actualidad, algo que consigue desde hace décadas siendo una fiel lectora de ABC . Una pasión que no ha decaído y de la que sigue presumiendo, siendo una de las lectoras que a diario buscan en las páginas de esta cabecera la mejor fórmula de esta informada.
En Melilla se casó con Jesús Real , un militar natural de Lugo . Al finalizar la guerra civil le pidió matrimonio y juntos comenzaron la saga familiar Real - Mirambell. Fruto de este matrimonio nacieron sus hijas Gloria e Inmaculada que, con el paso del tiempo, le han dado diez nietos y hasta quince bisnietos .
Apasionada de la conducción
María Teresa siempre ha sido una mujer avanzada a su tiempo y con ganas de mirar al futuro. Así en la celebración de las bodas de plata de su matrimonio pidió a su esposo como regalo el carnet de conducir , cuando muy pocas mujeres se atrevían aún a ponerse al frente de un vehículo. Pronto lo consiguió y se compró el primer coche que aún recuerda, un NSU.
Esa ha sido una de sus pasiones, conducir. Y no la ha abandonado hasta que cumplió 86 años muy a su pesar obligada «por la edad y por mis hijas» como ella misma recuerda.
Tampoco hay que olvidar su afición a los videojuegos . Y ya en los años 80 del pasado siglo sus nietos jugaban con ella al pioner ZX Spectrum que más tarde sustituyó por varias playstation y actualmente por su inseparable tablet.
Los que la conocen bien la describen como una persona «inquieta y disfrutona». Aficionada a la cerveza y a pasar buenos ratos en los bares de su barrio como el Don Pepe . Afirma que la vida no se puede predecir y sólo hay que vivirla de modo positivo para afrontar de la mejor manera las adversidades.