LOTERÍA DE NAVIDAD
Miguel Molina, el lotero que más premios ha repartido en Luque, sueña con dar este año El Gordo
Su administración ha sido agraciada con los segundos premios de 2014, 2015 y 2016
Hace 32 años Miguel Molina abría la Administración de Lotería número 1 de Luque . Lo hacía con la ilusión de dar «El Gordo de la Navidad». Todavía no ha sido posible pero sus paredes están llenas de otros grandes premios y portadas de periódicos en las que sale festejando con sus vecinos los segundos premios de la Lotería de Navidad de 2014, 2015 y 2016 y el segundo premio del sorteo de El Niño de 2014.
Miguel todavía no ha hecho balance de lo que lleva vendido hasta la fecha en décimos del Gordo pero asegura que «las ventas van muy bien y subiendo» . Y no es de extrañar porque su pequeña administración es un continuo trasiego de vecinos buscando un décimo «de los que tocan».
«Una muchacha me llamó de Estados Unidos por un número que su marido había soñado»
Y entre tanto ir y venir de compradores están también las ventas por teléfono. Desde todos los puntos del país llaman a Luque para pedir un número. Son «las otras ventas» , como apunta el lotero luqueño, frente a las que le dan los premios y los medios de comunicación.
Explica que «buscan el número en internet y ven que yo lo tengo» . Pero casi mejor decir que lo tenía porque las respuestas a las llamadas que recibía mientras atendía a ABC era «lo siento, pero ya lo he vendido». Una frase que se la tuvo que decir también a una «muchacha de Córdoba que está en Estados Unidos, me llamó desde allí y me pidió el 04.927 porque me dijo que su marido, que es estadounidense, había soñado que tocaba » cuenta. Señala que «lo había tenido pero cuando me llamó ya estaba agotado».
Y agotados también desde julio, mes que se pone a la venta la lotería del Sorteo Extraordinario de Navidad, tiene Miguel las terminaciones en 13, 15 y 69 . Lo cuenta como curiosidad y con orgullo relata que entero se vende ya el «número de Luque». Se trata de un número que juega todo el pueblo, el 55975 , elegido por él mismo. Explica que hace tres años «intenté jugarlo pero se vendía medio» así que para este año «hice un cartel muy grande y lo puse en la cristalera, ponía ‘el número del pueblo’ y desde julio lo he ido vendiendo». Añade que eligió el número porque «tengo 55 años y he dado varios premios importantes que acaban en 75» . Miguel ya tiene preparado el marco en el que va a poner el premio que dé con el número su de pueblo.
Largas colas
Según comenta Miguel, estos días premios al sorteo, «son muy ajetreados, es la semana más fuerte de ventas». El fin de fiesta lo tiene el día 21 a las 20.55. Una tradición que se creaba en 2014, cuando Miguel sacaba por máquina dos décimos que resultaban premiados al día siguiente con el segundo premio del Gordo. Desde aquel año colas de hasta cien personas esperan hasta cinco minutos antes del cierre de las ventas para comprar el mismo número que su lotero, por si la suerte vuelve a repetir.
Cerradas las ventas y hecha la recaudación con todo cuadrado Miguel respira tranquilo, pero solo unos instantes porque pocas horas después comienza el sorteo del Gordo, el premio que quiere dar desde que abrió su administración, «es mi gran ilusión» insiste. A las 8 de la mañana del próximo sábado Miguel Molina estará ya tras su mostrador «con todo preparado por si doy el Gordo, tengo muchas ganas».
