Coronavirus Córdoba

Miguel Luque, 22 años, ingresado por Covid: «Pensé que sería un resfriado y acabó en neumonía bilateral»

Este joven de Aguilar de la Frontera narra a ABC cómo se contagió y acabó ingresado y qué secuelas le ha dejado

Miguel Luque posa para ABC en el patio de su casa en Aguilar de la Frontera J. Prieto

Jesús Prieto

Mucho está hablando mucho de la incidencia del Covid entre los jóvenes. Y también de las complicaciones que la enfermedad puede presentar. De ello sabe Miguel Luque, un joven de Aguilar de la Frontera que durante este mes de julio ha estado diez días ingresado en el hospital de Montilla con una neumonía bilateral provocada por la infección. Miguel tiene 22 años y estudia Ingeniería en Málaga.

Regresó a su localidad natal a finales de junio, una vez acabado el curso, y se dejó olvidadas en su lugar de estudio la funda de las gafas. «Me acerqué a recogerlas a Lucena hasta dónde me las trajo una compañera de estudios». Sin bajarse del coche las recogió y se volvió a Aguilar.

A los cinco días esta amiga «me envió un mensaje diciéndome que había dado positivo Covid, aunque ella era asintomática ». Y justo a la semana «comencé a notar molestias como dolor en el pecho y fiebre». Se fue a urgencias el 4 de julio y allí «me confirmaron que me había contagiado» .

Guardó el pertinente confinamiento domiciliario . Durante la semana que estuvo en su casa «perdí totalmente el apetito, tuve fiebre y un poco de tos». Cuando parecía que todo mejoraba, se sintió peor y con dificultades para respirar.

Se traslada entonces al Hospital de Montilla y «me confirman que tenía neumonía bilateral, ingresándome en la planta de Medicina Interna ». Aunque a él no le hablaron durante su estancia de la gravedad de su enfermedad, «sí que mis padres estuvieron al tanto». Nada más ingresar necesitó oxígeno y hubo días en que la saturación bajaba, necesitando elevar las dosis para ayudarle a respirar.

Incluso hubo jornadas en las que no pudo ni levantarse . «Mientras estaba quieto en la cama todo iba bien, pero cuando me movía tosía sin parar», afirma. Miguel llega a decir ahora que «estuvieron a punto de intubarme uno de los días porque la analítica mejoraba pero los pulmones y las placas no».

Fue a partir del sexto día de ingreso cuando parece que todo empezó a mejorar hasta que al octavo lo trasladaron a planta. Cuando llegó al día décimo en el hospital, «me dijeron que podía irme a casa».

Ha perdido diez kilos en apenas semana y media . No tiene más secuelas. Sí la convicción de que el Covid puede convertirse en algo grave. «Pensé que sería un simple resfriado y me equivoqué bastante» . Ahora tiene muy claro que hay que tener mucha precaución.

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