Contramiradas
Miguel Ángel Roldán: «Los patios son un pedacito de Córdoba»
El virus se llevó por delante en mayo la fiesta más señera de Córdoba. Pero en octubre vuelve. «No nos podemos permitir un brote», avisa Roldán
En el mismo lugar donde hoy se levanta el fantasmal edificio del Isabel la Católica , existía otro cine de verano que se llamaba el Rinconcito . De eso hace ya casi setenta años. En una vivienda anexa habitaba el conocido empresario Antonio Cabrera , propietario de algunas de las salas de proyección más frecuentadas de la época. Y en otra casa de vecinos de la misma parcela nació Miguel Ángel Roldán . Porque entonces se nacía en el interior de las casas. De esos años, le viene su amor por los patios. De aquella imagen imborrable de sus tías cosiendo canastos sentadas en las sillas de enea después del almuerzo . Allí vivió durante ocho años. Hasta que sus padres pusieron fin a una vida plagada de limitaciones, sin ducha ni cuarto de baño, un solo dormitorio para los seis miembros de la familia y un salón-comedor-cocina-despacho, que también servía de cochera del Seiscientos.
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Muchos años después, en 1995 , fue cuando se integró, casi por casualidad, en la junta directiva de la asociación Amigos de los Patios Cordobeses , fundada veinte años antes para frenar su galopante liquidación a manos de un modelo de desarrollo urbanístico que amenazaba los cascos históricos de toda Andalucía . Desde 2007 es su presidente.
–Y la pandemia es un enemigo inesperado.
–Sí, pero para todos. Nadie esperaba esto. Estamos teniendo mucha información falsa. La verdad es que está aquí y la estamos sufriendo.
–Para la Fiesta de los Patios ha sido un golpe tremendo.
–Para Los Patios y para todos los eventos. El último al que asistí fue a la Candelaria , en el Rocío . Y desde entonces no hemos hecho nada. Yo no quiero ser como el presidente del Gobierno cuando habla de nueva normalidad. De normalidad, nada. En cuanto esto se ha abierto, el virus sigue aquí.
–¿Y si no tenemos vacuna para el próximo mes de mayo?
–Puede ser que tengamos otro año en blanco. Los carnavales de Cádiz ya se han suspendido y son en febrero. Mucho tiene que cambiar esto. Son eventos que no se organizan en dos días. Yo todavía tengo mis dudas [para el Festival de Los Patios entre el 8 y el 18 de octubre] y lo estamos preparando con todo el cariño del mundo y las máximas medidas de seguridad que marca la ley. En los patios no nos podemos permitir que haya un brote.
–¿Qué medidas?
–Las medidas generales y algunas pautas de seguridad que estableceremos. Foro limitado, por supuesto. Y sin mascarilla no se entra en el patio. Pero, ¿qué pasa? Que todo el mundo quiere hacerse fotografías en esta escalera tan famosa. Y muchos se la quitan para la foto.
–Dijo usted cuando se suspendieron Los Patios en mayo pasado: «Nos venía bien un respiro». ¿Lo sigue pensando?
–Pues sí. Este patio es diferente, porque los otros hasta el día del concurso no se abren. Hemos estado tres meses cerrados, aunque el jardinero ha venido todos los días. Y eso se nota: las plantas estaban con más vida. Las plantas sufren el trasiego. Son seres vivos y tienen estrés.
–¿Y cuál es la mayor amenaza: el coronavirus o la saturación?
–Hombre, saturación vamos a tener. Para mí, la amenaza más grande es el coronavirus. Para quien cierra el último día de Los Patios , es un reposo. Nosotros [ San Basilio , 44] no cerramos ni un día al año.
–Un millón de visitantes en 2019. La cifra da miedo.
–Da miedo. Las personas que más han hecho por los patios han sido los fundadores de la asociación en los años 70, que es cuando comienzan a derribar patios para construir pisos. En la calle de Enmedio había cerca de veinte y no queda ni uno. Han desaparecido. Hay que recordar que uno de los alcaldes de la democracia los vinculó al PGOU .
–¿Cuántos patios han desaparecido en los últimos 50 años?
–Muchos. No puedo decir una cifra exacta.
–Y cuando perdemos un patio, ¿qué perdemos?
–Un pedacito de Córdoba . Córdoba son sus patios. A la Mezquita no le voy a quitar su encanto y su maravilla, que muchas ciudades quisieran tener.
–¿De éxito también se puede morir?
–Por supuesto que sí. Pero mientras quedemos unos cuantos nostálgicos, que echamos muchas horas a cambio de nada, los patios no se perderán nunca.
–¿El patio es el mejor invento contra el cambio climático?
–Eso es complicado. Sabemos que un patio, que es un jardín vertical donde creas un microclima, puede ayudar, pero comparar una cosa con otra… Lo otro es global. Y ahora nos damos cuenta de que las cosas hay que cuidarlas. Y, como somos así, ahora pagamos las consecuencias.
–Dígame tres prodigios insuperables del patio.
–Una de sus virtudes era su origen: compartir. Eso es fundamental.
–Pues compartir hoy casi ha desaparecido.
–En cierto modo, sí. Hoy en día el modo de vida es muy independiente. En mi casa hay cuatro vecinos y no los veo. Como no te los encuentres en la escalera, no tenemos relación. La vida nos ha hecho individualistas. Vamos a lo nuestro y, si podemos, corremos más. Y hay un momento en que o tú paras al cuerpo o el cuerpo te para a ti.
–Más prodigios.
–La belleza. Y esos visitantes que cuando entran por la puerta exclaman «¡oh!». Eso es muy gratificante. Te preguntan: «¿Esto existe?» Pues sí: existía en toda Andalucía y los hemos sabido conservar en Córdoba . Los fundadores de la asociación han sido los que más han hecho por los patios.
–El desarrollo va en contra de este tipo de tradiciones urbanas.
–Sí. ¿Qué pasa en en la calle Rey Heredi a ? ¿Qué pasa en la calle Martín de Roa? Que son casas de vecinos adaptadas a pequeños apartamentos. Y hay vecinos que ni se ven.
–Ayer cuidaban los patios nuestras abuelas. ¿Quién los cuidará mañana?
–¡Uf! Hoy casi todos los patios están en manos de particulares. Espero que las siguientes generaciones se hagan cargo de cuidarlos. Porque esto tiene muchas horas de dedicación. A nuestro cuidador del patio de la asociación lo dejamos que sea creativo. Y cambia todos los años completamente. No ves la misma maceta igual ni en el mismo sitio.
–¿Nuestros hijos se sacrificarán por los patios?
–Si el ritmo de vida sigue como estamos, pienso que no. Y lo estoy viviendo yo. Mi hijo está conmigo en la junta directiva y se lleva casi todo el año fuera de Córdoba por motivos de trabajo. ¿Cómo se haría cargo de un patio si nosotros lo tuviéramos? Lo veo muy complicado. Intentaremos que las nuevas generaciones se sigan implicando.
–Si los patios son ya un motor económico para la ciudad, ¿los hosteleros deberían arrimar un poco más el hombro?
–Pues sí. Lo llevo diciendo desde que estuve en la Agrupación de Cofradías . Fíjense el dineral que se pone en la calle durante Semana Santa o en el mayo festivo. ¿Quien es el gran beneficiado? La hostelería. Aquí, en San Basilio , quedan solo 12 patios ya y hay seis negocios de hostelería. Algunos viven todo el año de esos quince días.
–¿Y cómo podrían arrimar el hombro?
–Ayudando. Nosotros tenemos el patio montado todo el año y con entrada gratuita. El coste es muy grande. Aquí tenemos a la familia Rosales , que está teniendo detalles con los patios. Cada año aporta una cantidad. Se da cuenta de que sus negocios en parte se benefician de los patios.
–¿Los Patios son ya un parque temático o estamos todavía a tiempo?
–Nunca. Jamás. La cuidadora más humilde lo hace con todo el cariño. El patio siempre tendrá vida humana, porque lo necesitan las plantas.
–¿Y hay algo más reparador que tomarse un tinto de verano entre jazmines?
–O una copita de vino, que sienta muy bien. Y si le pones un rasgueo de guitarra ya se para el tiempo.