DIPUTACIÓN DE CÓRDOBA
El método de Navarrete para quedarse dinero del Consorcio de Bomberos: «Me ponía horas extra»
«El cargo que consintió mi mala actuación fue el interventor», asegura el exgerente del organismo provincial
El exgerente del Consorcio de Bomberos de la Diputación de Córdoba, Antonio Navarrete , ha tenido hoy ocasión de explicarse ante el jurado popular en el proceso que se sigue contra él por malversación de las cuentas del organismo. Lo ha hecho con tranquilidad, una memoria excelente y, tal como ya dijo ayer su abogada en la primera sesión del juicio, reconociendo lo principal de los hechos juzgados. Navarrete asume -y así lo ha dicho en varias ocasiones con diferentes términos- que «me he apropiado de forma indebida del dinero».
El exgerente ha explicado de forma minuciosa cómo funcionaba el Consorcio de Bomberos desde su misma creación y ha dado detalles -pero no todos- sobre los métodos que empleó para hacerse con el dinero público, que la Fiscalía y la acusación particular cifran en 610.000 euros . Uno de ellos consistía en imputarse horas extraordinarias que no le correspondían, difíciles de rastrear puesto que se camuflaban entre las nóminas de todo el personal del Consorcio, unas 180 personas.
Navarrete podía ordenar esas transferencias a sus cuentas puesto que era el máximo responsable -y también el único, según su testimonio- de la administración del Consorcio. Ahora bien, las horas extras no justifican por si solas toda la cantidad supuestamente defraudada según la Fiscalía . Pudo haber otros mecanismos fraudulentos, como facturas duplicadas que cobraba Navarrete o adelantos de nómimas que jamás devolvió el principal acusado, que no quiso abundar en los detalles. «No quiero extenderme más en cómo lo hacía», ha dicho ante el jurado. Esos detalles podrían ser perjudiciales para su defensa, que estima que las cantidades defraudadas son inferiores a lo establecido por las acusaciones .
El relato de Navarrete es la historia de un funcionario con amplísima experiencia que, en el cénit de su carrera, vio en el dinero público una vía de solución a sus problemas personales. En 1972, con Franco todavía vivo, un joven Antonio Navarrete entró a trabajar en la Diputación Provincial de Córdoba como meritorio. Allí fue ascenciendo hasta que, cuando llevaba ya un cuarto de siglo en la Institución Provincial, fue comisionado en 1997 para la creación de facto del Consorcio de Bomberos. «Yo tuve que ir con los papeles a la seguridad social para dar de alta el Consorcio », recordó Navarrete, de modo que «lo he gestionado prácticamente desde su nacimiento».
Desde el origen, Navarrete era el máximo responsable de la contabilidad en el área recién creada, si bien su nombramiento efectivo como gerente no se produce hasta el 1 de enero de 2000. Al año siguiente asumió también las funciones de tesorero y se convirtió en el «factotum» del Consorcio, hasta que en 2012 fue desposeído de sus cargos tras una auditoría de la Intervención de la Diputación que desveló el desfalco que ahora le ha sentado en el banquillo. Navarrete, sin embargo, siguió ejerciendo como funcionario y cobrando como tal (pese a que en 2016 ya fue considerado garante contable por el Tribunal de Cuentas) hasta su jubilación hace apenas unos meses. Su vida laboral se extiende nada menos que durante 46 años y nueve meses; arrastró su «mala actuación», Navarrete dixit, durante más de una década.
Segundo acusado
El interrogatorio de la Fiscalía al segundo acusado , M.M.L., considerado como cooperador necesario, fue tenso y, sobre todo, repetitivo. No eludió el encartado ni una sola pregunta, ni siquiera de las acusaciones . La representante del Ministerio Público parece tener en esta segunda línea del caso una sola idea: demostrar que M.M.L. tuvo acceso a la información contable del Consorcio de Bomberos y por tanto no puede eludir su responsabilidad como supervisor. Tiene lógica, puesto que nominalmente M.M.L. era jefe de Contabilidad de la institución.
La fiscal se enredó como poco una decena de veces en la misma pregunta y recibió una y otra vez la misma respuesta: «Nunca tuve acceso a la documentación contable», ni en formato físico ni digital. Tenía la potestad para hacerlo, pero nunca la ejerció, es lo que se desprende de las declaraciones de M.M.L. Su principal función en el Consorcio era, según su descripción, gestionar las incidencias de personal (bajas, altas, horas extras...), aunque también operaciones como el inventario de material. Así hasta 17 responsabilidades, pero nunca, aseguró, tocó los papeles contables .
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