Coronavirus en Córdoba
Los mercados de Córdoba anticipan una Navidad con menos atracones de comida y sin que suban los precios
Los vendedores aseguran que el daño del Covid-19 ha sido grande, pero la cercanía de las fiestas anima las compras
El mar queda lejos de los mercados municipales de Córdoba, pero el salitre se huele en los puestos y el aroma de las lonjas que miran al Mediterráneo ha llegado con las cajas de pescados y mariscos a las tantas de la madrugada. A dos días de la Nochebuena, los mercados están llenos de expectativas y de griterío, de peticiones y de bolsas grandes .
«Ahora por lo menos vamos mejorando, porque si no se mejora ya, cuándo», se pregunta Rafael Muñoz mientras corta en rodajas el pez de espada para una de sus clientas. En la voz tiene el optimismo de saber que hay gente esperando para que se le atienda y pedir. Pronto habrá que reponer algunos de los productos, que en estos días son mucho más de marisco que de pescado. Pero todo eso no quita para recordar que este año la diferencia es muy grande, porque el confinamiento y las restricciones de después del verano han dañado.
«Hay mucha diferencia, porque en otras épocas se vendía para Navidad desde semanas antes, y ahora se vende en los últimos días», cuenta. Se felicita porque la gente «se acerca a los mercados, porque antes no se acercaban tanto». El destrozo está ahí: un 60 por ciento de ventas menos , dice cuando afila los cuchillos que tendrán que hacer un corte limpio en la carne salada.
Para estas fechas el rey es el marisco, pero también moluscos como las almejas y mejillones. No han subido de precio: «Nos cuesta un poco más, pero lo estamos vendiendo igual, para atender al público». Sigue atendiendo mientras un hombre llega en busca de bacalao para buñuelos.
«Mira los cuerpos del delito », dice riendo Blanca Esther Martín mientras enseña esta popular pieza de crustáceo que muchos se llevarán primero a la mesa y más tarde a la boca en la Nochebuena. Este año, dice, la cosa está parada «porque la gente está con la incertidumbre de cómo tienen que juntarse».
La gente ha llegado, pero mucho menos que otros años. En línea con el año, que ha sido «horroroso», con mucha menos ventas. Siguen adelante, pero emplea la palabra « sobreviviendo ». Los cuerpos y las cigalas están entre las estrellas de la mesa en estos días, pero también ciertos tipos de pescado vertebrado, como el rape -que se prepara en salsa-, el mero y el bacalao. Aunque parezca que no, insiste en que todo está más barato que el año pasado. Hasta dos euros.
El mercado está lleno y no todos los clientes miran al mar. El carnicero Fernando López también reconoce que este año es distinto por culpa de la economía, que hace que la gente se retraiga. «Los artículos que tienen algo más de precio cuesta más trabajo venderlos», dice. Tiene la cámara frigorífica repleta de rellenos , que sus clientes le piden. Y sobre todo aquello que no se come normalmente, como los chuletones o el cordero. La carne está cara, sobre todo lo fresco, que él vende. Una de sus clientas, Mari Carmen Noguera , reconoce que compra «lo que necesita», aunque también ve «menos alegría».
En la Corredera también hay bullicio. Moisés Martín tiene una carnicería gourmet y no es pesimista. «Siempre hay menos cantidad de volumen de compra, pero todo el mundo tiene ganas de estar con la familia», dice, y sobre todo cuando está cerca la fecha. En su caso piden solomillos de ternera , rellenos, c arne de cordero y mucho para tapear, como jamón, caña de lomo, queso y anchoas.
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