La mejoría no dura lo suficiente y se escapa otra oportunidad

El Córdoba cerraba la jornada ante el Numancia y, probablemente, en la cabeza de más de un jugador blanquiverde estuviesen algunos de los resultados de los rivales directos por el ascenso. Ya sólo restan 12 fechas para el final de la Liga y las calculadoras han salido del cajón. Los pinchazos de Leganés, Alavés, Zaragoza u Oviedo (de los seis primeros sólo ganó el Nástic) animaban a los cordobesistas aprovechar otra oportunidad de oro para entrar de lleno en la pugna por el ascenso directo.

Quizá por eso salieron bien, serios y con las ideas claras, a un campo al que no acostumbran a saltar con decisión los de blanco y verde. Pero en Los Pajaritos firmó el equipo de Oltra un primer tiempo más que aceptable, digno de un club que lucha por subir a Primera.

Incluso se reencontró el Córdoba con una suerte que llevaba ya un número preocupante de jornadas sin proporcionarle goles: las jugadas de estrategia . Funcionó la pizarra de Oltra, que encontró en la falta de entendimiento local y en el infortunio de Valcarce -el centro de Pedro Ríos rebotó desde su pierna hacia la meta de Munir- dos grandes aliados.

La justicia futbolística acercaba el descanso a un Córdoba que se había ganado el derecho a presumir de un triunfo momentáneo. Pero el Numancia reaccionó en un minuto clave . Justo antes del descanso niveló el encuentro y, tras volver de vestuarios, cambió el signo del partido.

Al Córdoba se le escapaba su oportunidad y nadie parecía capaz de remediarlo entre los visitantes. Demasiado tenían los blanquiverdes con cerrar filas, todos juntos en campo propio, para pasar con los menores apuros posibles los segundos 45 minutos. Tal vez algunos jugadores asumiesen sobr el propio césped que esta semana tampoco lograrían regresar al ascenso directo.

Nueva oportunidad perdida. No bastó con mejorar en un tiempo ni con marcar por fin a balón parado. La calculadora todavía dice que es posible y la experiencia en Segunda garantiza más fallos de los rivales . Pero quienes prácticamente han agotado su margen de error -al menos, para perseguir el ascenso directo- son los de Oltra.