PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Medina Azahara podría llegar a quintuplicar sus visitantes tras la protección de la Unesco
El pasado año pasaron de media al día por el yacimiento arqueológico menos de 600 personas
Con el título de Patrimonio de la Humanidad casi en el bolsillo, Medina Azahara debe empezar a pensar en un mejor aprovechamiento turístico. Hasta ahora, no se ha dado y es un activo desaprovechado para un sector que es uno de los motores de la economía local.
El «Formulario de presentación a la lista representativa» que defendió la candidatura de Medina Azahara en su fase inicial, primeros compases de 2016, es claro. «El sitio tiene un gran potencial de crecimiento de visitantes , sin que este desarrollo turístico, bien planificado y organizado, suponga una amenaza para la conservación de los valores del yacimiento», señala el documento.
Y es que su capacidad máxima de visitas está muy lejos de la actual. El dossier de la candidatura la situaba entre las 2.500 y 2.800 diarias. Eso supondría que pasarán anualmente por ella entre 772.500 y 865.200 personas .
El informe, que se presentó en 2016, recordaba que en 2015 la media de visitantes diarios fue de en torno a 550 personas, por «lo que el margen para crecer es evidente». Y ese escenario no ha variado demasiado.
En 2017, por la ciudad palatina, pasaron 598 personas por jornada. Es decir, el margen de crecimiento que hay en la banda baja sería multiplicar por cuatro (concretamente por 4,2) lo que registra actualmente y en la alta, casi por 5 (4,7).
Antecedentes de interés
El documento reiteraba que «Medina Azahara puede acoger, sin excesivos problemas, un aumento considerable» de la afluencia de turistas. Esta conclusión se ilustraba con el mejor ejemplo: la muestra «El esplendor de los Omeyas», de 2001 . Ese año, 362.092 almas pasaron por la ciudad palatina. Esa cifra no la ha vuelto a alcanzar.
Respecto a las previsiones de incremento de afluencia como consecuencia de esta distinción, indicó que «la apertura de nuevos espacios visitables permitiría mantener unos niveles de carga [de visitas] similares a los actuales».
Entre las medidas que proponía en esta materia, y era 2016 cuando se presentó, estaba reabrir el emblemático Salón Rico, cerrado al público desde 2009 para una restauración que, todo apunta, quedará encarrilada a finales de este año.
El dossier también planteaba poner en valor núcleos patrimoniales cercanos como la almunia de al-Rummaniyya , habilitar un sendero que conecte su centro de visitantes con el yacimiento y, de manera estelar, la visita conjunta de ciudad palatina y el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso .
Este último es un monumento del siglo XV, que es el gran desconocido del patrimonio de la capital. Es propiedad de una familia, que lo abre anualmente, en colaboración con la Junta, para un pequeño número de pases.
A esto se une algo que sí se ha ejecutado ya: Cultura inició en abril el primer programa de visitas nocturnas al yacimiento, que concluirán en octubre. Eso sí su activación se hizo a la carrera, y con nula promoción.
Evolución de las visitas
Los elementos citados pueden ayudar a que Medina Azahara gane el tirón que debería tener un monumento tan singular. En 2017, la contemplaron 186.036 personas (alza interanual del 2,4%). Las visitas a la ciudad palatina muestran una evolución irregular la última década. Tocaron techo en 2009 (198.334). Luego, sufrieron una caída acusada en el trienio 2010/2012. Rebotaron en el bienio 2013/2014 y cayeron de nuevo en 2015, para subir en 2016 y 2017.
El poco partido que se le saca queda evidenciado cuando se compara con la Mezquita-Catedral de Córdoba , que el año pasado logró 1,9 millones de visitantes. Multiplica por diez los del yacimiento, pese a que este último entran gratis los ciudadanos de la UE -el resto de países, 1,5 euros-.
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