REPORTAJE

Un médico de Córdoba le salva la vida a un niño de Madrid que entró en «shock» por alergia en un avión

El menor comió un menú con salsa de piñones, que tenía prohibido, y estuvo al borde de la muerte en un vuelo a Nueva York

El doctor Igeño, a finales de octubre en Baltimore, adonde se dirigía cuando le salvó la vida a Nicolás FACEBOOK

Rafael A. Aguilar

Nicolás, un niño madrileño de 13 años, le debe la vida al médico jerezano José Carlos Igeño, que es el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y de Urgencias del Hospital San Juan de Dios de Córdoba. El menor viajaba con su familia en un avión de Iberia el 27 de octubre de 2018 para pasar unos días de vacaciones en Nueva York, y en la cabina se encontraba también el facultativo destinado en el centro sanitario cordobés, que acudía a un encuentro profesional al Jonhs Hopkins Hospital de Baltimore. La coincidencia fue providencial.

Un avión de Iberia en la pista ARCHIVO

Cuando el avión llevaba una hora y media en el aire el chico empezó a encontrarse mal, porque había ingerido una salsa incluida en el menú del vuelo que tenía crema de piñones, a los que es alérgico. Ante los síntomas evidentes de malestar del menor, la sobrecargo pidió un médico o un enfermero por megafonía, y el único en el pasaje era Igeño. «Me sentaron cerca de él y lo examiné: se estaba poniendo rojo, mostraba nerviosismo y tenía picores por todo el cuerpo, se le estaban hinchando los ojos, tenía taquicardia: entró pronto en un 'shock' anatiláctico, que es irreversible si no se trata enseguida», recuerda el doctor.

«El comandante del avión me pidió consejo para hacer un aterrizaje de emergencia en las Azores»

La tripulación puso a su disposición el material médico que había en la cabina, que se resumía en dos maletines con instrumental y fármacos y en un desfibrilador. «Le canalicé al chaval una vía venosa en el brazo y le administré adrenalina y corticoides. Mientras tanto, y ante la gravedad de la situación, entré en comunicación con el comandante del vuelo, que me informó de que nos estábamos aproximando a las Azores y que si era necesario podíamos aterrizar de emergencia. Como vi que Nicolás respondía al tratamiento y que su vida ya no estaba en peligro decidí que podíamos continuar hasta Estados Unidos. Hice todo el trayecto al lado del chico. Que está sano y salvo», reseña el médico de San Juan Dios.

A los pocos días y en su trayecto de vuelta a España, el doctor se había convertido sin saberlo en un héroe famoso: «Tenía pasaje de turista, pero me pasaron a primera clase. No paré de recibir felicitaciones del personal de Iberia. Y lo más curioso es que yo no iba a coger el avión en el que peligró la vida del chico: si no me hubiera montado en él no habría habido ningún médico que le salvara», concluye.

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