Mayo Festivo
Patios Córdoba 2022 | ¿Cuánto cuesta mantener los recintos al año?
El coste varía dependiendo de las dimensiones del patio, y oscila entre una horquilla que va de los 2.500 a más de 6.000 euros
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Paredes de un blanco nuclear sobre las que brillan miles de macetas añiles y coloridas flores; recintos que cuentan, tras cruzar sus dinteles, el paso de los años y el de muchos visitantes que se han llevado en la retina y en el recuerdo este regalo para los sentidos. Pero pocos se paran a pensar, tras dejar atrás cada patio cordobés, el esfuerzo, económico y humano , que supone mantener vivos estos tesoros patrimoniales.
ABC ha hablado con los propietarios de varios de los recintos que participan en el certamen de este año para saber cuánto vale cuidar los patios. Dependiendo del tamaño, la horquilla está entre los 2.500 y los más de 6.000 euros al año.
«Echando cuentas, incluyendo horas de trabajo, pintura, tiestos, abono, plantas que hay que reponer, gasto de luz y agua... Sale por eso, unos 6.000 euros al año », apunta Rosario Torrealba , propietaria de Céspedes, 10 . «En mi caso, aunque es un recinto de 50 metros cuadrados, es una casa antigua y estoy cada dos por tres arreglando problemas de albañilería. Pintarlo me sale por unos 2.000 euros porque las paredes son muy altas y hacen falta andamios», explica.
Guzmanas, 7. Óscar Rubio . Óscar Rubio, de Guzmanas, 7, que participa en la categoría de 'Arquitectura Antigua', asegura que «no llevo la cuenta de lo que gasto, pero lo hago para no enfadarme», afirma, entre sonrisas. Apunta que mantener su patio (de 44 metros cuadrados) «me puede salir al año por unos 4.000 euros facilmente. Es verdad que no se pinta todos los años, pero yo sí que tengo que tapar muchos desconchones, porque esta casa es de 1605».
Pese a todo, Rubio asegura que «es una forma de vida y tener un patio, vivir en un patio te aporta más de lo que te gastas». En este sentido, considera que sería interesante que desde las administraciones «se nos concediesen ayudas de otro tipo , que no fueran económicas estrictamente: no sé, con personal para ayudar, sobre todo, a las personas más mayores, o con patrocinadores de plantas. El coste más grande que tiene el patio es de tiempo».
Ana Muñoz, de Tinte, 9, afirma que se gasta, «por lo menos», unos 2.500 euros al año en tener su patio en condiciones. «Un dineral, vaya, y eso que la persona que cada año me pinta el patio es de confianza y me hace una rebajilla», señala esta cuidadora, de 85 años. «Del agua, ni hablamos, que abro el grifo para regar y se tira abierto tres horas... Y raro es el año que no hay que comprar 20 o 30 macetas».
Sin embargo, Ana no cambia vivir en su patio por nada del mundo. «Es una gozada y nadie te obliga a cuidarlo. A mí me da la vida», si bien ahora cuenta con ayuda para mantenerlo, «porque mi familia no me deja ya montarme en las sillas para alcanzar las macetas que están más altas», relata.
Santiago, Zarco 13. «Entre agua, abono, plantas, utensilios si los necesitas, pinturas, obras que pueden surgir... Calculo que unos 6.000 euros me gasto», explica, por su parte, Santiago Hernández, dueño del patio de la calle Zarco, 13. Afirma que «es raro el año que no tengo que hacer obras porque mi recinto es muy antiguo. El año pasado tuve que tapar una gotera que me costó 3.000 euros», señala.
En este sentido, estima que «toda la ayuda que se pueda prestar a los patios es poca, es una labor constante y hay mucha gente mayor que necesita que le echen una mano: con una planta, un saco de arena o de cemento...Lo que sea, es gloria bendita. Y los hosteleros deberían volcarse más por lo que les reportan los patios en el Mayo Festivo», apunta Herández.
Tomás Pedregal, de Escañuela, 3, un patio con más de 100 metros cuadrados, sede de la Asociación de Niños Saharauis , no sabe calcular cuánto cuesta mantener este recinto: «Es complicado calcular. Vamos reponiendo lo que va faltando... El gasto depende de como venga el verano, de muchas cosas, pero los 3.000 euros te los gastas con pestañear».
En el caso de este espacio, la mano de obra es gratis , «si no, sería un pastizal». Hay un equipo de voluntarios de unas cinco personas que acuden a mantener el patio todas las semanas: «pintan, riegan... Se encargan de todo, por eso nuestra factura es menor y no se ajusta a lo que supondría para un particular», indica.
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