OCIO Y NEGOCIO

El Mayo Festivo de Córdoba, reclamo para las despedidas de soltero

La ciudad y especialmente el mes de fiestas se han convertido en el escenario de moda para estos eventos

Una joven celebra su despedida de soltera con sus amigas, el sábado en la Feria ÁLVARO CARMONA

I. C.

Un grupo de hombres hechos y derechos se dirige a la ribera por la calle San Fernando, cacharro en mano . Uno lleva un disfraz que le convierte, a ojos de los incrédulos viandantes, en la gigante réplica de un miembro viril. Al paso de un autobús, el enorme trampantojo se echa a la carretera. «¡Si no pitas, no pasas!», increpan al conductor. Se casará en unos días, quizás semanas, y su pandilla ha elegido Córdoba (sumida en su mes grande de celebración y turismo) para que pase las horas más ridículas, alcoholizadas y divertidas de la recta final de su soltería .

El mayo cordobés como producto turístico traspasa fronteras y su esencia vende más allá de la tradición, la belleza y el acervo propios de la tierra. Los hay que acuden a la ciudad buscando empaparse de una cultura típica y única y los hay que llegan buscando, simplemente, una fiesta asegurada . En este contexto, la Córdoba de mayo se ha convertido en un escenario de lujo para los que quieren irse de juerga para despedir la soltería. Las Cruces , la Feria e incluso los Patios han recibido este año -como lo hicieron el anterior, si bien parece ser una tendencia al alza- la visita de numerosos grupos de mujeres y hombres dispuestos a pegársela antes de colocarse el anillo. La mayoría vienen de fuera de Andalucía, animados por la óptima conexión de tren con la que cuenta la capital, que permite viajes de fin de semana e incluso de ida y vuelta a los más ahorradores. También, por la fama que el mayo cordobés tiene de fiesta, despiporre y cachondeo.

A falta de datos que refrenden algo que puede observarse a simple vista -no existe un Observatorio Nacional de Despedidas de Soltero -, Córdoba se ha convertido en un reclamo para grupos que buscan celebrar este evento. De hecho, hay todo un negocio erigido en torno al fenómeno, desde salas que acogen ágapes privados con « strippers » y espectáculos de cabaret, pasando por empresas de alquiler de limusinas y otros servicios como el «beer-bike», hasta ofertas especiales para quienes buscan un plan tranquilo o pasar la resaca en modo relax, por ejemplo, en unos baños árabes .

A favor y en contra

Donde muchos ven vulgaridad , otros ven sana diversión. Donde unos ven perjuicio, otros oportunidad . Denostadas por un sector de la población -quienes las «sufren», los vecinos- y aplaudidas por otro -los que sacan partido del fenómeno, la hostelería-, se ha generado todo un debate en torno a si las despedidas de soltero benefician o perjudican la imagen de una ciudad que vive en gran parte del turismo . Los habitantes del Casco Histórico vienen denunciando desde hace tiempo que este tipo de celebraciones supone un verdadero problema para los vecinos . Desde la Asociación Vecinal La Axerquía , Paco Rosales se explica: no se oponen a que la ciudad se llene de despedidas de soltero, sino a la forma que muchos de sus participantes tienen de «divertirse». Una actitud que, asegura, a menudo falta el respeto a los vecinos de una ciudad que en la mayoría de las ocasiones no es la suya. Todo ello, a su juicio, sólo conduce a «dar muy mala imagen y perjudicar al resto de turistas».

Por su parte, desde la hostelería se resta importancia a los «contras» del fenómeno. Alberto Rosales, de Córdoba Apetece , asegura que la experiencia de los hosteleros con estos grupos es buena y que la concurrencia cada vez mayor de despedidas de soltero es síntoma de que la oferta de ocio nocturno de la capital ha crecido, al margen del mayo festivo. «Vienen a pasarlo bien y dejan riqueza», asegura, «y además son gente joven que, cuando vuelve a su tierra, habla bien de Córdoba». Cualquier celebración es bien recibida cuando van unidas al «civismo» y aboga por « no colgar etiquetas ». Entre quienes celebran sus despedidas hay de todo, y no deben pagar justos por pecadores.

Antecedentes en la estación

Sin embargo, los comportamientos incívicos se producen. En marzo, unas 15 personas de varias despedidas diferentes que viajaban en el AVE tuvieron que ser desalojadas por los antidisturbios en la estación de Córdoba tras ocasionar altercados en el interior del tren y hacer «botellón» a bordo. Según indican desde la estación, no ha habido más episodios de esa envergadura, pero las despedidas generan cada fin de semana molestias al resto de viajeros .

«No hacemos nada que no hagan los cordobeses cuando van a otro sitio». Quien habla es Laura, una madrileña que el sábado acompañó en la Feria a su prima, que se casa en agosto. Las organizadoras de su despedida, disfrazadas de vaqueras del lejano oeste -la novia iba de india-, eligieron Córdoba porque «nos dijeron que aquí lo pasaríamos bien, que comer y beber es barato y que se puede ir andando a todas partes ».

El mismo día, en el mismo escenario, se dieron cita varios de estos eventos. En una de ellas, el novio, «Manolín», iba vestido de torero mientras que sus amigos vestían camisetas con mensajes. Como portavoz se erigió su amigo Fernando, que, a las puertas de una caseta y con bastante alcohol en el cuerpo, esgrimía sus argumentos: «No creo que nadie quiera faltar el respeto a nadie. Nos desmadramos porque un día es un día ». Y así, cada despedida de soltero defiende su legítimo derecho a la diversión . Aunque un día, multiplicado por una determinada cifra de despedidas de soltero cada fin de semana, sea, en cómputo global, mucho más que un día.

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