TRIBUNA

Un mayo desalentador para el turismo en Córdoba

«Lo primero es admitir que tenemos un problema y luego remar en la misma dirección»

Turistas en las Tendillas durante las Cruces ABC

MANUEL RAMOS GIL

Ya ha pasado, y por lo que parece, sin más pena que gloria. Habrá que esperar a que nos ofrezcan los datos oficiales del segundo trimestre, pero mucho me temo que se mantiene la gran caída que ya anunciaron los del primero, que arrojaban una bajada del nueve por ciento y la pérdida de más de doscientos mil turistas , mientras que otras capitales, como Sevilla y Málaga, crecían de manera espectacular. Así pues, el Mayo cordobés , el que nunca fallaba, este año ha pasado de largo y no ha cumplido . Me ha recordado a la película «Bienvenido Mr. Marshall». Los cordobeses que participan en el turismo eran aquel pueblo de provincias que retrataba Berlanga; los empresarios se lamían las heridas del batacazo turístico del primer trimestre, pero se sobrepusieron porque el Mayo cordobés estaba muy cerca, a la vuelta de la esquina.

No hay datos oficiales que refrenden lo que aquí escribo y ojalá me equivoque, pero lo cierto es que el batacazo es lo que se percibe, el «run-run» que corre. Sólo hace falta ejercitar un poco la lengua, darse una vuelta por el sector e ir preguntando a los implicados. El resultado de ese sano ejercicio es decepción y mal humor. ¿Dónde están este año los turistas extranjeros?¿Por qué no han venido? ¿Qué ha cambiado? Habrá que preguntarles a los responsables máximos, y sobre todo, inquirirles sobre si hay alguna estrategia para contener la hemorragia. Pero no hablo gratuitamente, no sólo atiendo a la rumorología. Hablo también como responsable máximo de un negocio de turismo cultural, una casa museo, la Casa de las Cabezas, que después de tres años de continuas subidas, el 2018 y su mayo ha dado al traste con nuestras esperanzas de terminar bien el año.

«¿Dónde están este año los turistas extranjeros? ¿Por qué no han venido? ¿Qué ha cambiado?

Malos augurios nos trajo enero, que se confirmaron en febrero y marzo, pero todos formábamos parte de aquel pueblo de Berlanga. Nos esforzamos en los preparativos y se vitoreaba el himno: «Menos mal que ya llega mayo» . Pero cuando por fin llegó, la alcaldesa, sus concejales y colaboradores se quedaron con cara de pánfilos, saludando banderita en mano desde la puerta del Ayuntamiento a la comitiva que pasó de largo y no se paró. Pero estos malos resultados son los que igualmente me trasmiten desde otros espacios museísticos privados; de los resultados de los públicos ya nos enteraremos. El mismo clima de decepción me he encontrado en los guías turísticos. En algunos casos se ha llegado a trabajar casi un cincuenta por ciento menos que lo que viene siendo habitual durante este mes.

El mismo sentir me trasmiten los nuevos intérpretes del patrimonio que esperan junto al puesto de venta de las entradas de la Mezquita, para ofrecer visitas guiadas al interior del templo-monumento. También pregunto por el asunto a la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba. Se muestran francamente preocupados; comienzan a recopilar datos y me confirman la caída en su sector durante este mes. Aluden al daño que les causa los apartamentos ilegales , y manifiestan que con los desastrosos datos que le están poniendo encima de la mesa, muchos negocios serán inviables en pocos meses.

Caída generalizada

Y es que, al parecer, los hoteles no han colgado ningún día el cartel de «No hay billetes» durante mayo. Habitaciones a 70 euros el jueves de Feria. U hoteles ocupados en gran parte por despedidas de soltero/a. Esa subida sí que la hemos notado todos los cordobeses; esas improvisadas, absurdas y en más de una ocasión, ordinarias y soeces procesiones de jóvenes de ambos sexos ( y no tan jóvenes), que se pasean por el Centro y por las calles del Casco haciendo el ridículo.

Cambio ahora de agentes, y pregunto en el sector del comercio del Casco; la decepción y el mal humor alcanza cotas más sobresalientes aún si cabe. «No se vende nada», es la frase que más he oído este fin de semana, seguida de esta otra, «la gente viene a Córdoba sin un duro».

Los Patios también es tema delicado y tabú. Parece que no estar de acuerdo con la manera de «venderlos» es atacar Córdoba, cuando lo cierto es que casi nadie está contento de la gestión que se ha hecho de este enorme éxito y sello de identidad de la ciudad durante los últimos años. Sea como fuere, me da la impresión de que la agencias que trabajan con productos de calidad, por desgracia, comienzan a retirarlo de su oferta, porque, al final, todo lo que es gratis se desprestigia por sí sólo . Esa es mi opinión, gratis debería ser lo que nos hemos ganado los españoles con nuestro estado democrático, social y de derecho, pero los caprichos, el divertimento y los vicios que se los pague cada uno.

También hay que decirlo, que lo más sangrante del asunto es que a nadie, salvo a los dueños de los Patios, el Festival le cuesta un duro. Los cuidadores están hartos de las miserias que se les ofrece por estar aguantando a miles de personas durante más de una semana , mientras que todo el sector que se beneficia de ellos, sin poner ni un céntimo, ha mamado de su teta hasta empacharse.

«Los cuidadores de los Patios están hartos de las miserias que se les ofrece por aguantar a miles de personas durante más de una semana»

Pero es que para colmo este Festival de los Patios, al igual que los anteriores, se han vendido como rotundos éxitos . ¡Un millón de visitantes este año!, proclamaban hace escasos días todos los medios locales. Es una cifra que yo al menos no me la creo, pues no me salen las cuentas. Si han sido 50 patios los que se han presentado a concurso, se supone que cada uno ha recibido 20.000 visitas en los 9 días que ha durado, y cada día unas 2.300 personas. Complicado lo veo, cuando un patio mide unos 30 metros cuadrados. Si cada hora el patio es ocupado por su aforo máximo de unas 30 personas, en 8 ocho horas entrarían 240. ¿Cómo consiguen meter a 2.300? Pero en el fondo no me importa tanto la cifra, pues lo cierto es que sigue viniendo mucha, muchísima gente. La cuestión es si preferimos cantidad o calidad .

Córdoba había conseguido unos magníficos datos durante los últimos años, y con grandes éxitos, como el último otoño cargado de eventos de turismo cultural. Los cordobeses habían visto una oportunidad única en el turismo para mejorar y diversificar la economía. Sinceramente, en este bache , creo que ahora no hay que buscar culpas o responsabilidades directas, sino remar todos en el mismo sentido y exigir a los políticos un gran pacto en esta materia . Lo primero es reconocer que tenemos un problema. ¡Viva Córdoba!

Un mayo desalentador para el turismo en Córdoba

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