SOCIEDAD
Más de 60 niños esperan un hogar de acogida en Córdoba
La Junta y las asociaciones alertan de que hacen falta más familias que acojan a menores
Un documental, un programa en televisión o un anuncio pueden ser los causantes para que una familia decida acoger a un menor . En el caso de Toñi Vidal y su familia fue una campaña de publicidad que vieron desde su salón lo que les motivó a ser padres de acogida. Hace 15 años que se ocupan de algunos pequeños que necesitan una segunda familia .
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En esa línea, hace unos meses, la Junta de Andalucía puso en funcionamiento una iniciativa, «Cuenta conmigo. Sé mi familia», para poder acoger a menores y que cada vez, más familias se animen. Para ello hay que pasar unos cursillos que reflejen que los adoptantes están capacitados para cuidar y pasar tiempo con el menor. Eso sí, según Vidal, lo principal es el «compromiso y la paciencia». En ese sentido, hay niños que han vivido en su corta edad momentos complicados y difíciles. Por ejemplo, la mayoría de ellos se esconden y se agachan cuando escuchan una sirena policial , explica la acogedora. Síntoma de que han tenido malas experiencias previamente a esa segunda oportunidad.
Vías de acogimiento
Por otro lado, hay muchas vías para poder acoger a un menor: Desde el programa que propone la Junta, hasta ONGs como Tierra de Hombres , Asociaciones como Mírame o niños que se encuentran en centros sociales . Cada uno de ellos tiene sus peculiaridades: Así, la Junta da unas ayudas para hacer frente a la carga económica que supone un menor -pero hay que demostrar que se tiene cierto poder adquisitivo previo-, Tierra de Hombres está especializada en pequeños que necesitan una operación y que en sus países no hay posibilidad de que la realicen -sobre todo cirugías cardíacas -, y en el caso de los centros de protección, las familias se hacen cargo de los niños los fines de semana y en periodo vacacional. Eso sí, todas tienen en común que no es una adopción para toda la vida sino que el período más largo puede llegar tan solo hasta los 2 años.
En esa línea, uno de los momentos más duros en las acogidas es la hora de la despedida. Pero «el consuelo es que los menores van a mejorar su situación», explica Vidal. Algunos regresan con sus padres pero no es el caso de todos, otros pueden ir a centros o ir con otra familia. Según la estadística, la mayoría de pequeños que están siendo acogidos en Córdoba son españoles actualmente. Menos los de viajes por necesidades hospitalarios.
Esos casos, según Vidal, son de los más impactantes porque vienen desnutridos y muy enfermos y después de la operación, «es asombroso lo pronto que se recuperan». En otro tipo de casos de acogido los niños han vivido situaciones violentas y desagradables por lo que necesitan mucha dedicación. En esa línea, «hasta los casos más extremos se consiguen solucionar». Esa es la experiencia de la familia de Toñi Vidal que actualmente acogen a cuatro niños de distintas edades y por supuesto, con distintos casos: dos de ellos son del programa de la Junta, otro está pasando las vacaciones con ellos porque es de un centro de protección y la más pequeña ya ha sido operada y se está recuperando velozmente gracias a la intermediación de la ONG Tierra de Hombres.
En estos perfiles, los padres adoptivos intentan mantener contacto con los padres biológicos que están en el otro país para tranquilizarlos durante la operación y la recuperación, para que estén informados en todo momento. En algunos de los casos, los pronósticos son tan extremos que los médicos apuntan que «una semana más tarde y el menor podría no haber resistido», cuentan desde la familia Vidal. Eso sí, la mayoría de los casos salen bien y los pequeños vuelven a su hogar sanos y salvos con sus padres y sus familiares a los países de origen.
Otra filosofía
«Es un estilo de vida», afirma. Así, sus hijos han crecido con distintos menores que han compartido tiempo, juego y cariño con otros niños que pasaban meses en su hogar. O en periodo de vacaciones, que se van con toda la tropa. Al final supone un cambio importante en el modelo familiar. En el caso de esta familia, la madre decidió dejar su trabajo porque los menores necesitan mucho tiempo y dedicación . Concretamente, en los casos de hospitales «hay que estar 24 horas disponible y acompañando al pequeño», explica.
Respecto a la comunicación con los padres biológicos depende del caso. Hay algunos que siguen en contacto mientras que otros no tienen ningún tipo de relación. La meta es el bienestar del acogido y en algunos casos, los padres no suponen una influencia positiva ni estable . En esa línea, es importante que los niños tengan una rutina : su horario de colegio, actividades extraescolares, disciplina para hacer los deberes y también saber administrar el tiempo de ocio y relacionarse con amigos. Al final, cuando pasan unos dos meses con la familia, «el cambio hacia mejor se nota», considera esta madre adoptiva. Por eso mismo, ella anima a que se hagan más acogidas porque «hace mucha falta, son muchos los menores que necesitan un apoyo», apunta. Según la Junta, más de 150 niños y adolescentes están hoy en día en centros de protección en Córdoba. De ellos, 60 están esperando la oportunidad de ser acogidos en un hogar. En datos, más del 90 por ciento tienen más de 6 años y, la mayoría son chavales de 12 y 17 años.
Para los comienzos, la Junta igual que las Asociaciones organizan actividades colectivas entre los padres adoptivos y los menores para que puedan compartir experiencias y los más veteranos ayudan a los que se están iniciando. «Hay que tener en cuenta que algunos patrones se repiten», señala la cordobesa, una veterana en acogidas a esta altura.
En conclusión, «hay muchos menores que están esperando una oportunidad», apuntan desde las asociaciones. Y, según las personas que ya han vivido la experiencia, «es muy gratificante poder hacer algo por ellos y acompañarles en su crecimiento», confirma Toñi. En ese sentido, «también hay momentos muy complicados pero el resultado positivo merece la pena», sentencia.