Martínez Rücker, 1

Una de las exornaciones florales más tradicionales de nuestros patios es la de la vivienda de Martínez Rücker, 1 . La casa escondida en su calleja anuncia con su buganvilla de la planta superior que la calle empieza ahí, donde ella está anunciando desde la fachada el patio del interior. Esta casa datada entre los siglos XVI y XVII, pasado el zaguán de acceso, tiene una galería arcada lateral abierta al patio, en la que el visitante puede aprovechar para sentarse y recrearse en el resto del espacio. Al patio vuelcan las distintas viviendas de la casa y una escalera encalada, repleta de macetas.

En el centro, un pozo árabe, alrededor del que se reúnen a charlar y fotografiarse un grupo de jóvenes visitantes. Cientos de imágenes caben en un patio en un momento. Una pared cubierta de hiedra, una turista retocándose el maquillaje a la sombra, de todo hay. A esta hora de la tarde, atiende a los visitantes León, el más joven de los que colaboran en la preparación del patio para el festival, al que hoy acompaña un amigo. Nos cuenta que son tres las familias que cuidan principalmente el patio, su madre, su tía y una vecina y entre las tres deciden qué y cómo.

Pero una de las labores más importantes la hace él, colgar las macetas en las paredes, que hay que saberlo hacer. Por ahora no se dedica a la parte del trasplante de la planta a la maceta y otros cuidados, pero las cuelga. Charlamos un momento sobre la buganvilla de la fachada exterior y nos despedimos.

Antes de atravesar del todo el largo pasillo de acceso a la casa, en el lugar donde está la memoria que el Ayuntamiento dedicó al poeta y humanista Pablo de Céspedes , me giro para disfrutar de nuevo de la fachada y veo a los amigos que han salido a mirar la buganvilla.