Política
Marián Aguilar, el último intento de Bellido por estabilizar Cultura en Córdoba
El alcalde encarga a la concejal la gestión de los grandes proyectos y festivales, las tradiciones y las complicadas relaciones enter vecinos y empresarios en el ámbito del Casco Histórico
La concejal del PP Marián Aguilar asume, con la remodelación del equipo de gobierno ordenada por el alcalde Bellido , una amplia cuota de poder municipal que antes se desperdigaba hasta en tres concejalías diferentes. La «superdelegación» de Cultura, Promoción y Casco Histórico asimila competencias diferentes que el regidor considera relacionadas y que, por tanto, necesitan un mando único.
Aguilar ya ostentaba Promoción (antes Festejos), un área de enorme importancia para la ciudad puesto que a ella se deben los grandes acontecimientos festivos que proyectan la imagen de Córdoba. La Feria, las catas, los Patios, las Cruces de Mayo, la cabalgata de Reyes, las veladas veraniegas, la Navidad, el carnaval... todas están bajo el paraguas de la Delegación de Promoción. Por si no fuera bastante, Bellido comisionó a esta concejal recién llegada a la política para gestionar las siempre delicadas relaciones con la Agrupación de Cofradías. Por si sola, Promoción ya era una «macroárea» antes de los cambios en el Gobierno. Y así era hasta ayer, puesto que Aguilar sólo tenía ecomendadas, además de Promoción, las labores del área de Juventud , una «maría» en este y casi cualquier otro ayuntamiento del país.
Ahora Aguilar pasa a dirigir también la Delegación de Casco Histórico , un departamento de nuevo cuño que nació con la intención de mejorar los equipamientos del Centro de Córdoba, el mejor escaparate de la ciudad, pero también para aliviar la tensión con los vecinos que residen de la zona, hartos de vivir en una suerte de parque temático muy dependiente del turismo. A ello se había dedicado los últimos meses Laura Ruiz, que no era bisoña en estas lides: procede del movimiento vecinal, donde Bellido y el anterior alcalde popular José Antonio Nieto la conocieron -y convencieron- en el mandato 2003-2007.
La concejal tendrá que lidiar con los intereses encontrados de todos los sectores presentes en la Mesa del Casco creada por Laura Ruiz el año pasado. Ahí se encuentran vecinos, empresarios, hoteleros, promotores e instituciones. Es un trabajo de hilar fino y de mucha mano izquierda para el que viene bien una cintura política que Marián Aguilar aún no ha demostrado tener. Porque lo que es invertir, en la Delegación de Casco Histórico se invierte poco. Está diseñada para que sus proyectos sean ejecutados por otras áreas y tiene poco presupuesto, pero eso no le resta complejidad.
Y a todo ello Aguilar le suma nada menos que Cultura (incluye el IMAE y la Orquesta de Córdoba), una área capital que el PP no ha sabido, no ha querido o no ha podido encauzar. O un poco de todo. En un principio, Bellido le encargó la tarea a un hombre de la cultura, quizás el único que daba ese perfil en su lista: Juan Manuel Moreno Calderón , catedrático de Piano y una persona de valores reconocidos en el mundo del arte y la creación.
El concejal dimitió en septiembre por motivos personales y Cultura, que hasta entonces se desempeñaba de forma independiente (Calderón no tenía más responsabilidades), se convirtió en la falsa moneda . Bellido no quiso mantener un área en exclusiva para la cultura y le endilgó la tarea a la empresaria Blanca Torrent , sin ninguna referencia en la materia. Con esa decisión, incomprensible para muchos, el regidor parecía ofrecer una visión economicista de la cultura -diluida en un departamento de clara vocación empresarial- muy del gusto del pensamiento neoliberal. La reducción de cualquier problema a sus meros aspectos económicos puede tener cabida en muchos ámbitos, pero es de difícil encaje en una actividad como la Cultura -con mayúsculas-, siempre deficitaria si sólo se miran los dineros.
Y es así como Cultura vuelve a cambiar de manos. Tres concejales en poco más de un año. Ahora lo hace compartiendo departamento y responsables con los grandes eventos festivos y tradicionales de la ciudad y toda la gestión social y económica del Casco Histórico . Además de todo eso, Marián Aguilar será la responsable política de la organización de acontecimientos de relumbrón como el Festival de la Guitarra o Cosmopoética o la programación cultural de los tres teatros de la ciudad, entre otros.
Bellido ha explicado este cambio de modelo en la gestión política de la cultura de forma singular: cree que hay dos «culturas» diferentes pero parecidas. Hay una con proyección exterior (como los Patios o las Cruces, por ejemplo) y otra enfocada principalmente a los propios cordobeses (como la programación del Gran Teatro). Y «es el momento de concentrar esfuerzos» en la figura de Marián Aguilar .
Noticias relacionadas