Historia

Ana María de Soto, la mujer de Aguilar de la Frontera que fingió ser un hombre por su sueño de ser marinera

Ayuntamiento de Aguilar y Universidad de Córdoba impulsan una cátedra el nombre de la primera fémina en enrolarse en la Armada Española para analizar e papel de la mujer en la marina

Ilustración sobre Ana María de Soto en el Museo Naval de San Fernando ABC

J. Prieto

No mucha gente sabe que la primera mujer que se enroló como soldado en la marina española nació en Aguilar de la Frontera en agosto del año 1775. Se trata de Ana María de Soto y Alhama que, antes de cumplir los 18 años, se fue de su casa y consiguió plaza de soldado. Eso sí, para ello tuvo que fingir ser un hombre y vestirse y actuar como tal.

Y lo hizo en la sexta compañía del batallón de marina número once c on el nombre de Antonio . Al parecer, superó su periodo de prueba en 1794 sin que nadie se diera cuenta de su verdadero sexo.

Ese año embarcó en la fragata Mercedes y en ella participó en la guerra contra la Convención Francesa en la que fue especialmente complicada la evacuación de la guarnición del castillo de la Trinidad.

Más adelante, tomó parte en la sangrienta batalla naval de Cabo San Vicente , el 14 de febrero de 1797, en la que se enfrentaron una escuadra española al mando del teniente general José de Córdova contra otra británica bajo las órdenes del vicealmirante John Jervis.

Después Antonio de Soto embarcó con la guarnición de la fragata Matilde , donde permaneció más de un año, hasta que enfermó con unas fiebres muy altas y en un reconocimiento médico se descubrió que, en realidad,era una mujer y que se llamaba Ana María.

En ambas fragatas participó en los combates de Bañuls y Rosas y en la batalla naval de Cabo de San Vicente. También lo hizo con las lanchas cañoneras en la defensa de Cádiz el año 1797.

Enterados sus superiores del engaño ordenaron su desembarco inmediato el 7 de julio de 1798. Pese a ello contó con el respeto de sus compañeros que la habían conocido y tratado en sus más de cinco años de servicio.

Fragatas de la época en las que se enroló la marinera de Aguilar de la Frontera ABC

La propia Ana María solicitó la licencia absoluta que le fue concedida el día 1 de agosto. Así acabó la aventura militar y naval de una joven aguilarense que siempre había soñado con surcar los mares y participar en mil batallas.

Según los documentos fidedignos que se conocen desde principios del siglo XIX en reconocimiento a las acciones de guerra en las que participó y por su disciplina y conducta el rey Carlos IV le concedió una pensión vitalicia de dos reales diarios. Una pensión que después se amplió para que pudiera atender a sus padres.

De hecho sus padres no tuvieron noticias suyas durante los más de cinco años que duró su aventura militar.

Para favorecer su posición económica también se le concedió una licencia de estanco en Montilla dónde se estableció a vivir junto a sus padres. Y, precisamente, fue en la localidad montillana donde murió el año 1833.

Reconocida por el Rey

El importante papel histórico de esta mujer no ha pasado inadvertido para la Armada española que, en más de una ocasión, ha reconocido el mérito de una figura histórica que cumplió su sueño en una época en la que la mujer tenía vedada su participación en cualquier cuestión militar.

Y ahora ha sido el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera el que ha dado un paso más aprobando de manera inicial los estatutos de la que será Cátedra Ana María de Soto. El edil de Cultura, Antonio Cosano , explicó que, entre los objetivos que se plantean, están poner en valor la valía y la importancia para la historia de este personaje . También añade que desde la institución municipal hay que trabajar para que figuras tan trascendentales no pasen inadvertidas.

En la cátedra participarán además de representantes del Consistorio, miembros de la Universidad de Córdoba , historiadores y estudiosos de la marina española como Antonio Hierro .

Más de dos siglos después de aquella hazaña histórica protagonizada por una joven nacida y criada en un pueblo de la campiña cordobesa ha llegado la hora de que su nombre vuelva a sonar y recobre toda su valía.

Es el momento de que Ana María de Soto vuelva a navegar para recuperar el papel que le corresponde en la historia militar de España.

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