Contramiradas

María Ángeles Medina, arqueóloga: «Desconocemos el papel de la mujer en la prehistoria»

Es una de las prehistoriadoras que más está descubriendo los secretos de la Cuerva de Nerja

La prehistoriadora María Ángeles Medina Fotos: Luis Ángel Sanz

Aris Moreno

La mujer de la imagen ha tocado la prehistoria con sus manos. Diez, veinte, treinta mil años atrás. De hecho, se ha sumergido en algunas de las cuevas más sorprendentes del paleolítico y ha rastreado la vida de nuestros antepasados. Qué comían, cómo vestían, de qué manera se organizaban y, sobre todo, por qué pintaban en la piedra extraños signos, cuyo sentido aún no conocemos. María Ángeles Medina acaba de completar un estudio, junto a José Luis Sanchidrián, que cuestiona la revolucionaria hipótesis de la autoría de los neandertales del arte rupestre. La investigación revisa el método de datación del uranio-torio desde la Cueva de Nerja y refuerza la idea de que las pinturas del paleolítico fueron ejecutadas por el Homo Sapiens. Es decir: por nuestros antecesores directos.

¿Seguimos siendo hoy Homo Sapiens?

Somos Homo Sapiens . Hoy día y en el paleolítico. En lo que sí hemos cambiado es en el modo de producción. Antes éramos predadores

María Ángeles Medina (Córdoba, 1988) lo tuvo claro en cuanto puso un pie en la Facultad de Filosofía y Letras . Quería bucear en la prehistoria. Desde muy pronto comenzó a colaborar con el profesor Sanchidrián en yacimientos de toda Andalucía, desde la Cueva del Morrón, en Jaén, hasta las Motillas, en Cádiz, pasando por Nerja, donde participa en un proyecto de investigación interdisciplinar desde el año 2008. Premio extraordinario de carrera, se trasladó al País Vasco para realizar un máster en arqueología sobre el cuaternario. En la cornisa cantábrica también ha explorado un buen puñado de yacimientos. La conversación tiene lugar a través del teléfono. Y precisamente desde Bilbao.

¿Nos reconocemos en el homínido de las Cuevas de Nerja?

Quizás en esa necesidad por entrar en el interior de una cueva, escalar a zonas de difícil acceso y acceder con una antorcha hasta el final. Eso es algo que va más allá de las necesidades vitales y el ser humano todavía lo tiene. Hay personas que necesitan ir al Everest y llegar arriba.

¿Qué buscaban en el interior de la cueva?

En la Cueva de Nerja hay arte al menos desde hace aproximadamente 23.000 años. ¿Qué buscaban? Hacían arte por razones que van más allá de las necesidades básicas. La etnografía nos puede dar hoy pistas para rastrear el significado de las expresiones simbólicas en el paleolítico.

¿Desafío deportivo? ¿Prospección espiritual?

Podemos lanzar hipótesis . En Nerja, para alcanzar las zonas más profundas se requiere hacer una escalada muy abrupta y hasta tener cierta fuerza. Podemos intuir que necesitaron cuerdas, así como cierta planificación para saber, por ejemplo, cuántas antorchas les hacían falta para explorar la cavidad al completo. Se podría hipotetizar sobre un comportamiento paleoespeleológico relacionado con la capacidad de superación del ser humano. En Altamira, al contrario que en Nerja, las pinturas están muy cerca de la entrada. En Andalucía hay un arte paleolítico, mayormente atribuido a época solutrense, que se expresa en puntos, rayas y símbolos abstractos; y se organiza de manera similar a la de un código estructurado. Podría haber un lenguaje envuelto en esa simbología.

Medina, durante la entrevista Luis Ángel Sanz

Los primeros moradores de Nerja hace miles de años usaban antorchas móviles. Es decir, alta tecnología.

Para adentrarse en las zonas interiores necesitas luz . Hemos encontrado tres sistemas de iluminación diferentes en Nerja. Primero, antorchas de madera. Sabemos que usaban principalmente pino silvestre. Era una iluminación móvil. Otro sistema eran las lámparas fijas en concavidades naturales, para marcar zonas con arte o caminos de acceso. Fue una cueva muy visitada desde el paleolítico superior. Hablamos de más de 20.000 años.

¿Y quiénes eran nuestros antepasados?

Existen pocos datos de ropa o de estatura , pero sí que hay. No eran tan diferentes a nosotros. Hablamos de personas de 1,60 o 1,70 metros de altura. Y posiblemente llevaban sus ropas o su cuerpo manchado de ocre.

¿Cazaban? ¿Qué comían? ¿Dónde dormían?

El paleolítico se caracteriza por ser una sociedad recolectora de alimentos y cazadora. No producían. ¿Cómo se sabe? Por el yacimiento de Nerja sabemos que recolectaban piñones, que tienen alto valor nutricional. Y que cazaban los animales del entorno. Ciervos o caza menor. Depende de la zona geográfica y también de la cronología.

¿Cuál era su principal enemigo?

Habrá habido diferentes enemigos en función de la época. Hablar de prehistoria es hablar de unos dos millones de años y es difícil generalizar. Quizás la cuestión ambiental pudo afectar en diferentes momentos.

¿El arte rupestre es la primera creación de la humanidad?

La primera creación simbólica, diría yo. Las herramientas de caza también son creación del ser humano, aunque ligadas a actividades más prácticas o funcionales.

¿Para qué dejaban sus huellas en la piedra?

¿Para qué lo hacemos nosotros? Es algo complejo. Son sociedades que tuvieron una estructura mental distinta a la nuestra. Y el arte nada tiene que ver con las actividades básicas.

¿Qué queda por descifrar de la sintaxis de signos?

Nos falta la piedra Rosetta que nos diga el significado. Hay que descubrir nuevas cavidades en Andalucía con signos que se repitan. Mientras más cuevas se descubran más datos tendremos para comparar.

¿Qué siente al tocar la prehistoria con los dedos de sus manos?

Me siento afortunada porque es mi pasión . A las investigadoras nos exigen estar muy metidas en artículos de alto impacto científico, pero también es importante transmitir lo que hacemos a alumnos y en conferencias. Hay que salir de nuestro mundo y transmitir la ciencia a la sociedad. Hace 30.000 años había personas como nosotros con su estructura simbólica y sus modos de vida. Estaban inmersos en la naturaleza de una forma más cooperativa que nosotros. La historia nos abre la mente y nos muestra que hay diferentes modos de estar en el planeta.

¿Cuanto más sabemos de dónde venimos más incógnitas tenemos de hacia dónde vamos?

Conocer la historia nos advierte de errores pasados para encauzar el futuro. Nos ayuda a abrir la mente y a sentirnos un elemento más del planeta.

¿Qué incógnita le martillea la cabeza?

Por ejemplo, el significado de la codificación de signos del paleolítico. Lo comparo con la escritura Braill e, que también está estructurada a base de puntos y rayas. Esa es una cuestión que me gustaría resolver. O también cuál ha sido el papel de la mujer en la prehistoria. Siempre la hemos visto en un papel relegado al hombre. Y no hay datos al respecto. Son nuestros prejuicios los que la sitúan ahí. Transmitimos roles actuales al pasado.

O sea, que el rol subalterno de la mujer en esa etapa es solamennte una prolongación de nuestros prejuicios presentes.

Totalmente. Al menos, para la época paleolítica. No está claro que hubiera una diferencia entre hombre y mujer. Estamos extrapolando nuestra manera de entender el mundo al pasado. Y no hay datos que apunten en un sentido concreto.

¿Queda mucho cavernícola suelto todavía?

Esa pregunta presupone que los cavernícolas tienen algo negativo. Y para mí, no. Aunque entiendo el sentido con el que me hace la pregunta y quizás sí que hay más de uno.

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