Mirar y ver
Inmunizados
La inmunidad de rebaño es de la que nos ha hecho despertar la pandemia, inmunizados, como estábamos, ante un mundo preso de la felicidad a toda costa
A fecha de hoy, Córdoba es la provincia andaluza con mayor porcentaje de personas inmunizadas contra el coronavirus, según información de este mismo periódico. Casi la mitad de la población, algo más del 48%, ha recibido las dos dosis de la vacuna . Es una buena notica, que tranquiliza y hace confiar en que saldremos de esta, gracias sobre todo a la labor eficaz de los equipos sanitarios, que no han escatimado esfuerzos ni voluntad en esta tarea.
Pero también sabemos que somos olvidadizos , que las ganas de volver a la normalidad nos abruman y que la tasa de incidencia acumulada en estos días en la provincia va en aumento. Aunque solo sea por respeto al trabajo bien hecho de estos que cuidan de nuestra seguridad, debemos apelar a la responsabilidad y no bajar la guardia. Conseguir la inmunidad de grupo, sin exposiciones irresponsables y evitando en lo posible contagios, es el objetivo.
Menos mal que abandonamos la expresión inmunidad de rebaño , que nos dejaba en muy mal lugar, o tal vez no. Porque de la inmunidad de rebaño es de la que nos ha hecho despertar la pandemia, inmunizados, como estábamos, ante un mundo preso de la felicidad a toda costa, de la libertad sin precio , de la belleza por imposición, del anhelo de la juventud eterna , del desprecio de la sabia vejez, de la desvalorización de la vida , de la negación del dolor y la muerte, de la búsqueda del éxito sin límites, de la dictadura de la inmediate z , de la no aceptación del fracaso, del individualismo egoísta , de la ignorancia pretendida, del pensamiento light —o, peor aún, único—, de la ceguera de la razón, de la exaltación de la irreflexiva vanalidad, de las vendibles convicciones, de la sospecha sobre la fe en el otro, o en Dios, de la falsa comunicación y la imaginaria amistad de las redes, de la autoestima dependiente de un ‘ like ’, de la tranquilidad acomodaticia, del bienestar insensible de unos pocos, del consumo desmedido, del injusto reparto de los bienes de la tierra, de la desprotección de la naturaleza, de inconsistentes seguridades, del somos invencibles, porque de pronto, de golpe y sin aviso, todo se tambaleó por un virus. Las vacunas nos salvarán de él y él nos salvará de la estupidez. Eso espero.