Mirar y ver
Frontera Sur
Hablamos de los inmigrantes en cifras, pero tienen nombre, domicilio, familia, amigos, ideales, aspiraciones y una truncada vida por vivir
Las ONG alertan de falta de apoyo social para los inmigrantes en Andalucía
Lo decía la semana pasada: nadie abandona su país o a quienes ama a no ser que quedarse sea la peor de las opciones. Hoy es imposible no escribir sobre lo sucedido en Melilla . La dureza de las imágenes no es soportable. Todos jóvenes, apilados, amontonados, vivos o muertos. Se huele el miedo y el abandono ante lo irremediable, el sufrimiento que rebasa todos los límites. Me pregunto qué pasaría si fuesen nuestros hijos, nuestros hermanos, y siento la desesperación de las familias ante la noticia y no saber si alguno de los suyos estará entre los fallecidos, malherido o detenido. Hablamos de ellos en cifras, pero tienen nombre, domicilio, familia, amigos, ideales, aspiraciones y una truncada vida por vivir. Son seres humanos que han muerto injustamente en la frontera . Y parece que esa es la única que existe, porque las fronteras solo se levantan para los que no pueden cruzarlas, para los que está reservado el derecho de admisión. Algo que nosotros no podemos ni imaginar. Ciudadanos del mundo, depende de quiénes y de qué mundo. Ilegal, indocumentado, clandestino, apátrida, refugiado, migrante. Seres humanos, hermanos, con igual dignidad y derechos.
¿Un «ataque organizado y violento»?, ¿después de un viaje de muchos meses o años?, ¿después de un camino de cuatro o cinco mil kilómetros?, ¿después de haber sido víctimas de la trata de personas , de haber soportado los más insospechados peligros? Así se ha denominado el deseo de atravesar el acceso vallado y con alambre de espino hacia una vida mejor. Una «situación bien resuelta» califica Sánchez a la actuación de Marruecos. ¿Desde cuándo es una tarea bien hecha el horror y la muerte? Tal vez sea que no todas las vidas valen lo mismo. Aunque otros se manchen las manos, son cómplices quienes lo permiten y alaban.
Nadie ha pedido disculpas, nadie ha buscado a sus familias , los cuerpos quedarán enterrados en un lugar ignorado para quienes los lloran desde la distancia infinita, sin despedida ni duelo. Mientras, una cumbre celebra la defensa de nuestra «integridad territorial», otra valla menos visible, pero igualmente incapaz de solucionar las causas estructurales de la injusticia contra África. A la puerta de la libertad, la llamamos frontera sur. Frontera sur, de la vergüenza y la indignidad.
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